CAMBOYA: La justicia tarda y quizás llegue

Kim Vuthy ingresó tres veces a un tribunal en las afueras de la capital de Camboya, pero nunca pudo ver cara a cara a los tres hombres que ella responsabiliza por las muertes en su familia.

"Siento mucha furia por ellos", dijo Vuthy, de pie frente al atestado juzgado en el que la fiscalía inició el lunes 21 la presentación de los casos contra tres ex altos líderes del Jemer Rojo.

Cuando los jemeres llegaron al poder y evacuaron Phnom Penh, la familia de Vuthy tenía 11 integrantes. Pero cuando ella regresó a la ciudad unos años después, solo cuatro quedaban con vida.

Los jemeres impusieron un régimen totalitario de inspiración maoísta entre 1975 y 1979 con un sistema económico radicalmente agrario. Lanzaron un plan de evacuación forzada de las ciudades y de destrucción de la cultura urbana, considerada burguesa. El régimen causó la muerte a 1,7 millones de personas.

"Si (los jemeres) estuvieran frente a mí en este momento, me sacaría los zapatos y les golpearía la cabeza", dijo.
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Muchos habitantes de este país del sudeste asiático sienten la misma frustración, aun una generación después de la caída del Jemer Rojo.

Chea Leang, una de las fiscales de este tribunal en el que trabajan expertos internacionales con juristas camboyanos, informó que la corte escucharía testimonios de cómo el Jemer Rojo convirtió a este país en un "gigantesco campo de esclavos".

Leang recordó ante el tribunal los crímenes jemeres, como "la evacuación forzada de las ciudades, la esclavización de millones de personas en campamentos de trabajo forzado, la destrucción de cientos de miles de vidas en centros de seguridad y campos de exterminio, las incontables muertes por enfermedad, las extorsiones, los abusos y el hambre".

"Estos crímenes (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=93151), ordenados y orquestados por los acusados, son de los peores horrores ocurridos en cualquier nación de la historia moderna", señaló.

En el banquillo se encuentran los líderes supervivientes del régimen: Khieu Samphan, exjefe de Estado, Ieng Sary, excanciller, y Nuon Chea, exjefe ideológico. (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97420)

Una cuarta acusada, Ieng Thirith, exministra de Asuntos de la Mujer, fue declarada la semana pasada mentalmente incapaz de presentarse a juicio, y podría ser liberada.

Esto reforzó un sentido de urgencia entre la población para juzgar cuanto antes a los líderes jemeres, todos los cuales son ancianos y sufren importantes problemas de salud.

Leang subrayó que el juicio no debía buscar venganza, sino enviar un mensaje a los violadores de los derechos humanos en todo el mundo.

"Enviaremos este mensaje: la justicia nunca olvida", afirmó. "Lo más importante es que nos aseguraremos que la verdad sea dicha y que la justicia prevalezca".

El tribunal ha estado rodeado de polémica en los días previos a las audiencias de esta semana. Observadores legales y grupos de derechos humanos acusaron a la cámara investigadora de la corte de incompetencia y de doblegarse ante el gobierno, que públicamente se manifestó en contra de procesar nuevos casos contra jemeres.

Varias víctimas del Jemer Rojo también criticaron al tribunal, señalando que no se les ha dado una voz en este caso.

Por primera vez en una corte sobre crímenes de guerra respaldada por la Organización de las Naciones Unidas se permitió que víctimas participaran como "partes civiles" en el proceso legal.

Pero en vísperas de la apertura del juicio, la camboyana-estadounidense Theary Seng, cuyos padres fueron asesinados por el régimen, afirmó que el tribunal era "una vergüenza", y renunció a su estatus de parte civil.

"Estoy harta… de esta farsa, que tiene mucho de teatro político", dijo. "Ya no quiero que mi nombre y la memoria de mis padres, de mi familia, sean dañados por este proceso que ya no es legítimo", agregó.

Otros camboyanos dicen estar contentos por el hecho de que al menos haya en el país cierto sentido de justicia, aun cuando llegue décadas tarde.

"La justicia real llegará cuando el tribunal juzgue a los líderes del Jemer Rojo y estos reciban sentencias por sus crímenes", afirmó Hun Chim, quien perdió dos hermanos durante el régimen.

Si no estuviera el tribunal, ningún líder jemer afrontaría las consecuencias de sus crímenes, sostuvo.

Pero otros temen que la justicia tarde demasiado.

Dada la complejidad del juicio y la avanzada edad de los acusados, observadores alertaron que algunos exlíderes jemeres podrían no vivir para recibir su condena.

En su alocución ante el tribunal, el fiscal internacional Andrew Cayley aconsejó a los jueces no sentir lástima por los acusados debido a su edad.

"Quizás inspiren en ustedes sentimientos de lástima y compasión. Pero no olvidemos en ningún momento el legado catastrófico que estos tres ancianos representan", dijo Cayley.

El fiscal señaló que el grado de violencia desatado por el Jemer Rojo, con los tres acusados al timón, no tuvo paralelo en la historia moderna. Los tres estuvieron entre los altos líderes del régimen y concientemente aprobaron políticas que devastaron al país, subrayó.

"Nuon Chea, Ieng Sary y Khieu Samphan concibieron e implementaron políticas criminales que esclavizaron a la nación entera, causaron la muerte de dos millones de personas y sometieron al resto de la población camboyana a condiciones de las más degradantes en la humanidad" (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=91704), indicó.

Se espera que el tribunal comience a escuchar a los testigos a comienzos de diciembre. Pero el juicio completo podría durar por lo menos dos años.

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