PERU: Una empresa privada comprometida con desarrollo alternativo

Una empresa privada de la Amazonia peruana ha asumido por su cuenta y riesgo el reto del desarrollo alternativo, mediante el estudio y selección de numerosos frutos nativos que eventualmente podrían cotizarse en el mercado internacional.

La cervecería San Juan, perteneciente a la corporación Backus & Jonhson, uno de los grupos económicos más poderosos de Perú, investiga desde hace diez años diversos frutales nativos y paralelamente establece contactos con mercados externos para sopesar las posibilidades de comercialización.

Si bien el proyecto en sus inicios fue concebido con fines de preservación del patrimonio amazónico, con el transcurrir del tiempo se evidenció que podía constituir una alternativa para el desarrollo de la región, cuyos campesinos, migrantes en su mayoría, se dedicaban a la siembra de cultivos de subsistencia.

Sin embargo, con la expansión de los cultivos de coca y la presencia de los grupos alzados en armas, la situación varió.

Los campesinos se dedicaron masivamente a su cultivo, acrecentando la deforestación y erosión de los suelos. Terminado el auge cocalero, hoy están más empobrecidos que nunca y a la caza de alternativas rentables. Muchos, entonces, ven una esperanza en las investigaciones de la cervecera.

"Se han acercado a la cervecera, en forma personal o dirigentes de asociaciones de productores, interesados en las investigaciones y dispuestos a abandonar definitivamente el cultivo de coca", señala el ingeniero Víctor Hugo Rivadeneyra, asesor agrícola del proyecto.

"Sus suelos están degradados, los campos llenos de maleza", añade.

Rivadeneyra sostiene que actualmente hay alrededor de 20 cultivos nativos en pleno estudio en los campos de la cervecera, a la salida de Pucalpa. Algunos podrían ser absorbidos fácilmente por el mercado local, como el maíz mejorado, mientras otros requerirán de algunos años de observación.

Pero hay avances promisorios. Por ejemplo, hoy están en producción 27 hectáreas de camu-camu (Myrciaria dubia), fruto de enorme potencial comercial que se encuentra solamente en Perú y no en el resto de la Amazonia.

Posee un alto contenido de ácido ascórbico: 2,780 miligramos por 100 gramos de pulpa, es decir 30 veces más que las frutas cítricas, convirtiéndolo en atracción para mercados con una marcada tendencia a consumir productos naturales, con sabores agradables, indica Rivadeneyra.

"Las investigaciones culminaron en 1994, el año pasado produjimos clones selectos de alta pureza y gran contenido de ácido ascórbico. Para 1997 esperamos tener en producción 100.000 plantas, pero nuestra meta son sembrar 400 hectáreas", revela el ingeniero.

Es aquí donde los campesinos hoy empobrecidos ven una esperanza: la cervecera prevé incorporar paulatinamente a las asociaciones de productores en la siembra de este fruto, que entra en producción a partir del tercer año y se puede sembrar en suelos de altura como en áreas inundables de la Amazonia.

El año pasado exportaron 10 toneladas a Japón y para este año les han pedido el doble. También hay solicitudes de Francia y la demanda aumenta, por lo que se requiere incorporar nuevas áreas.

Otro cultivo de inmensas posibilidades es el pijuayo, palmera originaria del bosque húmedo tropical americano, cuya mayor diversidad genética se halla en la Amazonia peruana y es muy cotizado por los países de la Unión Europea.

"Actualmente se trabaja con aproximadamente 500 familias campesinas, a las que enseñamos las técnicas de cultivo y corte que exigen los mercados internacionales", señala el ingeniero.

La cervecera lleva adelante trabajos de mejoramiento y selección de germoplasma de palmito y construye una planta de procesamiento de su pulpa, con lo cual espera duplicar el número de familias beneficiarias del proyecto.

"Lo importante es que muchos se han dado cuenta de que la coca no es una alternativa sustentable. Esta tecnología sí lo es, pero queremos ir paulatinamente, sin apresurarnos, estudiando bien el mercado", anota.

Lo novedoso de esta experiencia es que si bien se trata de una iniciativa privada, trabaja en coordinación con organismos públicos y de cooperación internacional, incorporando la tecnología que éstos generan, para beneficio no sólo de los pobladores sino del medio ambiente.

Así, se ha suscrito un convenio con la Universidad Nacional Agraria para el asesoramiento técnico y evitar la duplicidad de las investigaciones.

También se han aprovechado las investigaciones del proyecto de Sistemas Amazónicos Sostenibles (SAS), financiado por Canadá, para garantizar una mayor eficiencia en los cultivos, cubriendo los frutales nativo con leguminosas forrajeras.

"Es una forma razonable de manejar los cultivos en selva", opina el ingeniero Manuel Chuquiruma, de la Cervecería, mientras muestra los cultivos de camu-camu, pijuayo y guaraná sembrados junto a forrajeras introducidas por el proyecto SAS.

"Tenemos muchos planes, creemos estar en posibilidades de ofrecer una buena alternativa de desarrollo", dice Rivadeneyra, quien prefiere no revelar el monto de lo invertido en investigaciones.

"Sólo en camu-camu hemos invertido 1.200.000 dólares, pero creemos que lo más importante es convertir a Pucalpa en un polo de desarrollo alternativo", finaliza.

Pucalpa se halla a 840 kilómetros al noreste de Lima, cuenta con 250.000 habitantes y es punto de enlace entre la Amazonia peruana y continental y con los océanos Pacífico y Atlántico, a través del río Amazonas, por lo que es el polo de desarrollo comercial y económico más importante de la región. (FIN/IPS/zp/dg/en-iif/96)

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