A pesar de la tarea del Consejo de Seguridad de la ONU de proteger a los civiles en los conflictos armados, millones de personas en todo el mundo continúan siendo desplazadas y asesinadas con poca o ninguna responsabilidad para los agresores.
En los 20 años transcurridos desde que el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se comprometió a adoptar medidas para la protección de civiles en los conflictos armados, el directorio del foro mundial tuvo tan solo un debate sobre el tema, el 23 de mayo.
Si bien ha habido algunos avances, el panorama global sigue siendo grave a medida que la población civil continúa siendo la más afectada por los embates de las guerras.
«El grave sufrimiento humano aún está siendo causado por conflictos armados y por el incumplimiento del derecho internacional humanitario … tenemos las reglas y las leyes de la guerra. Ahora todos debemos trabajar para mejorar el cumplimiento», dijo ante el Consejo de 15 miembros el secretario general de la ONU, António Guterres.
Antes de la reunión, la directora de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional, Tirana Hassan, instó al Consejo de Seguridad a poner a su «catastrófico fracaso», 20 años después de asumir su compromiso y 70 desde que se adoptaron los Convenios de Ginebra destinados a proteger a la población civil y a otros grupos de atrocidades bélicas.
«Los líderes mundiales casi han abandonado a los civiles a los estragos de la guerra. El debate abierto de esta semana en el Consejo de Seguridad debe ceder «Más que una simple postura y promesas vacías. Se necesita una acción concreta para revertir el curso, proteger efectivamente a los civiles, detener los crímenes de guerra y acabar con la impunidad», afirmó.
Según la ONU, más de 22.8000 civiles murieron o resultaron heridos solo en 2018 en solo seis países: Afganistán, Iraq, Mali, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad son parte en muchos de estos conflictos y, por lo tanto, son responsables de no proteger a los civiles.
Por ejemplo, en la ciudad siria de Raqqala, durante cuatro meses de ataques en 2017, la coalición internacional encabezada por Estados Unidos mató a más de 1.600 civiles.
Mientras, la coalición que lidera Arabia Saudita en Yemen, apoyada por las armas occidentales de los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, también hirió y mató a miles de civiles, mientras que bloqueó deliberadamente la asistencia alimentaria, contribuyendo a una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Guterres señaló en particular el uso indiscriminado de armas explosivas en áreas pobladas y su impacto devastador, ya que 90 por ciento de los muertos y heridos de esos ataque son civiles.
Y muchos de esos civiles son demasiado a menudo niños.
“Las grandes potencias militares se jactan cínicamente de hacer guerras de ‘precisión’ y ataques ‘quirúrgicos’ que distinguen entre combatientes y civiles. Pero la realidad presente sobre el terreno muestra que es habitual atacar a civiles allí donde viven, trabajan, estudian, rezan y buscan atención médica”, dijo Hassan de Amnistía Internacional.
Añadió que “las partes en los conflictos armados matan ilícitamente, mutilan y obligan a desplazarse a millones de civiles mientras los líderes mundiales eluden su responsabilidad y cierran los ojos ante los crímenes de guerra y el enorme sufrimiento causado”.
Más allá de las muertes y lesiones de civiles, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, se concentró en los impactos a largo plazo de conflictos en las comunidades involucradas.
«Vemos una infraestructura dañada que lleva al colapso de sistemas esenciales de salud y agua, y más. La infraestructura civil no es la única que se daña, sino que a menudo se pasan por alto las consecuencias ambientales de los conflictos, dijo Maurer.
“Esto incluye recursos naturales vitales que, si se dañan, pueden tener implicaciones no solo para la supervivencia de las poblaciones civiles sino también para los riesgos ambientales», añadió.
También los ataques a las infraestructuras en los conflictos dañan a las poblaciones civiles del entorno, como por ejemplo sucedió en septiembre de 2014, cuando la coalición liderada por Estados Unidos bombardeó muchas instalaciones petroleras en Siria.
La fundación no gubernamental holandesa PAX determinó que ese tipo de ataques en Siria generan graves contaminaciones del aire, de los suelos y del agua, lo que daña la salud a corto y largo plazo de la población de localidades cercanas, incluyendo trastornos respiratorios y tumores cancerígenos.
Un colapso en los servicios de gestión de residuos, a menudo interrumpido debido a los combates, también puede conducir a riesgos de contaminación y salud, lo que representa un desafío no solo para los civiles que aún viven en Siria sino también para aquellos que desean regresar.
Maurer, de la Cruz Roja Internacional, destacó la necesidad de que el Consejo de Seguridad proteja a las comunidades desplazadas o, al menos, permita que se protejan a sí mismos.
«Con demasiada frecuencia vemos que además de estar expuestos a la guerra y la violencia, las poblaciones no pueden llegar a espacios más seguros, se ven limitadas por obstáculos burocráticos y están limitadas en su libre movimiento», dijo.
Guterres señaló la necesidad de mejorar el cumplimiento del derecho internacional humanitario, así como un progreso mayor y más uniforme en la rendición de cuentas.
«Para el Consejo de Seguridad, esto significa ser más coherente en la forma en que aborda los problemas de protección dentro de los diferentes conflictos y entre ellos, y ser más completo en términos de, por ejemplo, lidiar con los desafíos de protección de la guerra urbana. Y significa mantener la conversación de hoy», afirmó el secretario general ante el Consejo de Seguridad.
Tales decisiones son cruciales para la paz, la seguridad y la protección de los civiles en todo el mundo.
«Estas decisiones pueden salvar vidas o acabar con ellas; pueden crear esperanza o desdicha, y pueden reforzar o romper las normas que protegen las leyes y principios humanitarios universales… no solo son importantes las decisiones de todos los Estados miembros de la ONU y especialmente del Consejo de Seguridad, la ausencia de decisiones por parte del Consejo también afecta a los civiles «, dijo Maurer.
T: MF