/AMBIENTE/: Como anular agresividad de gases destructores del ozono

El freon y otros clorofluorcarbonos (CFC), sustancias que destruyen la capa de ozono, podrian convertirse en productos inocuos como sal o ingredientes de dentifrico, segun cientificos de la Universidad de Yale, Estados Unidos.

El catedratico Robert Crabtree y el estudiante argentino Juan Burdeniuc comprobaron que el oxalato de sodio, una sustancia presente en las hojas de ruibarbo, provoca la descomposicion del CFC en sal comun y fluoruro de sodio si se lo calienta a la temperatura a que se hornea el pan.

Este descubrimiento permitiria el reciclaje con fines industriales de grandes cantidades de CFC aun almacenadas tras la prohibicion casi total de producirlo en paises desarrollados, vigente desde el 1 de enero de este ano de acuerdo con el Protocolo de Montreal.

Burdeniuc, cuyo pais esta parcialmente debajo del agujero de la capa de ozono alrededor de la Antartida, descubrio esta reaccion mientras trabajaba en su tesis doctoral, que se referia a cuestiones menos especificas.

El oxalato de sodio es seguro, accesible y, a 40 dolares la libra, es relativamente barato. Los metodos sugeridos antes para descomponer el CFC producian explosiones o gases acidos.

"Yo nunca habria elegido esta sustancia. Nadie penso que el CFC podrian reaccionar con un material pacifico y modesto como el oxalato de sodio", dijo Crabtree.

El cientifico describio el oxalato de sodio como "una escopeta de juguete que agujerea una plancha de acero".

El freon y otros clorofluorcarbonos son empleados para la fabricacion de acondicionadores de aire de vehiculos, refrigeradores, solventes y productos de limpieza. La ruptura de sus moleculas se produce en forma lenta, generalmente cuando han tenido tiempo de ascender a la estratosfera.

Esa reaccion destruye la capa de ozono, que protege a la Tierra de la radiacion ultravioleta. Ese fenomeno ha sido asociado al incremento de casos de cancer de piel y de cataratas y a la degradacion de la vida vegetal.

La mayoria de los paises industralizados dejaron de producir CFC el 1 de enero, en cumplimiento de Protocolo de Montreal, firmado en 1992.

Diez anos atras, 211.000 toneladas de CFC fueron utilizadas en todo el mundo para fabricar sistemas de aire acondicionado y refrigeracion, mientras otras 500.000 toneladas eran incorporadas a aerosoles y otros propelentes.

A fines de 1995, 139 paises habian prohibido la produccion de esos gases, pero todavia pueden utilizarse las existencias remanentes. Los paises en desarrollo tienen plazo hasta el 2010 para cumplir con el Protocolo de Montreal.

Las fabricas de productos quimicos aun pueden producir refrigerantes que contengan CFC, pero solo para ciertos usos considerados esenciales en los paises en desarrollo. En tanto, las industrias de Occidente tienen ocho anos para desarrollar refrigerantes alternativos.

La ley establece en Estados Unidos que los automoviles nuevos deben contar con otros sistemas de refrigeracion, pero el freon puede ser empleado en los viejos modelos.

Mientras tanto, surge un mercado negro de freon con infinidad de fuentes de abastecimiento. Empleados de la industria automovilistica estadounidense estiman que las existencias de ese gas ascienden a 100 millones de libras (45 millones de kilogramos).

El procedimiento descubierto en Yale no puede emplearse para retirar el CFC que ya se ha diseminado en la atmosfera, pero podria ser util para la destruccion de las existencias, segun Mario Molina, del Instituto de Tecnologia de Massachusetts, cuyo equipo gano en 1995 el premio Nobel de Quimica.

Algunas empresas han utilizado la situacion en su favor, como OZ Technology, de Post Falls, Idaho.

Esta compania se ha enfrentado a la gigante de la quimica DuPont, productora de freon, pues, tras un ano de gestiones ante la Agencia de Proteccion Ambiental de Estados Unidos, logro la aprobacion de su refrigerante hidrocarbonado, promocionado como "ambientalmente amistoso".

Mientras, los principales problemas en el cumplimiento del Protocolo de Montreal se registran en los paises en desarrollo y en Europa oriental.

Bulgaria fue el primer pais del este europeo en adoptar formalmente una estrategia para reducir en 86 por ciento los 74.500 metros cubicos de CFC que emite anualmente, despues de recibir 10,5 millones de dolares del Banco Mundial con ese fin. (FIN/IPS/tra-eng/jmp/rj/mj-ff/wd en/96)

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