SALUD: Misterio en torno a enfermedad de las "vacas locas"

La posibilidad de que la encefalopatía bovina espongiforme (BSE) o enfermedad de las "vacas locas" sea transmisible a humanos, según anunciaron científicos británicos, sorprendió a la comunidad médica y científica mundial.

La advertencia fue realizada por el Comité Asesor de la Encefalopatía Espongiforme (SEAC), de Gran Bretaña, tras identificar un nuevo tipo de la enfermedad humana de Creutzfeldt- Jakob.

BSE forma parte de un grupo de enfermedades infecciosas poco conocidas que afectan a humanos y animales. No son causadas por virus o bacterias, sino por un agente conocido como proteína "prion" que, según se cree, produce una lenta reacción bioquímica que modifica las moléculas de proteína del cerebro.

Como consecuencia, el cerebro adquiere la consistencia de una esponja, con resultados siempre fatales.

Los "prions" no parecen provocar respuesta inmunitaria alguna en las víctimas, son muy estables y pueden resistir temperaturas extremas, radiación y antisépticos que matarían a otros agentes infecciosos.

La enfermedad causada por este agente se conoce desde hace tiempo en las ovejas como "scrapie", pero casi no atacaba a las vacas antes de la década de 1980.

Se cree que la actual epizootia de BSE en Gran Bretaña fue causada por la incorporación de hueso ovino molido a las raciones del ganado, lo cual indicaría que la enfermedad es transmisible entre especies.

La utilización de menudencias ovinas en raciones para ganado fue prohibida en 1989, pero la BSE tiene un largo período de incubación.

Los científicos intentan averiguar cómo se transmite la enfermedad y qué órganos son afectados. En los bovinos, la BSE afecta solamente el cerebro, la médula espinal y la retina, sugieren las investigaciones.

La facilidad de la transmisión entre especies es también un misterio, ya que no existen casos registrados de humanos contagiados a partir de ovejas infectadas, aunque los sesos y ojos ovinos se ingieren rutinariamente en algunas culturas.

La forma humana del BSE, o enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJD), es muy rara en todo el mundo. Sus primeros síntomas incluyen temblores, nerviosismo, falta de memoria, pérdida del equilibrio, alucinaciones y debilidad.

Las víctimas pasan rápidamente a un estado en que no pueden caminar ni hablar. Aproximadamente una persona por semana muere de CJD en Gran Bretaña, mientras en toda Europa, las cifras de 1994 oscilan entre 0,53 a 1,04 por millón de habitantes, y el mayor índice se registró en Holanda.

Una enfermedad muy parecida a la CJD, denominada Kuru, se diseminó en Papua Nueva Guinea a través del canibalismo practicado durante ritos fúnebres, y fue asociado particularmente a la ingestión de cerebros de personas muertas por CJD.

Históricamente, la CJD atacaba a personas mayores de 55 años. Antes de 1994 no se había registrado ningún caso de CJD en adolescentes, y a partir de ese año sólo hubo cinco casos en todo el mundo.

Algunas víctimas contrajeron la enfermedad al ser tratadas con extracto infectado de glándulas pituitarias humanas para estimular el crecimiento o la fertilidad. De 17 personas que contrajeron CJD por ese tratamiento, 15 murieron, y otras 1.900 fueron declaradas en riesgo.

Sin embargo, los recientes casos en Gran Bretaña presentan características diferentes, lo cual está despertando preocupación en el país y en toda Europa.

Desde 1994 se reportaron cuatro casos de adolescentes infectados en Gran Bretaña, y cuatro campesinos que trabajaban con ganado afectado de BSE murieron de CJD en los últimos tres años.

En 1994 hubo un récord de 55 muertes humanas atribuidas a esta enfermedad -el doble de 1985-, pero el gobierno insistía en que las cifras estaban de acuerdo con la tasa promedio mundial de una muerte en un millón, independientemente de los hábitos alimenticios locales y la presencia de BSE en el ganado.

Pero esta semana, el comité SEAC informó sobre 10 muertes por CJD entre personas menores de 42 años, que podrían estar relacionadas con la ingestión de carne infectada pero no pueden explicarse por análisis genético o historia médica.

El ministro de Salud, Stephen Dorrel, admitió este jueves que la causa más probable de la muerte de esas 10 personas es el consumo de carne infectada con BSE, lo cual provocó la prohibición de importación de carne vacuna británica por parte de casi todos los países de la Unión Europea.

El gobierno aceptó la recomendación de SEAC de realizar más investigaciones con urgencia.

Mientras, existe una preocupación adicional sobre la posibilidad de que los niños posean mayor riesgo de contraer esta nueva forma de CJD.

Stephen Dealler, microbiólogo del Hospital General Burnley, quien estudia la CJD desde 1988, teme que en la próxima década se produzca una epidemia entre aquéllos que ahora son niños.

La epidemia podría desarrollarse en los humanos 15 años después que en el ganado, y sólo en 1990 se consumió un total de 250.000 vacas infectadas por BSE, observó Dealler. En el peor de los casos, 10 millones de personas podrían estar infectadas para el año 2010, advirtió.

El presidente de SEAC, John Pattinson, afirmó que el próximo año será crucial para la demostración de la real extensión de la enfermedad. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/ml/he/96)

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