El Papa Juan Pablo II abogará por la supresión o rebaja, en el año 2000, de la deuda externa de los países en desarrollo, informó la conferencia de obispos de Venezuela, que examinó el reciente viaje del pontífice a América Latina.
La región debe unos 500.000 millones de dólares y paga como servicio unos 50.000 millones anuales, más de 30 por ciento de sus exportaciones de 130.000 millones, un nivel que el Banco Interamericano de Desarrollo considera crítico.
El endeudamiento es aún más "pesado" en los países de Africa subsahariana, y menos en las restantes naciones en desarrollo de Africa, Oriente Medio y el conjunto de Asia.
El obispo Reinaldo Delprete, de la ciudad de Valencia, 150 kilómetros al oeste de Caracas, dijo que después de su viaje por América Central y Venezuela, entre los días 5 y 11, el Papa inició contactos con organismos multilaterales de crédito, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El pontífice abogó ante esas instituciones en favor de que las deudas del Tercer Mundo sean al menos disminuídas, comenzando por las de Africa subsahariana, señaló Delprete.
La Iglesia Católica hará de esta condonación parcial de la deuda el eje de su celebración del año santo o jubilar que corresponde al 2000, indicó.
Los años "jubilares" se celebran cada 25 años, desde que el papa Bonifacio VIII los inició en el 1400, sobre la base de una tradición hebrea según la cual cada cinco lustros se practicaba un perdón para quien había perdido tierra y otros derechos.
Esta vez "se quiere traducir el interés espiritual en obras concretas, y la idea del Papa es sobrepasar con estas celebraciones las fronteras de la fe católica, para que los países endeudados tengan una entrada jubilosa al nuevo siglo". (FIN/IPS/hm/dg/if/96