BULGARIA: Una "ciudad de los sueños" que resultó muy costosa

Las docenas de personas que vigilan desde la calle un conjunto de oficinas en el centro de esta capital solo tienen una cosa en la mente: evitar que el individuo que los estafó y se quedó con todos sus ahorros pueda escapar de Bulgaria.

Esa gente, como el pensionado de 73 años Doncho Pachikov, gastaron todos sus ahorros y pagaron anticipadamente un departamento que prometía ser muy lujoso en "la ciudad de los sueños". Sin embargo, se transformó en una costosa pesadilla.

No hay posibilidades que puedan ocupar un departamento y mucho menos recuperar el dinero que adelantaron. El hecho ahora resulta emblemático en la Bulgaria postcomunista, porque el estado y sus ciudadanos carecen aún de estructura legal para defenderse de las trampas del capitalismo.

El individuo que Panchikov y sus amigos quieren impedir que se fugue del país es Solomon Angel, uno de los hombres de negocios más conocidos de Bulgaria.

Angel saltó de la oscuridad, como funcionario comunista de bajo nivel, a ser el símbolo del rampante capitalismo búlgaro en 1992.

Muy pronto, comenzó a ser citado como un ejemplo de imitar, y anunció que iba a ser el primer búlgaro que abriría una fábrica "en esta época difícil".

Para mantener su promesa, abrió en 1994 la fábrica Zidarit, cerca de Burgas, en la parte oriental del país. El establecimiento estaba destinado a producir paneles de construcción, pero hasta ahora no fabricó nada y solo acumuló deudas por el equivalente de 1,8 millones de dólares.

Tambien en ese año comenzó a trabajar en la "ciudad de los sueños" o "ciudad Angel", como se la apodó enseguida, destinada a ser el nuevo y más lujoso suburbio de la superpoblada Sofía. La urbanización iba a tener 500 departamentos de los cuales 360 fueron vendidos con anticipación.

El suburbio jamás fue construído. Es más, los trabajos de edificación nunca comenzaron y el dinero se evaporó. Todo el proyecto está siendo calificado como la estafa en bienes raíces más exitosa que se haya verificado en Bulgaria.

"Invertimos todo en un departamento para nuestro hijo", declaró la familia Kirov. "Despues de todo, la operacion de compra estuvo garantizada por el Banco Postal. ¿Como podíamos dudar?…"

Sin embargo, esa garantía no sirvió y resultó la clave del fraude. Todos los contratos de departamentos vendidos anticipadamente fueron garantizados por escrito por el Banco Postal del Estado, que no pudo hacerse cargo de la deuda.

Para coronar la humillación de las víctimas, representantes de la compañía Angel afirmaron que no se podía culpar a nadie del dolo. "El dinero se gastó como resultado de la negativa liquidez experimentada durante el período de rápida expansión de la empresa".

Angel esta siendo investigado ahora bajo la acusación de estafa agravada por valor de dos millones de dólares. Sin embargo, su pasaporte por el momento no ha sido retenido, si bien se teme que abandone el país.

Como las cosas tomaron mal cariz, Angel envió su esposa con todas sus propiedades móviles a Estados Unidos, incluyendo un flamante y costoso automóvil BMW.

La oficina del fiscal en Sofía, no obstante, a través de un vocero oficial, hizo saber que Angel no será arrestado pero se le acaba de prohibir que deje el país.

El escándalo ha puesto de relieve una de las carencias del actual sistema legal búlgaro. No hay institución estatal o independiente que pueda obligar al Banco Postal a hacerse cargo de la deuda, pese a haber garantizado la compra de departamentos en la "ciudad de los sueños".

Entretanto, funcionarios del Banco Postal evitan la mención de "ciudad angel" y toda referencia al caso solo les provoca una expresión ausente en el rostro. (FIN/IPS/tra-en/bb/fn/ego/pr).

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