una mujer.
Aznar, tras salir del coche, se interesó por la salud de su chofer, de sus custodias y de los transeúntes y se dirigió a un hospital cercano, para hacerse atender de unas lesiones menores. Sus primeras palabras a sus allegados, familiares y políticos, fueron para pedir tranquilidad.
Ahora, desde el gobierno, necesitará mucha de esa serenidad y del sentido del trabajo y la disciplina que le atribuyen sus colaboradores más cercanos. Su primera acción será, dijo, convocar a los dirigentes sindicales y empresariales a una reunión, para discutir con ellos un plan para reactivar la economía y combatir la desocupación.
Pero, además, tendrá sobre la mesa la conflictiva situación en el País Vasco y la necesidad de devolver a España a un clima de normalidad política democrática, seriamente deteriorado en los últimos años del gobierno presidido por el socialista Felipe González. Allí, en el enfoque que de a esos problemas, se verá si la reconversión centrista es auténtica o si sólo respondió a una estrategia electoral, para ganar las elecciones. (FIN/af).
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