Una movida de piezas en el complicado ajedrez de los exiliados cubanos en Miami dio al presidente Fidel Castro una oportunidad de oro para dividir el poderoso lobby opositor a su gobierno que funciona en Estados Unidos.
La movida fue el encuentro de tres horas ocurrido en los ultimos dias de junio en La Habana entre Castro y Eloy Gutierrez Menoyo, dirigente de la organizacion anticastrista Cambio Cubano, que paso 22 anos en las carceles de la isla despues de una fracasada invasion militar en 1964.
A sus 60 anos, Gutierrez Menoyo defiende ahora la tesis de que la busqueda de una solucion para el antagonismo entre los exiliados y el gobierno cubano no puede ser violenta y tiene que pasar por una negociacion con Fidel Castro.
Esa idea es frontalmente contraria a la vieja posicion de la Fundacion Cubano Americana, del millonario Jorge Mas Canosa, que propone una rebelion contra Castro y la eliminacion de todos los residuos del socialismo en la isla.
Las senales mas claras de la division en la comunidad de casi dos millones de exiliados cubanos en el estado estadounidense Florida surgieron tras el regreso de Gutierrez Menoyo a Miami.
El ex detenido fue recibido sin protestas masivas, al contrario de lo ocurrido en abril del ano pasado, cuando un grupo de 200 exiliados fue violentamente hostilizado por sus compatriotas en el exilio despues de participar de una reunion en La Habana con representantes del gobierno cubano.
Hubo un silencio sintomatico de la Fundacion, que critico la iniciativa del dirigente de Cambio Cubano pero sin la virulencia de condenas anteriores.
En la calle Ocho, el principal punto de reunion de los anticastristas en Miami, las reacciones tambien fueron moderadas, lo que indico que los «dialogueros» (como se llama a los partidarios del dialogo con el gobierno de Castro) estan en alza.
Otro sintoma del cambio de actitud entre los exiliados quedo plasmado en una entrevista dada por Gutierez Menoyo esta semana en Miami a un programa transmitido por la cadena Sur de television.
Varios anticastristas intervinieron por telefono pero ninguno con el tono agresivo, claramente amenazador, que caracterizo los comentarios formulados en ocasion de una entrevista a Magda Montiel-Davies, una de las cubano-estadounidenses que participo de la reunion de abril de 1994 en La Habana.
Gutierrez Menoyo aprovecho el nuevo espacio politico para avanzar aun mas sus peones en el tablero, anunciando que viajara a Washington y a varias capitales latinoamericanas para plantear su propuesta de negociacion con Fidel Castro.
Un sector importante de la administracion del presidente de Estados Unidos Bill Clinton ve con buenos ojos el protagonismo de Gutierrez Menoyo, porque torna al Partido Democrata menos dependiente de los votos controlados por Mas Canosa.
La emigracion cubana puede jugar un importante papel en los comicios estadounidenses de 1996, en los que Clinton aspira a ser reelecto.
Fidel Castro sabe que el problema cubano esta ahora colgado a esas elecciones y que en este contexto la cuestion de los exiliados en Florida adquiere enorme transcendencia.
Si Gutierrez Menoyo logra fortalecerse como opcion moderada y parte de los exiliados comienza a pedir el fin del bloqueo comercial de 32 anos como forma de acelerar una negociacion con La Habana, se abre para Clinton una salida elegante para acabar con el ostracismo impuesto a Cuba.
La estrategia de Fidel Castro parece estar ahora totalmente centrada en sacar el tema del bloqueo del pantano de la politica domestica estadounidense y trasladarla a un ambito cubano.
Alli serian los exiliados los que jugarian un papel protagonico y no los intereses electorales del senador republicano Jesse Helms (partidario de reforzar el bloqueo a la isla) o el ego politico de Mas Canosa.
Es esto lo que parece estar detras de la sorprendente reaproximacion entre Castro y Gutierrez Menoyo. (FIN/IPS/cc/dg/ip/95
