Un domingo sin fútbol vivirá Italia, un pequeño gran drama para los millones de aficionados locales y para los emigrantes que siguen el torneo a través de la televisión, debido a la primera huelga de jugadores en la historia de este popular deporte.
Los jugadores, que en innumerables oportunidades anunciaron la paralización del más hermoso y rico campeonato de fútbol del mundo, han decidido esta vez o llegar hasta "las últimas consecuencias" y colgar los botines el próximo domingo.
El líder sindical de los futbolistas, Gianluca Vialli, ex seleccionado italiano, gana el equivalente a 6.000 dólares diarios en la Juventus, equipo propiedad de Fiat, el mayor grupo económico privado del país.
La huelga, muy impopular, ha hecho que la prensa saque a relucir los sueldos millonarios de estos trabajadores, a los cuales se agregan otros millones por las campañas de publicidad que realizan los mas famosos entre ellos.
El uruguayo Daniel Fonseca, de la Roma, ingresa 1,6 millones de dólares al ano, un poco menos que el argentino Gabriel Batistuta, de la Fiorentina, que percibe 1,8 millones, y casi la mitad de Roberto Baggio, del Milán, a quien corresponden tres millones.
Sin embargo, la suspensión de actividades no fue decidida para aumentar los privilegios de esos astros, sino en favor de los deportistas menos afortunados.
Los futbolistas exigen la reactivación de un fondo de solidaridad para aquellos que no se llaman George Weah, el liberiano a quien el fútbol ha permitido comprar una cadena de negocios en Nueva York, o Roberto Baggio, que adquirió una hacienda en Argentina para cazar pájaros en sus ratos de ocio.
La federación de fútbol no ha hecho últimamente sus aportes a ese fondo, y por diversas razones, entre las que figura la bancarrota de clubes de divisiones inferiores, unos 260 futbolistas no han podido jugar ni perciben su salario.
Los huelguistas también piden que se ponga fin al pago a los clubes por la transferencia de un jugador cuando ha finalizado su contrato, como lo estableció la sentencia del llamado "Caso Bosman".
La Corte de Justicia Europea de Luxemburgo dictaminó en diciembre, en respuesta a un requerimiento del jugador belga Jean Marc Bosman, que el club del caso no debe cobrar por la transferencia luego de expirado el contrato.
Así mismo, la Corte senaló que los clubes pueden utilizar un numero ilimitado de jugadores de los países de la Unión Europea (UE).
El sindicato de jugadores solicita que no se supere el máximo de dos jugadores "extracomunitarios" por equipo, una limitación que, en concreto, se refiere a los futbolistas contratados en América del Sur y Africa. (FIN/IPS/jp/ff/cr/96).
