Las remesas que envian los inmigrantes residentes en Italia a sus familias en sus paises de origen se multiplicaron por diez desde 1990, mientras que el dinero remitido por los italianos en el exterior registro unaa severa caida en la ultima decada, senala un estudio difundido hoy.
Segun el documento, elaborado por el Centro Nacional de Investigaciones, en 1994 los inmigrantes despacharon hacia el exterior unos 210 millones de dolares, contra 19,3 millones en 1990 y 68,7 millones al ano siguiente.
Esos calculos no tienen en cuenta a los clandestinos, que tambien trabajan y remiten fondos a sus familias y representan cerca de un tercio de la inmigracion total en Italia.
A su vez, las remesas enviadas por los emigrantes italianos hacia la peninsula pasaron de 1.600 millones de dolares en 1985 a 456 millones en 1994.
Unos 15 millones de italianos emigraron desde 1925, cuando se inicio el regimen fascista, derrocado em 1945.
Segun el Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente son cinco millones los italianos que viven en el exterior, 1.800.000 de los cuales residen en America Latina, mayoritariamente en Argentina, Brasil y Venezuela.
Guido Bolaffi, ex director del Departamento de Emigracion, explico que la reduccion de las remesas se debe al cese "definitivo" de la emigracion italiana y a la ruptura cada vez mayor de los emigrantes con su pais de origen.
Italia se ha convertido ahora en un pais de inmigracion, senalo, previendo que el numero de extranjeros residentes en este pais aumente y por consiguiente tambien crezca el dinero que envien a sus familiares.
De acuerdo a datos oficiales en Italia habitan legalmente 922.706 extranjeros, de los cuales 141.577 provienen de la Union Europea (UE) y 781.129 del este de Europa, Asia, Africa, America y Oceania.
Pese al fuerte aumento de los flujos de inmigrantes, Italia sigue estando por debajo de la media europea, ya que los extranjeros legales representan 1,6 por ciento de la poblacion del pais, contra cuatro por ciento de promedio en la UE.
Un decreto promulgado el dia 20 otorga un plazo de dos meses a los clandestinos para regularizar su situacion, bajo pena de ser expulsados.
El decreto podria ser revocado por el parlamento, ya que fue duramente criticado, por razones opuestas, taanto por la derecha como por la izquierda.
De aprobarse, las familias de los que serian expulsados perderian buena parte de su sustento. (FIN/IPS/jp/dg/pr-ip/95