El gobierno militar de Nigeria iniciará este sábado su programa de transición al régimen civil con elecciones de los concejos locales, pero a diferencia de pasados comicios, éstos son recibidos con escepticismo por la ciudadanía.
La publicidad de las elecciones no partidarias para designar 593 concejos locales se ha limitado a algunos anuncios cantados por radio y televisión. Tampoco hubo un aluvión de candidatos, en parte porque en octubre se celebrarán nuevos comicios sobre una base partidaria.
El entusiasmo por las elecciones parece restringido a altos funcionarios de gobierno, algunos de los cuales fueron acusados de patrocinar a determinados candidatos.
Omololu Olunloyo, miembro del Comité para la Implementación de la Transición -uno de los organismos creados para llevar adelante el proceso de transición, que culminaría con la instauración de un régimen civil en 1998-, acusó públicamente al Ministro de Funciones Especiales de conducta inapropiada.
Olunloyo, un ex gobernador civil, afirmó que otros dos ministros intentaron interferir con el trabajo de habilitación de candidatos.
Hasta el momento, han sido habilitados 1.483 candidatos a la presidencia de los gobiernos locales en 22 de los 30 estados del país y en el territorio de la capital federal.
Otros 800 fueron descalificados por diversas razones, que incluyen medios de vida cuestionables, atraso en el pago de impuestos, contradicciones en los certificados escolares y posesión de antecedentes penales.
Algunos de éstos sostuvieron que su inhabilitación se debe a su apoyo a Moshood Abiola, el ganador de las elecciones presidenciales de 1993 que fue encarcelado por los militares luego de que éstos declararan nulos aquellos comicios.
Babatunde Odele, ex presidente del concejo municipal de Mushin, un suburbio de Lagos densamente poblado y propenso a disturbios políticos, es uno de los que afirman haber sido descalificados injustamente.
Esta semana, Odele dijo a los periodistas que, aunque no es partidario del desorden, "no se celebrará ninguna elección en Mushin".
Muchos otros nigerianos son indiferentes a la celebración de comicios en cualquier otra parte del país, y apoyan un boicot organizado por grupos defensores de la democracia.
"Cualquier elección organizada por los militares es una pérdida de tiempo, de energía y una gran payasada", dijo a IPS un residente de Lagos al salir de la Comisión Nacional Electoral de Nigeria (NECON).
Los próximos comicios forman parte de una complicada elección de tres fases. Los votantes elegirán este sábado delegados para un colegio electoral, y el 23 de marzo los delegados designarán concejeros locales, que a su vez elegirán un presidente para su gobierno local dos días después.
El grupo opositor Campaña por la Democracia considera que los comicios son "un gran desperdicio de los recursos de la nación", y que "la mera celebración de elecciones" no resolverá los problemas políticos de Nigeria.
En su lugar, el grupo, junto con otras organizaciones defensoras de la democracia, reclama la realización de una conferencia nacional soberana para "preparar el camino hacia una democracia multipartidaria", que instauraría en la presidencia al electo Abiola.
Sin embargo, el presidente Sani Abacha proyecta seguir adelante con su plan de elecciones como señal, para la comunidad internacional, de su compromiso con la transición hacia la democracia. (FIN/IPS/tra-en/ro/oa/ml/ip/96)