Un total de 916 incendios de vegetación ha sufrido en lo que va del año la montaña del Avila, que separa la capital de Venezuela del vecino litoral Caribe y constituye el pulmón vegetal para cuatro millones de caraqueños.
El Avila es un parque nacional de 85.000 hectáreas, de las cuales 320 se han consumido por el fuego en apenas 10 semanas, informó Gustavo González, coordinador del programa contra incendios del estatal Instituto Nacional de Parques.
Freddy Colina, coronel de bomberos, estimó que dos por ciento de los incendios pudieron provocarse por combustión espontánea, propia de la temporada seca en el centro-norte del país, mientras que en 98 por ciento estaría involucrada la mano del hombre.
Dijo Colina que causan incendios personas irresponsables que arrojan fósforos o colillas de cigarrillos, excursionistas que improvisan fogatas, obreros que prenden el monte seco para no recogerlo o individuos que queman cables para recuperar el cobre para el mercado de reciclaje.
González deploró que si bien hay zonas que arden todos los años en la estación seca, este año ardieron áreas intocadas por el fuego desde hace 20 años.
La unidad que dirige González cuenta con 35 personas, "reforzadas con decenas de voluntarios cuando se produce un siniestro", así como alertas de ciudadanos que al menor humo advierten a las radioemisoras sobre peligro de incendio.
Los bomberos, en cambio, deploran la escasez de unidades y equipos para combatir los incendios en la montaña, que se eleva hasta 2.500 metros sobre el nivel del mar y es emblema de preservación ambiental para los caraqueños.
El Avila es zoción, a pesar de que a sus pies se apretujan centenares de miles de viviendas precarias.
Más de la mitad de los 916.500 kilómetros cuadrados de Venezuela son territorio sujeto a algún régimen de protección ambiental. (FIN/IPS/hm/jc/en/96)