La abundancia de bambú y la sed de inversiones extranjeras están convirtiendo a Etiopía en epicentro de la revolución industrial de esa planta en África, según el gobierno. «Etiopía tiene los recursos, las inversiones y una industria manufacturera de rápido desarrollo, y hay una fuerte demanda para nuestros productos en mercados extranjeros. Tenemos lo que necesitamos. La expansión del sector del bambú de África ha empezado», dijo a IPS el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural etíope, Mitiku Kassa.
Este país tiene actualmente la mayor superficie un millón de hectáreas- de bambú no aprovechado comercialmente en África oriental, lo que lo vuelve atractivo para los socios inversores de esta industria.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural señaló a IPS que no está dispuesto a revelar ninguna cifra sobre la economía del bambú, pero agregó que, formalmente, esta no se desarrolló en el país hasta 2012.
«El potencial de mercado para el bambú en Europa es enorme. Creemos que en Etiopía se puede establecer una cadena de suministro confiable y efectiva para crear una industria que manufacture el bambú», dijo Felix Boeck, ingeniero adjunto en Africa Bamboo PLC, una asociación público-privada que cuenta con participación de etíopes y que en 2012 contó con el apoyo de la cooperación alemana para el desarrollo.
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La asociación planea invertir 10 millones de euros (unos 13 millones de dólares) en los próximos cinco años en sus operaciones de manufactura con sede en Etiopía. Esto permitirá suministrar competitivos productos para la elaboración de pisos a mercados de Europa y Estados Unidos.
Para 2014, la compañía planea exportar 100.000 metros cuadrados de bambú para pisos. Para 2016, se espera que esta cifra aumente a 500.000 metros cuadrados.
«El mercado de más rápido crecimiento en Europa para la industria de la madera es la elaboración de pisos y de decks (terrazas para jardín, habitualmente de madera, apenas elevadas sobre el suelo). Esperamos que nuestros productos desempeñen un gran rol en este mercado», dijo Boeck a IPS.
En comparación con los árboles de madera blanda, cuya maduración puede insumir 30 años, el bambú es un recurso totalmente maduro luego de tres años, lo que lo vuelve sostenible desde el punto de vista comercial y ambiental.
África subsahariana tiene tres millones de hectáreas de bosques de bambú, alrededor de cuatro por ciento de la cubierta forestal total del continente. Etiopía planea aumentar su cubierta de bambú a dos millones de hectáreas en los próximos cinco años.
A pequeños agricultores de bambú, como Ghetnet Melaku, les entusisasma participar en el desarrollo del sector, si es que las inversiones en su expansión incluyen a los productores de pequeña escala.
«Simplemente estoy ganando suficiente dinero para subsistir produciendo bambú para el mercado local de artesanías y, si tuviera la oportunidad, me gustaría aumentar mi capacidad para la producción calificada y lograr un mejor retorno financiero», dijo Melaku a IPS.
La Red Internacional de Bambú y Ratán (Inbar) es una organización intergubernamental que ayuda a gobiernos, empresas y comunidades locales a identificar oportunidades innovadoras para el desarrollo humano a partir de ese producto.
Esto está ayudando a sensibilizar a los gobiernos africanos ante el alto potencial del bambú como recurso versátil y renovable que puede generar desarrollo sostenible. Según Inbar, 1.000 millones de personas en todo el mundo usan bambú en sus vidas cotidianas como material para la construcción de viviendas y vallas, para alimentos y para producción de artesanías, entre otros.
«Si se lo maneja adecuadamente, este recurso altamente versátil puede estimular el crecimiento económico en un mercado mundial de exportaciones valuado en 2.000 millones de dólares en 2011, reducir la deforestación y reducir las emisiones de carbono», dijo a IPS el director general de Inbar, J. Coosje Hoogendoorn.
La deforestación ha devastado el ambiente en África. Se prevé que las emisiones de carbono derivadas de la quema de madera solo en el continente llegarán a 6,7 millones de toneladas para 2050. Como 90 por ciento de la población de África subsahariana usa leña o carbón vegetal para cocinar, el desarrollo de un recurso alternativo como el bambú se ha vuelto esencial.
«Obtener combustible para cocinar los alimentos es crucial para la seguridad alimentaria», dijo Hoogendoorn.
«El arroz, el maíz y las legumbres requieren calor para poder ser comidas. Alternativas renovables como el bambú pueden ayudar a minimizar la deforestación causada por la tala de madera blanda para obtener combustible para cocinar y para materiales de construcción», agregó.
El gobierno de Etiopía ha prohibido elaborar carbón con leña quemada para su venta, y promueve activamente alternativas sostenibles como el bambú.
Aunque este es uno de los países con mayor deforestación en África, ha aumentado su cubierta forestal a siete por ciento en relación al tres por ciento de hace una década, comparada con una original de 40 por ciento.
Según Hoogendorn, los gobiernos tienen que hacer disponibles los recursos financieros para las empresas que quieren desarrollar la industria del bambú del continente.
La alta demanda de productos agrícolas de Etiopía, como el bambú, pueden pautar el crecimiento y el desarrollo para los pobres del país si genera oportunidades de empleo y no explota a los agricultores y a la tierra, señaló el investigador Steve Wiggins, del británico Instituto para el Desarrollo de Ultramar.
«Es bueno que haya otra fuente de demanda para los productos agrícolas, siempre y cuando la economía del bambú ofrezca retornos decentes para la tierra y la mano de obra, puedan forjarse tratos equitativos en la cadena de suministro y el cultivo sea ambientalmente sostenible», dijo Wiggins a IPS.