Despues de que la oposicion republicana derroto a los democratas y logro el control del Congreso en Estados Unidos, el mes pasado, casi no se habla del impacto que este vuelco tendra en el proceso de paz en Angola.
Es un hecho que el resurgimiento de la oposicion republicana en Estados Unidos fortalecio la posicion de Jonas Savimbi, lider de la rebelde Union Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), para rechazar la ultima iniciativa de paz de Lusaka y proseguir su guerra de desgaste contra el gobierno.
Segun Mike Terry, director del grupo de presion Accion por Africa Austral (ACTSA), las senales que Washington envio desde inicios de noviembre estimularon a la UNITA a incumplir los protocolos del acuerdo de paz firmado en la capital de Zambia el 22 del mes pasado entre los rebeldes y el gobierno de Luanda.
"Dentro de la UNITA existen elementos poderosos claramente opuestos a la paz. Y es esta gente la que esta siendo estimulada por congresistas republicanos como Jesse Helms y otros para romper el acuerdo de cese del fuego", recalco Terry en Londres.
Su opinion es compartida por David Coetzee, experto en Angola y editor de "Southscan", una publicacion sobre cuestiones del sur de Africa.
Coetzee sostiene que el veto politico que tiene ahora la mayoria republicana en el Congreso es una mala senal para la paz en Angola.
Segun el especialista, la debil presidencia del democrata Bill Clinton ha hecho que Savimbi se preocupe mas por obtener el apoyo de los republicanos que por trabajar por la paz.
"Sospecho que solo era cuestion de tiempo antes de que volvieran a la lucha. Lo que habian estado haciendo desde noviembre es emprender una gran ofensiva diplomatica para reactivar su antigua red republicana y reactivar el apoyo republicano", afirmo.
"Era posible que la UNITA volviera a las montanas para librar una guerra de desgaste contra las fuerzas del gobierno. Esta era la situacion antes de que se reanudara la guerra y cuando perdieron las elecciones en 1992", explico.
Antes de la victoria republicana en las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos, existia mucho optimismo sobre las perspectivas de paz en la guerra civil que vive la ex colonia portuguesa de Angola desde su independencia en 1975.
Todos apostaban a que antes de fin de ano se alcanzaria un acuerdo para una paz duradera, que acabara con una guerra civil que destruyo una de las economias mas prometedoras de Africa y causo al menos un millon de muertos.
Estos pronosticos optimistas se basaban en muchos factores, uno de los cuales era el final de la "guerra fria" y la victoria presidencial de Clinton hace dos anos contra los republicanos, cuyo apoyo moral y militar para la UNITA solo tiene comparacion con el apartheid en Sudafrica.
Cuando el gobernante Movimiento Popular por la Liberacion de Angola (MPLA) vencio a la UNITA en las elecciones de 1992, que tuvieron supervision internacional, muchos analistas estaban convencidos de que tarde o temprano los rebeldes tendrian que plegarse a la voluntad democratica del pueblo angoleno y acceder a compartir el poder con el legitimo gobierno de Luanda.
Sin embargo, igual que habian frustrado las iniciativas de paz anteriores, los rebeldes reanudaron la guerra casi inmediatamente despues de su derrota electoral.
"La comunidad internacional, y (la Organizacion de) Naciones Unidas en particular, debio haber enviado en esos momentos tropas pacificadoras e impuesto sanciones globales para cortarles (a los rebeldes) sus lineas de abastecimiento", indico Terry.
Segun los analistas locales, la demora de un ano en imponer sanciones le permitio a la UNITA acumular armas y, pese a las cruciales derrotas que recientemente les infligieron las fuerzas gubernamentales, seguira manteniendo en vilo al pais mientras sus poderosos amigos dominen en las decisiones politicas de Washington.
Coetzee estimo que los republicanos estan tratando ahora de salvar a la acosada UNITA de una humillante derrota, bloqueando el acceso de Luanda al Fondo Monetario Internacional (FMI). (FIN/IPS/trad-en/js/mf/da/rp).
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