Las negociaciones de paz entre la guerrilla y el gobierno de Guatemala tomaron nuevos bríos en México, tras una cita que definió, en un ambiente marcado por expresiones de mutua confianza, la agenda de futuros encuentros.
"Fue una reunión muy provechosa, esperamos que se mantenga este ánimo en la siguiente cita de marzo", dijo este sábado a IPS Gaspar Illón, comandante de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
En la primera negociación formal entre guerrilla y gobierno desde que en enero asumió el cargo el presidente Alvaro Arzú, las partes concertaron entre jueves y viernes realizar una reunión los últimos 10 días de marzo con el objetivo de avanzar hacia un acuerdo final sobre problemas socioeconómicos y agrarios.
El ambiente de confianza observado en la negociación es producto de una "común percepción de que existen condiciones favorables para el logro de la paz", señaló en un comunicado el moderador de la Organización de las Naciones Unidas, el francés Jean Arnault.
Según Illón, la agenda concertada en México, cuyos detalles no se dieron a conocer, apunta a lograr en el menor tiempo posible la firma de acuerdos. En los últimos años la URGN y el gobierno suscribieron documentos sobre derechos e identidad de los pueblos indígenas y otro sobre derechos humanos.
"Es muy posible que en abril ya firmemos el acuerdo sobre el tema agrario y socioeconómico", indico el portavoz de la URNG.
Tras la cita de México, que reactivó los diálogos formales de paz suspendidos a fines de 1995, tanto el moderador como los delegados de gobierno y guerrilla se comprometieron a informar de los avances de la negociación a la Asamblea de la Sociedad Civil Guatemalteca, instancia plural creada hace cuatro años.
Illón indicó que un acuerdo de paz que ponga fin a más de tres décadas de guerra civil en Guatemala podría ser firmado antes de que finalice este año. "Somos muy optimitas", declaró.
"Quedan aún temas muy difíciles, como el fortalecimiento de la sociedad civil y el papel del Ejército, pero confiamos en que haya un rápido avance", expresó el comandante de la URNG.
En un comunicado conjunto, las partes consideraron que el proceso de negociación iniciado en 1991 y el llamamiento a votar que hizo la URNG permitió que en el último proceso electoral en Guatemala, en el que triunfó Arzú, se registrara una amplia participación.
"Ello hizo posible que en el Congreso estén ahora representadas nuevas fuerzas políticas, lo que fortalece la representatividad y legitimidad parlamentaria", indicaron.
Las delegaciones además reconocieron "los cambios positivos por el nuevo gobierno en el sentido de reforzar el Estado de derecho, lo cual favorece la expectativa de paz".
A diferencia de otras ocasiones, desde la inauguración de la última negociación, las dos partes expresaron frases de confianza en su contraparte. La guerilla reconoció voluntad oficial en mejorar el respeto a los derechos humanos y el gobierno el deseo de la guerrilla por avanzar hacia la paz.
El propio presidente Arzú se refirió al tema señalando que se trataba de una reunión "muy positiva, muy contructiva, tal como lo necesita el país para llegar cuanto antes a la firma de un acuerdo de paz firme y duradero".
La reunión en México siguió a una serie de contactos informales realizados entre la URNG y el gobierno, el último de las cuales se registró en Italia.
La guerra interna de Guatemala -la única que persiste en América Central- provocó en 36 años más de 150.000 muertos, un millón de desplazados, unos 40.000 refugiados y la destrucción de 400 comunidades nativas.
Temerosos de la represión y la violencia, un importante porcentaje de campesinos guatemaltecos huyeron los últimos años a los estados del sur de México, donde actualmente reciben asistencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El problema de los desplazados por la guerra será uno de los temas a tratar en la visita oficial que el presidente de Guatemala realizará a México a partir del lunes.
Durante su estancia, el mandatario se reunirá con su colega Ernesto Zedillo y viajará a los campamentos de refugiados guatemaltecos en los estados mexicanos.
Desde que guerrilla y gobierno iniciaron negociaciones de paz, más de 10.000 refugiados regresaron a su país, en programas de retorno coordinados por Acnur y por los gobiernos de Guatemala y México. (FIN/IPS/dc/jc/ip/96)
