Sectores de la oposicion de Venezuela reclamaron al gobierno que acelere realmente la busqueda de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el fin de superar una crisis economica que amenaza dar lugar a estallidos sociales.
El ministro de Hacienda, Luis Matos, presento al FMI un plan de ajustes graduales en 10 areas, como soporte para pedir un credito por 1.500 millones de dolares, y llevara esa "Agenda Venezuela" al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en solicitud de recursos adicionales.
Las principales propuestas del gobierno de Rafael Caldera son reducir gradualmente el deficit fiscal, flexibilizar pero no suprimir el control de cambios, inyectar recursos al sector financiero para darle solidez y desarrollar programas para reanimar el aparato poductivo.
La mayoria de los objetivos y propuestas de la Agenda reeditan metas y programas senalados por otros planes que, para reordenar la economia y detener su deterioro, elaboro el gobierno desde que asumio en febrero de 1994.
"La primera prioridad es la reforma de caracter economico, que es ya, de ahora. No hay manana. Si el gobierno no hace lo que tiene que hacer, esto se va al demonio y se cae", clamo Henry Ramos, jefe de la bancada socialdemocrata, primera minoria en el parlamento cuatripartito.
Su correligionario que preside la Camara de Diputados, Carmelo Lauria, opino que la Agenda "es pura retorica, parece una carta al Nino Jesus, y ya sabemos que el FMI no lo es".
El dirigente socialcristiano Nelson Chitty dijo que "hay que actuar pronto y con coherencia, y no queda mas remedio que acudir al FMI", en tanto Carlos Melo, de la izquierdista Causa Radical, insistio en que "el gobierno sigue sin un programa economico coherente".
El acuerdo que negocia Caracas con el FMI "puede representar la primera oportunidad de rectificacion del gobierno, que se ha caracterizado por no tener ninguna politica economica", estimo Miguel Rodriguez, ex ministro de Planificacion y artifice de un pacto con el Fondo en 1989.
Para esa rectificacion "se requiere que Caldera asuma su papel de estadista", pues Venezuela se encamina a un nuevo ajuste "y lo que suele ocurrir es que los ajustes se hacen mas penosos por no asumirlos a tiempo", subrayo Rodriguez.
Considerado el "cerebro economico" en la presidencia del socialdemocrata Carlos Andres Perez (1989-1993), Rodriguez dijo que se plantea aumentar los ingresos publicos con fuerte alza en el precio de la gasolina y renovar la tributacion para "reducir el deficit de verdad verdad".
Perez, quien bajo arresto domiciliario atiende un juicio por presunta malversacion de fondos, desestimo la Agenda porque "es una enumeracion de buenos propositos", tomados "de los cinco o seis planes ya hechos para orientar la salida a la crisis".
Rival historico de Caldera, Perez senalo que "despues de todos los juamentos de no ir al FMI, ahora que estan con el agua al cuello tratan de remendar la situacion".
Caldera dijo durante su campana en 1993 y durante su primer ano y medio de gobierno que "no nos arrodillaremos ante el FMI", y Matos destaco que Venezuela presento al organismo su propia agenda, la que se discutira pero de entrada "recibio buena acogida".
Para Ramos "el gobierno no puede seguir haciendo populismo. Decir que se acude de pie al FMI es un rugido de raton".
En la oposicion extraparlamentaria, el ex teniente coronel Hugo Chavez, lider de la cruenta rebelion militar de febrero de 1992, sostuvo que "Caldera tiene que aceptar que ha fracasado y que el pais se encuentra en su mas grave crisis economica".
El presidente "debe dejar el poder, dedicar el resto de sus dias a jugar domino (pasatiempo favorito del mandatario) tranquilamente, porque es lo mejor para el pais antes de que pueda ocurrir otra cosa", opino Chavez.
El inicio del ajuste en 1989, con alza de la gasolina seguida de incrementos especulativos en el transporte publico, detono el "Caracazo", semana de desordenes y saqueos en febrero-marzo que se saldaron con unos 400 muertos, 2.000 heridos y 150 millones de dolares en danos materiales.
Ese fantasma acecha desde entonces las medidas correctivas de la economia en Venezuela, sobre todo despues que los organizadores de las dos asonadas de 1992 invocaron el Caracazo como precedente.
Caldera rehuyo el recetario del FMI, asi como acudir al organismo en busca de recursos, pero inicio negociaciones este semestre al comprobar que las cuentas del pais permanecen en rojo.
Las reservas internacionales, 9.200 millones de dolares, de los cuales unos 5.400 millones operativas, estan por debajo del nivel de junio de 1994, cuando se implanto un control de cambios precisamente para apuntalarlas.
El deficit fiscal arrastra una carga negativa desde 1994 y se proyecta aun mayor para 1996.
Segun Matos en 1995 ese saldo negativo seria de 4.400 millones de dolares, pero sus opositores lo evaluan en 6.000 millones.
El parlamento rechaza "por irreal e inviable" el proyecto de presupuesto para 1996, de 19.000 millones de dolares, y el gobierno replica que repetira entonces el de 1995, lo cual, vista la inflacion de 50 por ciento anual, amenaza con paralizar el funcionamiento del Estado.
La deuda externa, de 27.000 millones de dolares, consumira mas de 3.300 millones como servicio a partir de 1996, cuando comienzan vencimientos de capital refinanciados en 1990, y la deuda interna, de 6.000 millons de dolares, consum un monto similar.
Entre ambos debitos absorben al menos 40 po ciento del presupuesto de 1996, y se agrega que el gobierno tiene atrasos de 1.000 millones de dolares en pagos de deudas de 1995.
En ese panorama, acudir al FMI es una opcion de dinero fresco, por lo visto mas urgida que rechazada por la oposicion, con demandas de "medidas concretas" en vez de la "retorica" con la que el gobierno se cuida de mostrar, ante la poblacion, que no ha claudicado frente al Fondo. (FIN/IPS/hm/if-la/95