La decadencia politica del general Augusto Pinochet se profundizo luego de que no lograra impedir que dos de sus mas importantes colaboradores en la dictadura chilena eludieran sentencias carcelarias impuestas por la justicia.
La detencion esta semana del general retirado Pedro Espinosa en una carcel especial para militares condenados por crimenes politicos liquido el aura de Pinochet como garante inquebrantable de la impunidad de companeros de ruta acusados de violar los derechos humanos.
Se trata de un hecho que tiene consecuencias no solo internas sino tambien externas.
"No solo los chilenos respiraron aliviados. Tambien lo hicieron lideres civiles de otros paises del continente, donde hay muchos oficiales que consideran a Pinochet como el ultimo bastion del viejo orgullo castrense", afirma el cientista politico y experto militar guatemalteco Gabriel Aguillera.
La detencion de Espinosa torno inevitable el encarcelamiento del general retirado Manuel Contreras, tambien condenado por la justicia como responsable intelectual del asesinato, en 1976 en Washington, del ex canciller socialista Orlando Letelier por agentes de la disuelta Direccion Nacional de Inteligencia (DINA).
Contreras, se refugio, hace una semana, en un hospital de la Armada chilena para evitar ir a la carcel, donde ya esta su colega y subordinado en la DINA Pedro Espinosa.
De 65 anos, Contreras debe cumplir una pena de siete anos y ha decidido poner a prueba la promesa de Pinochet de impedir represalias a los militares.
Informaciones periodisticas provenientes de Santiago indican que Contreras ya perdio su batalla y que el comandante de las Fuerzas Armadas espera que la notoriedad del caso disminuya para que el general retirado vaya a prision sin que se lo note demasiado.
Otras fuentes senalan que ahora la cuestion central es entre Pinochet y Contreras, que, molesto con el trato recibido de su superior, estaria esgrimiendo la excusa de problemas de salud y aun su miedo personal a morir en una prision para provocar inquietud entre otros militares acusados de violaciones de derechos humanos durante la dictadura militar (1973-1990).
Chile es hoy el unico pais latinoamericano de importancia en que los militares constituyen aun un fantasma que ronda el escenario politico.
La sobrevivencia de Pinochet es consecuencia de un pacto informal en el que el ex dictador se planta como garante de la impunidad de sus subordinados agitando la amenaza de un nuevo golpe de Estado.
Segun Aguillera, "el poder de bluff (de Pinochet) ya no es mas el mismo despues del caso Contreras".
El ferreo control que el ex dictador mantiene sobre sus subordinados busca evitar la repeticion en Chile del reciente mea culpa de los militares argentinos por las miles de desapariciones (10.000 segun informes oficiales, 30.000 de acuerdo a los familiares de las victimas) durante los anos 70 y 80.
Las grietas en el corporativismo castrense chileno afectan a militares de paises como Guatemala y Peru, que aun mantienen protagonismo politico pero ahora empiezan a quedar aislados.
Tambien quitan aliento a los de Brasil, Venezuela, El Salvador y Honduras, que intentan reconquistar parte del prestigio perdido.
La humillacion argentina es inaceptable para Pinochet, que usa el caso del general Contreras como arma para evitar que otros 20 altos oficiales de la dictadura chilena sean tambien condenados a cumplir sentencias dictadas por jueces civiles.
El caso Contreras dano la imagen politica exterior de Chile justo en momentos en que el pais enfrenta delicadas negociaciones para lograr su ingreso al Tratado de Libre Comercio de America del Norte, constituido por Estados Unidos, Mexico y Canada.
El gobierno del presidente Eduardo Frei no quiere que el episodio pase a mayores, coincidiendo en ello con Pinochet.
Cerca de 87 por ciento de la poblacion chilena se pronuncio en una encuesta difundida a fines de mayo por el encarcelamiento de Manuel Contreras.
Pero a Pinochet no le preocupa demasiado la opinion de los civiles. Para el solo vale la de sus subordinados en los cuarteles. (FIN/IPS/cc/dg/ip/95) – – –
