América Central y la Unión Europea (UE) empezaron en 1995 a revivir un diálogo agonizante. Este año, los cancilleres de ambas regiones se reunirán en marzo en Florencia, Italia, para "ponerle música" a esa relación.
En principio, las dos regiones se han puesto de acuerdo en que la cooperación debe concentrarse en pocas áreas para evitar la atomización de proyectos que se dio en el pasado.
"Ahora no queremos la pulverización de proyectos porque es difícil darles seguimiento", dijo el embajador de la UE para América Central, Vittorino Allocco.
Esas áreas prioritarias son la modernización del Estado, la consolidación de las políticas sociales, sobre todo en los campos de salud y educación, y la inserción de América Central en la economía mundial.
La futura cooperación europea, además de estar concentrada en pocas áreas, tendrá también la particularidad de que tenderá hacia proyectos regionales y, en menor medida, a nacionales.
Allocco dijo que los ministros también tratarán de establecer una programación plurianual, negociarán un aumento en los montos de cooperación y fijarán un diálogo más intenso sobre las políticas de los gobiernos en materia de salud y educación.
Recordó que América Central, con una poblacion de 30 millones de personas, es el primer beneficiario por habitante de la ayuda europea: unos 7,5 dólares al año.
En 1994 la UE donó al istmo 208 millones de dólares y en 1995 esa asistencia alcanzó la suma de 218 millones de dólares.
Para los próximos cuatro años la UE tiene previsto incrementar su cooperación con América Central en tres o cuatro por ciento anual, afirmó el embajador.
Al hacer una evaluación de lo que ha sido la relación entre el istmo y la UE, Allocco dijo que en los últimos tres años se han ejecutado proyectos por 600 millones de dólares.
El llamado diálogo de San José, entre Europa y América Central, nació en 1984, en una época particularmente difícil para la región, con tres guerras civiles y tensiones fronterizas. En esa época, además, Estados Unidos tenía una influencia decisiva en el istmo, convertido en escenario de la guerra fría.
En medio de esa situación, América Central buscó en Europa el punto de equilibrio necesario para superar las crisis políticas y militares.
La Unión Europea promovió entonces la integración centroamericana y fue uno de los fuertes impulsores del Parlamento Centroamericano, que actualmente tiene su sede en Guatemala.
Hoy, América Central avanza rápidamente en el proceso de democratización y normalización política.
Hay mayor respeto de los derechos humanos, mayor independencia de los poderes y supremacia del poder civil. Estos hechos se reflejan en un saneamiento económico que conduce a la región a su inserción en la economía mundial, dijo Allocco.
Diez años después de la primera reunión entre centroamericanos y europeos, en San José, en 1994, el diálogo entre ambas regiones estaba muriendo, entre otras razones porque fue concebido para tiempos de guerra.
Por eso, la revitalización de la relación, según el embajador europeo, pasa por tener en cuenta los cambios en ambas partes.
Actualmente América Central tiene un proceso de integración en marcha y busca enrumbar toda la cooperación externa hacia un proyecto común, la Alianza para el Desarrollo Sostenible, adoptada a fines de 1994, mediante la cual se busca convertir a la región en un modelo de desarrollo. (FIN/IPS/mso/ag/if/96)