La oposicion nacionalista de Serbia vuelve a proporcionar una ayuda involuntaria al presidente Slobodan Milosevic al pedir que el ejercito yugoslavo intervenga en Bosnia- Herzegovina para salvar al lider serbobosnio Radovan Karadzic y sus soldados rebeldes.
Estos sectores quieren la unificacion de todos los territorios serbios en una "Gran Serbia", tal como hace varios anos, pero no se han dado cuenta de que entretanto se ha perdido la guerra.
Milosevic lo habia advertido ya en 1993, cuando intento que Karadzic firmara el plan Vance-Owen, y mas tarde, en el verano de 1994, cuando presiono a los rebeldes para que aceptaran el plan del Grupo de Contacto de las cinco grandes potencias (Alemania, Francia, Gran Bretana, Estados Unidos y Rusia).
Ahora, mientras el presidente regatea las condiciones de la paz y la salvacion de la economia serbia, los nacionalistas piden mas guerra. Pero solo consiguen resaltar la imagen exterior de Milosevic como nuevo adalid de la paz, y estabilizar su posicion interna.
La poblacion de Serbia entiende muy bien aquello que no pueden entender los diletantes politicos de este pais: que en lugar de la guerra y la Gran Serbia han llegado los alguaciles judiciales.
Con su clara percepcion de la atmosfera politica, Milosevic se mantiene silencioso y deja que el ruido de los nacionalistas sirva de fondo a su silencio.
Cuando el presidente finalmente se decida a hablar, se limitara a decir que Serbia nunca estuvo en guerra, sino unos irresponsables aventureros que no escucharon su consejo, y que el hizo todo por salvar a este pais. Y convencera.
En cuanto a los serbios de Bosnia, a mediados de octubre Karadzic encontro por primera vez una seria resistencia dentro de su propio partido, el "gobernante" Partido Democratico Serbio.
Reunido el parlamento de la "Republica Serbia de Bosnia", el gobierno debio enfrentar una mocion de censura que alcanzaba al propio Karadzic y al comandante militar, general Ratko Mladic. El exito de la mocion solo pudo ser evitado con la renuncia del primer ministro Dusan Kozic y el relevo de cuatro generales.
Mladic no estuvo presente en la reunion parlamentaria en la que el gobierno saco de sus puestos a varios miembros de su estado mayor que no eran los verdaderos culpables de la derrota sino que habian criticado abiertamente la conduccion de Karadzic.
Permanecio el jefe del estado mayor, general Manojlo Milovanovic, lo mismo que dos comandantes que habian perdido la mitad de los territorios que anteriormente dominaban.
El parlamento nombro entonces una delegacion para visitar a Milosevic a fin de explicarle la tragedia de las ultimas derrotas y recabar su ayuda.
Belgrado se ha habituado rapidamente a responder con un incomodo silencio a los desastres militares de los serbios fuera de Serbia, por lo que nadie puede saber si el presidente querra recibir a la delegacion de sus "hermanos" de Bosnia.
De todas formas, pase lo que pase en Belgrado, nada podra mejorar la desesperada situacion en el terreno militar en Bosnia. Y es en ese punto en que se decidira el resultado final de la guerra. Esto lo saben todos menos los nacionalistas serbios.
Pese a algunas especulaciones, Karadzic no rectificara su camino. No se atrevera a salir de su total aislamiento para evitar una derrota militar total en Bosnia-Herzegovina.
– – – – – – – (*) Milos Vasic es periodista del semanario independiente de Belgrado, Vreme. Este articulo llego a IPS a traves del Instituto de Informacion sobre la Guerra y la Paz, con sede en Londres, que publica la revista WarReport. (FIN/IPS/tra-en/wr/rj/arl/ip/95