Representantes del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) condenaron hoy en Honduras la decisión de Estados Unidos de imponer a partir de mayo un embargo a las importaciones de camarón procedente de América Latina.
El ministro de Recursos Naturales de Honduras y presidente del CAC Ramón Villeda Bermúdez dijo que la determinación estadounidense generará numerosas pérdidas a las economías centroamericanas que "aún no se pueden cuantificar".
El embargo "viola los derechos internacionales y la soberanía de los países latinoamericanos", destacó.
La administración del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, comunicó a los países latinoamericanos que impondrá un embargo a las importaciones de camarón como medida de protección a las tortugas marinas.
Esta medida se aplicará a partir del 1 de mayo y consiste en prohibir el ingreso del crustáceo procedente de los países que no cumplan con las normas pesqueras que garanticen la vida de esos animales.
Esas normas se traducen a obligar a las flotas de pesca a usar un dispositivo exclusor de tortugas y otras medidas orientadas a proteger los recursos marinos.
De acuerdo a Bermúdez, la intención de Estados Unidos es buena, pero se debe "buscar fórmulas para solventar el problema, y la solución no es el embargo, porque es injusto y lesivo a la soberanía de los países".
América Central exporta anualmente un promedio de 500 millones de dólares en camarón, en su mayoría al mercado de Estados Unidos, señaló.
"Como presidente del CAC y ministro de Honduras realizo una firme protesta pública ante una decisión infortunada, ya que más de 15 paises de América Latina se verán afectados", afirmó.
En Honduras, el camarón constituye el tercer rubro de exportación, generando 80 millones de dólares cada año, según estimaciones proporcionadas por el sector acuicultor.
La decisión de Estados Unidos está siendo analizada por la Organización del Sector Pesquero y Acuícola de América Central, en aras de encontrar una alternativa que impida la concreción del embargo, informó el ministro hondureño.
Es la segunda vez que Washington impone un embargo en materia de pesca a los países latinoamericanos. La primera fue cuando prohibió las importaciones de atún como medida de protección a los delfines. (FIN/IPS/tm/dg/if/96)