Dominica, una pacifica isla del Caribe oriental, fue obligada por sus estrechas relaciones con Gran Bretana y su mal momento economico a involucrarse en un delicado asunto diplomatico que pone en riesgo ventas multimillonarias de armas.
El gobierno de Dominica acepto conceder asilo a Mohammed al Massaari, un militante islamico opuesto al regimen de Arabia Saudita que Gran Bretana no desea tener de huesped.
Massaari todavia se encuentra en Londres, donde lucha judicialmente por evitar su deportacion, anunciada por las autoridades britanicas para este viernes.
Desde el exilio, Massaari bombardeo su pais con faxes en los que denunciaba la supuesta corrupcion de funcionarios en negocios de armas, y acusaba a integrantes de la familia real saudi de comportamiento sexual impropio.
El disidente emigrado no representa una autentica amenaza para la monarquia de su pais, pero ha puesto en riesgo en Gran Brtana ingresos por exportaciones del orden de 3.000 millones de dolares al ano.
Presionadas por Arabia Saudita, las autoridades britanicas resolvieron expulsar a Massaari y recurrieron a la pequena isla de Dominica, que se manifesto dispuesta a recibirlo.
Segun los terminos del acuerdo bilateral de Al Yamamah, firmado en 1985, companias britanicas suministran a los saudies armas por el equivalente a 600.000 barriles de petroleo por dia.
El convenio abrio a British Aerospace, fabricante de aviones, un mercado para sus aparatos de combate y bombarderos por 3.000 millones de dolares al ano.
Arabia Saudita tambien se propone comprar a Gran Bretana tanques de guerra por 4.500 millones de dolares, y vehiculos acorazados, helicopteros y barcos.
Gran Bretana ha ingresado 30.000 millones de dolares en concepto de venta de material de guerra a Arabia Saudita desde la puesta en marcha del acuerdo, que tendra vigencia hasta el 2005.
El malestar del gobierno saudi ante las actividades de propaganda de Massaari tuvo impacto inmediato en las empresas britanicas del area de armamentos, que creyeron ver un peligro para sus exportaciones en la presencia del disidente en su pais.
Dominica tuvo razones para admitir el pedido britanico. Una serie de huracanes destruyo en 1995 la industria del banano, fundamento de su economia, y su situacion se complica por la progresiva reduccion de la ayuda que recibe de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretana.
Mientras el gobierno se rehusaba a aclarar todos los terminos del pacto alcanzado con Londres, la oposicion senalo riesgos de futuro.
"Invitar a radicarse en el pais a alguien caracterizado como un disidente islamico de extrema derecha y, por consiguiente, darle en Dominica una base para expresar su disidencia contra el gobierno saudita, puede provocar una situacion muy dificil y embarazosa", advirtio Brian Alleyne, lider de la oposicion.
El primer ministro Edison James argumento haber recibido garantias de Gran Bretana de que Massaari no esta involucrado en actividades criminales ni terroristas.
En cuanto al gobierno saudi, "esta plenamente informado de nuestra decision y no ha tenido ninguna reaccion negativa", agrego James.
Los partidarios de Massaari, soprendidos por la oden de deportacion del exiliado, que contradice la tradicion britanica de respeto de la libertad de expresion, exhortaron a su lider a negarse a partir hacia Dominica.
Por su parte, Massaari anuncio que no aceptara la propuesta, pues en la isla no hallara suficientes garantias de seguridad personal ni mezquitas para practicar su religion.
"Es improbable que Massaari resuelva venir a Dominica", admitio James.
Massaari apelo la orden de deportacion y, en caso de que su recurso fuera rechazado, podra dirigirse a instancias judiciales superiores y a la Corte Europea, segun senalaron sus partidarios.
Todo ese proceso legal puede prolongar durante varios meses su estancia en Gran Bretana. (FIN/IPS/tra-en/cj/da/ff/ca ip/96).