La amenaza de restriccion de las compras brasilenas enfrenta al modelo economico argentino al desafio de perder el factor que hasta ahora moderaba su ciclo recesivo, iniciado en 1994 con el aumento de las tasas de interes en Estados Unidos y seguido con la crisis mexicana.
La voluntad brasilena de limitar la importacion de automoviles para neutralizar su creciente deficit comercial dejo casi sin aliento a los fabricantes de Argentina, que ante una caida en las ventas internas de 38 por ciento entre enero y mayo, apostaron a un aumento en las exportaciones.
El mercado brasileno se habia transformado en una fuente de oxigeno para Argentina, cuyo modelo de apertura muy expuesto a los flujos de capital volatil habia logrado sortear, aunque con un alto costo, los sucesivos golpes asestados desde los diversos frentes que se abren en una economia globalizada.
Las colocaciones argentinas solo representan 10 por ciento del total de las compras brasilenas en materia de vehiculos. Sin embargo, la virtual limitacion desato la primera gran crisis del Mercado Comun del Sur (Mercosur) desde su puesta en marcha este ano y desnudo la vital dependencia argentina.
"Lo que estamos discutiendo es irrelevante para Brasil porque los autos que Argentina puede exportar a su mercado representan apenas 10 por ciento de su deficit comercial", explico desde San Pablo Mauricio Macri, dueno de la empresa automotriz argentina Sevel, que produce Fiat y Peugeot.
En cambio, el empresario advirtio que si Brasil concreta la amenaza de limitar sus compras a 100.000 vehiculos (en el primer semestre fueron 200.000), en Argentina habra mas recesion y un aumento del desempleo.
La industria automotriz, que lidero el proceso de crecimiento economico argentino en el ultimo quinquenio, encabeza tambien hoy al rubro de empresas mas afectados por la reduccion del mercado interno.
En 1990, se producian en Argentina 90.000 automoviles, en 1991 139.000, en 1992 262.000, en 1993 342.000 y en 1994 500.000, pero la curva cayo bruscamente este ano. Proyecciones optimistas estiman que la produccion no llegara a 340.000.
Las ventas en el mercado interno declinaron 47 por ciento en los primeros meses del ano, lo que obligo a los empresarios a suspender temporariamente al personal de planta y a reactivar programas de exportacion.
Segun datos de la Asociacion de fabricas de automotores, en 1994 Argentina exporto 38.657 vehiculos. Este ano, en lo que va de enero a mayo, se colocaron en el exterior 21.213 unidades.
Para diciembre, los empresarios esperaban ubicar en el exterior una cifra cercana a las 75.000 unidades, pero si Brasil pone en practica un regimen que restringe las compras, aun para sus socios del Mercosur, habra que hacer nuevamente las cuentas.
El conflicto automotor, que acaparo la atencion de la cumbre del Mercosur realizada este lunes en San Pablo, represento para Argentina un nuevo golpe a su economia.
La crisis mexicana produjo una fuga de depositos bancarios estimada en 8.000 millones de dolares. Desde entonces, el credito casi desaparecio y cerraron mas de 30.000 comercios.
El desempleo, que ya se ubicaba en 12,2 por ciento en 1994, ascenderia a 14 por ciento en mayo, segun un anticipo de las cifras oficiales.
El crecimiento del producto interno bruto, que fue de siete por ciento promedio en los ultimos cuatro anos, podria ser negativo al finalizar 1995.
Ante este panorama, la reactivacion de la demanda brasilena como producto de la estabilizacion se constituyo en "el factor moderador" del ciclo recesivo, dijo a IPS el economista Eduardo Curia.
"El error fue articular toda la estrategia economica argentina en funcion de un factor de corto plazo como es el virtual aumento de la demanda brasilena", afirmo.
Curia, un influyente economista, ya habia advertido en mayo la existencia de una vital dependencia de la economia argentina respecto del mercado brasileno y de los riesgos de que Brasil alterara ese precario equilibrio.
"Si Brasil enfria su consumo interno o limita sus importaciones podria perjudicar tremendamente a Argentina, que vera profundizarse su recesion", alerto entonces Curia a raiz de la determinacion brasilena de prevenir a cualquier precio el recalentamiento de su economia.
La escalada que derivo en el enfrentamiento de San Pablo puede seguirse a traves de la evolucion del balance comercial externo de los dos paises.
Desde que se lanzo el Plan de Libre Convertibilidad del Peso en 1991, Argentina arrastro un fuerte deficit de su balanza comercial, que llego a 5.800 millones de dolares en 1994.
Pero en marzo, la tendencia se revirtio como consecuencia de la reduccion del mercado interno luego de la crisis mexicana. Ese mes hubo un superavit comercial de 40 millones de dolares y subio a 300 millones en abril.
En cambio Brasil, que tradicionalmente tenia superavit, enfrenta hoy un deficit que de enero a mayo fue de 3.492 millones de dolares por efecto de la reactivacion luego de la puesta en marcha del Plan Real y de la sobrevaluacion de su moneda.
Para revertir ese deficit, el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso decidio adelantar el plazo para implantar un regimen automotor y redacto un decreto que limita las importaciones de vehiculos, aunque dejo la medida en suspenso ante la fuerte reaccion argentina.
La politica proteccionista podria alcanzar tambien a otros sectores, como electrodomesticos, alimentos y textiles, segun advirtieron representantes de los mismos.
El presidente de la Camara de Industrias Metalurgicas, Ricardo Gutierrez, critico la amenaza brasilena de fijar aranceles al ingreso de electrodomesticos provenientes de la zona franca argentina de Tierra del Fuego.
La medida, anticipada por la ministra de Industria, Dorothea Werneck, responde a las restricciones de 30 por ciento que Argentina impone a la produccion que viene de zona franca de Manaos.
La industria de articulos para el hogar en Argentina anticipo que este ano producira 50 por ciento menos que en 1994, pero admitio que esa desaceleracion seria de 80 por ciento sin las partidas que se destinan a Brasil.
Ante este panorama, el ministro de Economia de Argentina, Domingo Cavallo no pierde las esperanzas.
"Nadie perdio una batalla en San Pablo, solo debemos esperar que lleguemos al 1 de enero proximo con un regimen automotor comun", afirmo. (FIN/IPS/mv/ag/if/95