PALESTINA: Hamas niega vinculación con atentados del domingo

Un alto vocero del movimiento Resistencia Islámica (Hamas) negó hoy la participación de su grupo en los atentados con explosivos que provocaron el domingo en Israel la muerte de 25 personas y heridas en al menos 77.

En medio de la furia, la tristeza y el caos reinantes en Israel y Palestina tras los atentados, las primeras exhortaciones a mantener la calma procedieron de un alto vocero de Hamas, grupo al que se atribuye la autoría de la matanza.

Algunos dirigentes del grupo islámico negaron el lunes su vinculación con los ataques en Jerusalén y Ashkelon y urgieron a poner freno a las versiones difundidas el domingo.

Saed Abu Msamah, alto dirigente y vocero de Hamas, dijo a IPS que su organización no reivindicó los atentados y rechazó los informes que los atribuyeron a su ala militar Izzeddin Al Qassam.

Las sospechas de que las explosiones no fueron realizadas por Hamas sino por un grupo marginal o una nueva facción disidente de ese grupo surgieron horas después de los atentados, debido al método inusual por el cual los presuntos autores declararon públicamente su responsabilidad.

Estas operaciones, habitualmente, son reivindicadas por medio de panfletos en los poblados donde Hamas tiene fuerte presencia. Esta vez, en cambio, los supuestos terroristas se comunicaron con Radio Israel para atribuirse la autoría.

Descritos en esa llamada telefónica como una "venganza por la muerte de los mártires", los atentados sucedieron 50 días después del asesinato del fabricante de bombas de Hamas Yahia Ayyash, conocido como "El Ingeniero", presuntamente por los servicios secretos israelíes.

También se cumplían dos años del ataque del colono israelí Baruch Goldstein a la mezquita Tumba de los Patriarcas en Hebrón en el que murieron 29 palestinos.

Quienquiera que sea el responsable -Hamas, una facción disidente o discípulos de Ayyash, como sugirieron fuentes israelíes-, los ataques del domingo tuvieron un dramático efecto sobre el proceso de paz en la región.

Las explosiones dejaron en evidencia la poca eficacia de las exhortaciones a los militantes musulmanes para que abandonen la lucha armada y se unan a la búsqueda de una solución pacífica emitidas por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que preside el líder histórico, Yasser Arafat.

Pero Msamah dijo que la puerta para una negociación entre Arafat y Hamas permanece abierta, a pesar del estancamiento en la última ronda de negociaciones formales celebrada en El Cairo en diciembre.

"Esperamos que no haya ninguna reacción de la ANP contra Hamas y que Arafat actúe en forma racional", dijo Msamah.

La policía autónoma palestina arrestó a 100 conocidos activistas del grupo radical en las 36 horas posteriores a las explosiones.

Veintitrés personas murieron y al menos 60 sufrieron heridas como consecuencia de la primera explosión en un ómnibus el domingo, en una carretera cercana a Jerusalén.

Unos 45 minutos después, estalló la segunda bomba en un puesto de autostop en la ciudad portuaria de Ashkelon, al sur de Tel Aviv, donde murieron dos personas y 31 resultaron heridas.

El temor se apoderó de la región. Después de los atentados, tres personas murieron cuando un grupo de palestinos residentes en Estados Unidos perdieron el control de su automóvil y embistió una parada de autobuses en Jerusalén.

El conductor, Ahmad Abdelhamid, fue muerto a balazos por soldados israelíes y testigos civiles del episodio. Varias personas que estaban cerca de la escena resultaron heridas por el tiroteo.

El gobierno de Israel interrumpió las conversaciones con la ANP por tiempo indeterminado. El primer ministro, Shimon Peres, necesita dar garantías de seguridad a la ciudadanía israelí si desea hacer concesiones a los palestinos en un año electoral.

El gran beneficiado de los ataques del domingo es el partido derechista israelí Likud, que se opone al proceso de paz y es el más fuerte contendiente del oficialista Partido Laborista para las elecciones que se celebrarán en tres meses.

La ANP condenó los atentados y sostuvieron que este tipo de acciones perjudican a Palestina en lo económico, político y social.

La mayoría de los dirigentes de Hamas, especialmente aquellos exiliados en Jordania, Irán y Sudán, afirman que los ataques contra Israel son esenciales para mantener la presión sobre el gobierno de Peres.

La amenaza de un enfrentamiento armado entre Hamas y el partido de Arafat, Fatah, nunca fue aventada, pero ambos movimientos palestinos coinciden en que eso beneficiaría a los intereses de Israel.

El problema fundamental es qué puede hacer Arafat con los restos de Hamas. Peres, quien soporta una fuerte presión política respecto del mantenimiento de la seguridad, dijo en reiteradas oportunidades que sin una garantía de la ANP en ese sentido no será posible un acuerdo final. (FIN/IPS/tra-eng/ya/mom-rj/mm ip/96)

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