El debate este martes en el Congreso de Guatemala del Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) provoca expectativa en los sectores involucrados.
Las organizaciones en que se agrupan los sectores indígenas han comenzado a realizar fuertes medidas de presión, que culminarán esta noche con una "vigilia maya" frente al Congreso, para que el Convenio 169 sea ratificado.
La vigilia, llamada "Esperando la salida del sol", está convocada por organizaciones miembros de la Instancia de Unidad y Consenso Maya, donde los sacerdotes, con sus tradicionales rituales, pedirán la ratificación del Convenio.
El polémico Convenio ya había sido tratado por el Congreso en 1992, pero las presiones, en especial del sector empresarial, llevaron a que algunos bloques de diputados rompieran el quórum, impidiendo su aprobación.
El proyecto fue puesto nuevamente sobre el tapete el 4 de febrero, cuando la diputada indígena Aura Marina Otzoy, del Frente Republicano Guatemalteco, hizo entrega de una copia del Convenio a cada uno de los 80 diputados y se fijó el 5 de este mes como fecha para discutirlo.
El Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales, adoptado por la OIT en 1989 por considerar que debía eliminarse la discriminación, ha sido ratificado por Noruega, México, Colombia, Bolivia, Ecuador y Honduras.
El Convenio establece el respeto de la cultura, la religión y la organización social y económica de los pueblos indígenas, y reconoce la relación especial que tienen con los territorios que ocupan, así como el derecho de propiedad y de posesión.
En Guatemala, donde más de la mitad de la población es indígena, las posiciones a favor y en contra de la ratificación quedaron claras durante un seminario realizado a fines de febrero.
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras pidió al Congreso que no lo ratifique mientras no se firme un acuerdo de paz, ya que el momento actual "puede dar lugar a una mala interpretación del Convenio y a que se justifiquen las invasiones de tierras".
Adolfo Méndez, del Comité Coordinador, dijo que el Convenio 169 es vago, genera confusión y ambiguedad legal, y que la OIT se excedió en sus funciones al emitirlo.
"La OIT tiene que manejar asuntos de trabajo y el Convenio contiene aspectos sobre derechos humanos, tenencia de la tierra y legislación, lo cual demuestra que se excedió en sus funciones", dijo Méndez, quien advirtió que la ratificación profunudizaría el odio social.
Las organizaciones indígenas señalaron que la posición de la cúpula empresarial se debe a que "quieren seguir manteniendo la esclavitud y seguir matando de hambre a los trabajadores indígenas en las fincas, fábricas y otros lugares de trabajo".
La Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, que mantiene invadidas más de 20 fincas en todo el país, dijo que sólo "un pequeño grupo de explotadores, que han usurpado tierras comunales, baldías y estatales, sienten que sus intereses están en peligro".
La Coordinadora dejó claro que si se demora la ratificación llamarán a todos los pueblos mayas a un pronunciamiento masivo para hacer valer sus legítimos derechos.
Para su aprobación se necesita el voto favorable de 41 de los 80 diputados.
Los grupos parlamentarios del izquierdista Frente Democrático Nueva Guatemala, la Unión del Centro Nacional y la Democracia Cristiana Guatemalteca han manifestado que sus diputados, 11 en total, votarán a favor de la ratificación del Convenio.
El Frente Republicano Guatemalteco dejó en libertad a sus diputados, pero se cree que la mayoría se inclinará por la aprobación.
La mayor responsabilidad recae en el gobernante Partido de Avanzada Nacional (PAN), que cuenta con mayoría absoluta en el Congreso y durante la reciente campaña electoral prometieron la ratificación del Convenio 169. Según trascendió, las opiniones están divididas en sus filas sobre la ratificación del Convenio. (FIN/IPS/cz/ag/ip-pr/96)