Estados Unidos parece dispuesto a vender equipos militares a Turquía, pese a la oposición de grupos de derechos humanos e informaciones según las cuales el ejército turco utiliza el armamento estadounidense contra civiles kurdos.
Washington considera una solicitud de Turquía para comprar helicópteros de ataque 10 AH-IW Super Cobra por 135 millones de dólares a la compañía con sede en Texas Bell-Textron, confirmaron fuentes del gobierno.
Turquía, un país criticado internacionalmente por sus violaciones a los derechos humanos, sostiene que necesita los Cobra para alcanzar el poder militar de Grecia, su rival.
Pero la organización Human Rigths Watch afirma que en los últimos tres años los aviones han sido usados para aplastar la insurgencia en áreas kurdas del sudeste del país asiático.
Human Rigths Watch estima que en la guerra de una década entre el gobierno turco y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) murieron más de 19.000 personas, mientras unos dos millones fueron desplazadas de sus áreas nativas.
El año pasado el gobierno de Turquía fue criticado por utilizar su flotilla de Cobras para atacar villas kurdas en una campaña contra los separatistas.
"Tenemos gran número de evidencias de que esos helicópteros fueron utilizados en violaciones de los derechos humanos en Turquía", dijo Christine Haen, vocera de Aministía Internacional.
Quienes respaldan la venta sostienen que la misma fortalecerá la posición de Estados Unidos en la inestable región de Asia occidental y situará a Washington a la delantera frente a sus competidores europeos. Estados Unidos siempre ha dado a Turquía un lugar especial en sus consideraciones geopolíticas.
Las estadísticas de 1995 situaron a Turquía como el principal importador de armas del mundo, 80 por ciento de las cuales fueron entregadas por Estados Unidos.
En la década pasada, el Congreso estadounidense aprobó unos 4.300 millones de dólares de ayuda militar a Turquía, convirtiendo al país asiático en su tercer mayor cliente después de Israel y Egipto, según analistas de la industria de armamento norteamericana.
La reciente decisión de revisar la solicitud de Turquía, presentada en abril de 1995, representa un cambio en la posición del gobierno de Bill Clinton.
Tras haber sido condicionado por los argumentos de grupos de derechos humanos, el gobierno estadounidense retoma ahora su posición histórica. El cambio se produjo como resultado de severas presiones del Congreso de mayoría republicana para tomar una decisión en las próximas dos semanas.
"Turquía es un aliado clave de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que ocupa una posición de interés geoestratégico para Estados Unidos, y sirve como ejemplo de democracia en el mundo islámico", señaló el senador republicano Strom Thurmond en una carta enviada a Clinton pocos meses atrás.
Una misiva escrita por los fabricantes de los Cobra a Joan Spero, subsecretaria de Estado para Asuntos Económicos, indicó que "como nación y empresa dependemos de las ventas de exportación, y los fabricantes europeos esperan suplantar a Estados Unidos como abastecedor de aviones a la región".
Según una autoridad del Departamento de Estado, Turquía "es la única democracia al estilo europeo en un área donde la democracia es rara". (FIN/IPS/tra-en/sw/yjc/lp/ip-hd/96)