A diecisiete dias de las elecciones nacionales, tres de los cuatro principales partidos politicos de Uruguay pactaron procurar acuerdos nacionales que hagan posible la "gobernabilidad" a partir del 1 de marzo de 1995.
Del acuerdo participan el gobernante Partido Nacional, el opositor Partido Colorado y el recientemente formado Nuevo Espacio, de orientacion socialdemocrata.
La coalicion de izquierdas Frente Amplio se mantuvo al margen por considerar que discutir un acuerdo de esa naturaleza poco antes de las elecciones seria un mero hecho retorico.
Sectores aliados al Frente Amplio en el marco del Encuentro Progresista intervinieron en los debates en tanto observadores.
Los participantes convinieron que los acuerdos no solo involucren a los actores politicos sino tambien a los sociales, a quienes adjudican el rol de "sostenedores de la gobernabilidad".
"Nos comprometemos a una reforma politica que mejore la eficiencia del sistema", expresa el proyecto de documento que los partidos firmaron este jueves.
Esa reforma, anade el texto, apuntara a dar "mayor coherencia a los partidos", al tiempo que pregona por modificaciones al sistema de seguridad social.
Uno de los gestores de la iniciativa, el senador del gobernante Partido Nacional Carlos Pereyra, dijo a IPS que el acuerdo "es bueno para la salud de la democracia".
El legislador considero que este acuerdo "permitira trabajar con mayor tranquilidad", no solo para desarrollar el futuro gobierno con respaldo legislativo sino tambien para reformar el actual sistema politico.
Todas las encuestas coinciden en que el Partido Nacional y el Partido Colorado registran un "empate tecnico" y que el vencedor de los comicios del 27 de noviembre se definira el mismo dia de la eleccion.
De acuerdo con la intencion de voto, el proximo Congreso estara dividido casi en tercios, porque el Frente Amplio solo se encuentra entre dos y seis puntos por debajo de nacionalistas y colorados.
El Nuevo Espacio, liderado por el joven de 35 anos Rafael Michellini, reune en las encuestas entre el cinco y el 6,5 por ciento de la preferencia de los votantes, lo que puede convertirlo en un factor de desequilibrio en las votaciones legislativas. (FIN/IPS/rr/dg/np/94