En la última semana de septiembre, los jefes de Estado y de gobierno de 64 países anunciaron una de las promesas más firmes hasta ahora de revertir la pérdida de la diversidad biológica y las contribuciones de la naturaleza a las personas para 2030. Sin embargo, avanzar de promesas potentes a políticas y acciones concretas significa que la naturaleza debe moverse al centro de la toma de decisiones global, nacional y local. Es hora de reintegrar la naturaleza en todo lo que hacemos.
El Compromiso de los Líderes por la Naturaleza es una declaración explícita de una emergencia planetaria, impulsada por acciones humanas que están degradando la naturaleza y nuestro clima a ritmos y niveles sin precedentes en la historia de la humanidad.
Como un renovado compromiso firme con la acción urgente antes de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, que tiene lugar este miércoles 30 en Nueva York y prácticamente en todo el mundo, puede ser un punto de inflexión vital y positivo hacia el cambio transformador necesario para las personas y la naturaleza, pero esto requerirá una reorganización fundamental de todo el sistema a través de factores tecnológicos, económicos y sociales, incluidos paradigmas, metas y valores.
La biodiversidad es la base de la vida y el bienestar humanos. Cuando destruimos el mundo natural, ponemos en peligro nuestras propias vidas y medios de subsistencia. Por lo tanto, la acción eficaz sobre la naturaleza debe basarse en la mejor ciencia y experiencia disponibles para comprender adecuadamente nuestros desafíos y las opciones disponibles para un futuro mejor.
Por lo tanto, la promesa en el Compromiso de los Líderes de que el diseño y la implementación de la política estarán basados en la ciencia es más que bienvenido. La ciencia, la evidencia y la experiencia ya existen en el Informe de Evaluación Global de la IPBES sobre la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas y otros informes clave de la IPBES (Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas).
Es evidente, a partir de la ciencia, que vivimos en una espiral descendente insostenible de cambios en el uso de la tierra y el mar, sobreexplotación, contaminación, cambio climático y especies invasoras, y que nosotros somos la causa. Esto impulsa la devastación de la naturaleza e impacta directamente en nuestra propia calidad de vida a través de la alimentación, la salud, la economía e incluso la paz y la seguridad.
Colocar a la naturaleza en el centro de las decisiones en sectores clave, incluidos la agricultura, la pesca y la silvicultura, la energía, el turismo, la salud, la infraestructura, las industrias extractivas y el comercio, ayudará a poner fin a este círculo vicioso. La naturaleza hace contribuciones materiales e inmateriales invaluables a nuestras vidas en todos los sectores del desarrollo y la actividad humanos.
Por lo tanto, todo el enfoque del gobierno descrito en el Compromiso se basa en una ciencia sólida y es absolutamente necesario.
El uso sostenible, la gestión inteligente y la conservación eficaz de los recursos naturales, fortalecidos por la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales, son componentes clave de un enfoque más eficaz e integrado.
El hecho de que la primera Cumbre de la ONU sobre Biodiversidad tenga lugar en medio de la pandemia de covid-19, está enmarcando la urgencia de nuestra relación deshilachada con la naturaleza en términos que hacen que la pérdida de biodiversidad sea extremadamente personal e innegablemente importante.
La humanidad se encuentra ahora en una encrucijada de cambios significativos. Si no aprovechamos esta oportunidad para cambiar de rumbo voluntariamente, corremos el riesgo de entrar en aguas desconocidas donde las pandemias, por ejemplo, son más probables y más devastadoras.
Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, durante la semana de alto nivel de la 75 Asamblea General, «la solidaridad es en interés propio».[related_articles]
Nuestro desafío compartido, como líderes y ciudadanos, es unirnos en torno a la naturaleza como nuestro terreno común y nuestro hogar común, para reconocer que la naturaleza misma contiene la mayoría de las soluciones para abordar nuestras amenazas compartidas de pérdida de biodiversidad y cambio climático.
Quizás el elemento más alentador del Compromiso de los Líderes por la Naturaleza es la promesa explícita de acción significativa y responsabilidad mutua, más allá de las palabras en el papel. Si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y construir un futuro sostenible, debemos dejar atrás los modelos obsoletos de «aquí no pasa nada”, informados por el paradigma actual y limitado de crecimiento económico a cualquier costo.
Comenzamos redescubriendo que la naturaleza está indisolublemente ligada a cada decisión que tomamos, en los espacios económicos, sociales, políticos y tecnológicos, y aprovechamos esta oportunidad sin precedentes para cambiar nuestro mundo hacia un futuro más sostenible, con la naturaleza en el centro de nuestro enfoque.
Como consideraron cientos de los principales científicos del mundo, y acordaron representantes intergubernamentales de más de 130 Estados miembros en mayo pasado, “por su propia naturaleza, el cambio transformador puede esperar la oposición de quienes tienen intereses en el estado actual, pero esa oposición puede superarse por el bien público en general”.
Acerca de la IPBES:
La IPBES es un organismo intergubernamental independiente integrado por 137 gobiernos miembros. Establecido por los gobiernos en 2012, brinda a los responsables de la formulación de políticas evaluaciones científicas objetivas sobre el estado de los conocimientos sobre la diversidad biológica del planeta, los ecosistemas y las contribuciones que hacen a las personas, así como las herramientas y métodos para proteger y utilizar de manera sostenible estos activos naturales vitales. Hasta cierto punto, la IPBES hace por la biodiversidad lo que hace el IPCC por el cambio climático..
T: MLM