Instituciones de seguridad social de Costa Rica comenzaron a ejecutar planes preventivos para la población mayor de 60 años, que pronto serán 300.000 de los 3,3 millones de habitantes de este país centroamericano.
Los esfuerzos incluyen la construcción de centros de atención diurna de ancianos, pero se centran en servicio médico, a cargo de la estatal Caja de Seguro Social.
En el año 2000 se estima que los mayores de 60 años serán 300.000 personas y en el 2.075 1,5 millones.
A mediados de este siglo, los adultos a quienes se podía catalogar como ancianos no llegaban a 40.000, un porcentaje muy bajo de la población total. Hoy conforman el 8,2 por ciento, según un estudio de la investigadora Ana Lucía Hernández, del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica.
Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Costa Rica está en una etapa de transición demográfica, hacia una población más envejecida, debido al aumento en la esperanza de vida, que llega a 75 años, y la baja de la mortalidad.
Este fenómeno está catalogado en las políticas oficiales como "uno de los desafíos para el futuro inmediato".
Vinculado al envejecimiento de la poblacion costarricense está el tema de las demandas crecientes sobre el sistema de seguridad social o pensiones.
Esto obligó a las autoridades a prever los posibles impactos financieros derivados en este fenómeno y buscar alternativas, para que los beneficios no constituyan una carga onerosa para el resto de la población.
Manuel Barahona, coordinador de la Unidad de Desarrollo Social del Ministerio de Planificación, dijo que el Estado socorrerá a los mayores de 60 años indigentes o tengan limitaciones físicas, mediante el componente solidaridad incluido en el Plan Nacional de Combate a la Pobreza, de la Vicepresidencia de la República.
Este plan "buscará garantizar una vida digna a todos aquellos que tras su etapa productiva no cuenten con los beneficios de la seguridad social", dijo la vicepresidenta Rebeca Grynspan.
Se parte del supuesto de que el grueso de la población mayor de 60 años resolverá su situación por sus propios medios o el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social.
Para completar la cobertura de los ancianos, las instituciones de seguridad social también ampliarán las "opciones de cuidado diario" de quienes permanecen solos durante el día, informó Barahona.
Los indigentes ya tienen una relativa cobertura por medio de un Fondo de Desarrollo Social, que el año pasado financió 29.000 pensiones a ancianos, para las cuales estos no habían cotizado.
Al menos cinco instituciones velan por la población mayor de 60 años. Los programas son recientes, ya que la Caja creó hace sólo tres años el Plan Estratégico Institucional para el Desarrollo de los Programas de Tercera Edad.
El Ministerio de Trabajo ha creado 46 centros diurnos para la atención de ancianos, a cargo de una Direccion de Seguridad Social, informó el viceministro Eugenio Solano. Pero la reestructura del Estado ha tenido un fuerte impacto en los programas orientados a la población mayor de 60 años.
Al menos dos oficinas, las de la "Tercera Edad" y "Salud del Adulto y Enfermedades Crónicas", fueron clausuradas en el Ministerio de Salud y trasladadas al Seguro Social.
La Caja que se especializó en los últimos 50 años en la parte curativa de la medicina empezó a ejecutar una labor preventiva con el programa "Recreación y Salud".
José Ramírez, quien coordina un programa para la tercera edad, dijo que comprende ejercicios regulares de natación y sesiones de acondicionamiento físico, y participan 400 adultos mayores de 50 años.
Con este plan la Caja inicia el enfoque preventivo para responder a ese sector de la población, brindando condiciones al anciano para que afronte su vida de retiro. Según Ramírez, cada vez más adultos mayores seguirán un plan de acondicionamiento físico y de mejora de su actitud funcional.
Estas personas aprenden a combatir la posible osteoporosis (fragilidad de los huesos) y las temidas caídas en el baño, que suelen provocar fractura de caderas entre ancianos.
Durante el último medio siglo, la mortalidad general pasó de 13 a cuatro por mil, y en el mismo lapso la mortalidad infantil disminuyó de 95 a 13 por mil. Según datos suministrados por las autoridades de salud, la esperanzaa de vida al nacer aumentó de 57 a 75 años de 1950 a hoy. (FIN/IPS/jlf/ag/pr/96)