Venantia Munganyinka sobrevivio a la masacre del ano pasado en Rwanda que costo la vida a su marido, pero ahora se pregunta si podra escapar de otro asesino potencial, la pobreza.
"Mi vida actual es un completo desastre, y no hay esperanza que mi situacion mejore", dijo Munganyinka, quien tiene 31 anos de edad y pare al menos una decada mas vieja.
Su marido, un prospero funcionario publico, fue asesinado durante las matanzas de abril-julio de 1994 perpetradas por el ex ejercito gubernamental de Rwanda y los interhambwe, los grupos paramilitares de la mayoria hutu.
Las masacres, en que perecieron al menos 500.000 personas – sobre todo de la minoria tutsi- se produjeron despues de la muerte del entonces presidente Juvenal Habyarimana, el 6 de abril de 1994. El bano de sangre termino cuando los rebeldes del Frente Patriotico de Rwanda (RPF) derrocaron al gobierno anterior, tras una guerra civil de tres meses.
La mayoria de los sobrevivientes estan en la miseria.
"Nuestra casa fue destruida y nuestra propiedad saqueada", declaro Munganyinka. "Ahora debo tratar de alimentar a seis huerfanos, mis tres hijos y otros tres ninos dejados por mi tio".
Munganyinka ha tratado de rehacer su vida. Desde agosto trabaja como mucama en el "Hotel des Milles Collines", uno de los mejores de Kigali, donde gana 50 dolares mensuales, 20 mas que el promedio de los empleados publicos rwandeses cuyos salarios se modificaron muy poco desde 1980.
Su sueldo no alcanza para mucho ya que los precios se dispararon a raiz de la guerra del ano pasado y el genocidio, que pusieron de rodillas a una economia ya tambaleante.
En el mercado de Nyarugenge, en el corazon de Kigali, los precios de los productos basicos han subido mas de un 300 por ciento desde el periodo de preguerra. Un kilo de carne cuesta 5,70 dolares en comparacion con los 1,40 dolares de principios de 1994.
Munganyinka vivia en un area de gente con ingresos medios pero debio mudarse al escualido barrio de Rugenge. Tambien se vio obligada sacar de la escuela privada a sus hijos mayores porque no podia pagar los aranceles.
"A veces me pregunto si la agonia en que fuimos sumergidos terminara alguna vez", dijo. "El gobierno prometio ayudar a las victimas pero parece que no puede cumplir con sus compromisos".
"El caso Munganyinka no es uno aislado", explico Annoncita Nyiratamba, presidente de la Asociacion Rwandesa de Viudas del Genocidio (AVEGA).
"Hay mas de 2.400 viudas e innumerables huerfanos en Kigali que viven en condiciones miserables y abandonados por todos", dijo Nyiratamba, tambien una viuda. Sin embargo, agrego que no disponia de cifras exactas porque hasta ahora no hubo una evaluacion del numero de mujeres que perdieron sus maridos y de huerfanos.
Segun la dirigente de AVEGA, los sobrevivientes aun son mas miserables debido al aumento de la pobreza despues de la guerra.
Denuncio que ninguna de las 150 organizaciones no gubernamentales (ONG) que irrumpieron en Rwanda despues de julio de 1994 han ayudado realmente a las victimas del genocidio.
"En cuanto al gobierno, nos dijeron que debemos dar el primer paso y aportar proyectos. Mientras tanto, no se avisora ningun tipo de asistencia concreta", apunto.
Con pedido de anonimato, un funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad Social (CSR) dijo que el clamor de algunas viudas y huerfanos podria ser aliviado si recibieran las pensiones u algun otro ingreso de sus extintos maridos. Pero, antes que eso ocurra, el gobierno debera ponerse al dia con los pagos atrasados a la CSR.
"Si el gobierno puede devolvernos los 24.000 millones de francos (rwandeses) que nos debe, nos permitiria indemnizar un buen numero de casos", aseguro. A la cotizacion actual -un dolar equivale a 310 francos rwandeses- el monto retroactivo seria de 77,4 millones de dolares.
Las demandas de las viudas son sintomaticas de la situacion de los rwandeses que estan luchando para emerger del desastre de 1994.
En el sector rural todo debe comenzar de nuevo. El exodo masivo de dos millones de refugiados a paises vecinos ha afectado gravemente la agricultura, de la cual dependia la gran mayoria de la poblacion. Muchas granjas estan cubiertas de malezas porque sus duenos tuvieron que dejar el pais o fueron desalojados.
Mientras la produccion agricola del ano pasado fue severamente perjudicada por el conflicto, la de 1995 previsiblemente sera todavia menor, apenas un 70 por ciento de lo cosechado en 1994.
"Esto se ha debido sobre todo al hecho que gran cantidad de campos no estaban cultivados y los paises donantes que habian prometido ayuda no cumplieron a tiempo sus promesas", senalo un experto agricola.
"Hay otro motivo para la declinacion", dijo Alexis Kimenyi, de la Asociacion de Derechos Humanos Kanyarwanda. "Las ONG que inundaron el pais tambien crearon una suerte de dependencia en la poblacion. La gente se ha puesto perezosa y no le interesa el campo", lamento.
"Si los rwandeses quieren salir de las fosas comunes del genocidio del ano pasado, deben trabajar duro" anadio Kimenyi. "La lentitud de la asistencia foranea prometida debe recordarles el refran que la ayuda exterior llega siempre despues que ceso la lluvia". (FIN/IPS/tra-en/jbk/kb/ego/pr).
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