El pretendido consumismo de la sociedad contemporánea es sólo un goce real para una élite de la población mundial y un espejismo para las mayorias, ya que lo característico de nuestra época son las carencias y la pobreza generalizadas, concluyeron especialistas reunidos en México.
Tal es una de las conclusiones principales surgidas del Foro Internacional sobre Consumo al Final del Milenio, efectuado la semana que concluye en la capital de México con motivo del vigésimo aniversario de su Instituto Nacional del Consumidor.
Expertos y funcionarios vinculados a problemas relativos al consumo en todo el planeta analizaron las consecuencias en ese campo específico del nuevo orden postindustrial, así como el papel de las organizaciones de consumidores y los medios de difusión.
El español Eulalio Ferrer, dueño de una de las mayores firmas publicitarias latinoamericanas, dijo que "nunca como hoy puede decirse que México está en la sociedad del subconsumo, con todas sus implicancias empobrecedoras y síntomas perturbadores".
Precisó que el fenómeno es global, ya que 12 por ciento de la población mundial consume 60 por ciento de los bienes y servicios mientras la inmensa mayoría sufre graves carencias en rubros esenciales y más de mil millones subsisten en la miseria.
En cambio, dijo, cada año la sociedad estadounidense usa 10 millones de toneladas de papel, ofrece 20.000 artículos con 200 marcas nuevas a la semana, consume un cuarto del petróleo mundial con cuatro por ciento de la población y dota de autos a 89 por ciento de sus habitantes contra un promedio mundial de ocho.
Por su parte Louise Sylvan, directora ejecutiva de Australian Consumers Asociation, institución con sede en la ciudad de Sydney, subrayó que "no puede confiarse la solución de los problemas del consumo a la llamada sociedad de mercado".
Al hablar de lo que denominó "una odisea en el ámbito del libre comercio y la justicia social", explicó que el error del neoliberalismo consiste en absolutizar de modo fundamentalista las leyes de la ganancia regidas por la oferta y la demanda.
Sylvan recordó que las empresas buscan beneficios y eso no suele coincidir con la satisfacción de las necesidades de los más amplios sectores de población, sobre todo los de menores recursos, que representan el creciente ámbito de la demanda insolvente.
Según el chileno José Vargas, director de Consumer International, el movimiento latinoamericano de consumidores creció con ímpetu y "está en una posición privilegiada para aportar su experiencia a los procesos regionales de modernización e integración".
Vargas afirmó que el interés de los diferentes sectores de la sociedad por el tema del consumidor en los procesos de integración tiene nexos directos con la defensa de la calidad de vida, la protección ambiental y el desarrollo sostenible.
Puso el acento en la urgencia de reducir y eliminar el fenómeno de la marginación de amplias franjas poblacionales a fin de salvaguardar la paz social, la estabilidad y la profundización de los procesos democratizadores en América Latina y el Caribe.
"En todos estos aspectos -subrayó- los consumidores somos capaces de aportar nuestra capacidad de generar iniciativas novedosas y creadoras".
Por último llamó a las organizaciones de consumidores de América a "redoblar esfuerzos para constituirse definitivamente en un movimiento continental unico, conformado por ciudadanos, para la solidaridad, la integración y el desarrollo".
A su vez Marilena Lazzarini, del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor, con sede en Sao Paulo, enfatizó la necesidad de profesionalizar la tarea de los activistas y del personal técnico y administrativo.
"Entidades que tengan un perfil totalmente voluntarista – sostuvo- difícilmente prosperen o tengan éxito en sus resultados a mediano y largo plazo", y puso como ejemplo "los numerosos fracasos de este tipo de experiencias en Brasil".
Lazzarini destacó la importancia de la transparencia, mediante una línea de acción absolutamente clara para asociados y público en general, asi como mecanismos impecables de contabilidad y control.
Adujo que las entidades de consumidores deben luchar para crecer pero sin pensar sólo en sí mismas, "debiendo interactuar y apoyar a otras entidades con objetivos semejantes en todo el espectro de los problemas sociales, tratándolas como aliadas y no como competidoras".
La pensadora y antropóloga de origen libanés Ikram Antaki enjuició "la función meramente propagandística de la mayoría de la publicidad con que se abruma, se confunde y se manipula a los potenciales consumidores en la vida cotidiana".
"Los peores lados de la democracia están triunfando y éste es su verdadero fracaso colectivo", dijo.
Antaki declaró que "el contrato social se está deshaciendo ante nuestros ojos, ya que cuando la democracia se vuelve su propio y único horizonte se descompone desde dentro, convirtiéndose en la sombra de su sombra".
Finalmente se preguntó "quién permitió a los mercaderes volverse amos absolutos de la aventura humana" y llamó a "resistir la usura con dignidad, construyendo murallas contra la banalidad, la crisis de valores y el lenguaje empobrecido de la sociedad de mercado". (FIN/IPS/emv/dg/if-pr/96)
