AMBIENTE-ÁFRICA AUSTRAL: Ventas de marfil suscitan temores

Continúa la preocupación entre organizaciones ambientalistas en torno a las ventas de marfil en África austral, luego de que la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) concedió a Japón el estatus de comprador de reservas.

La medida sobrevino pese a la decisión de la Cites de rechazar un pedido de Japón y China para realizar una compra excepcional de 60 toneladas de marfil almacenadas en Botswana, Namibia y Sudáfrica.

La Secretaría de la Cites, ubicada en Ginebra, es administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con sede en Nairobi.

"Nos preocupa extremadamente que la Cites dé su bendición a Japón", dijo a IPS Jason Bell-Leask, director para África austral del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés).

"En Japón es difícil distinguir entre marfil legal e ilegal. No creemos que Japón haya hecho suficiente para impedir el comercio (prohibido) de marfil".
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En vez de eso, le gustaría que las reservas de marfil fueran puestas más allá del alcance de todos los potenciales compradores.

"Las existencias deberían ser destruidas y no deberían tener ningún valor comercial, pues eso alienta la caza furtiva", señaló Bell-Leask, llamando a África austral a seguir el ejemplo establecido por el ex presidente keniata Daniel Arap Moi (1978-2002) en los años 90.

Arap Moi "las quemó, lo cual redujo la caza y aumentó la cantidad de turistas en Kenia", precisó.

Los temores sobre colocar más marfil en el mercado reflejan las consecuencias de una decisión de 1997 por parte de la Cites para permitir una venta de reservas de marfil de Botswana, Namibia y Zimbabwe. Desde entonces fueron confiscados 13.333 colmillos, cifra que representa apenas la punta del iceberg, destacó IFAW.

"La anterior venta excepcional a Japón colocó a los mercados de marfil de Asia fuera de control", señaló Grace Ge Gabriel, directora regional de IFAW para Asia, en una declaración escrita a comienzos de este mes.

"Con alrededor de 17 toneladas de marfil bajo investigación, todas las cuales fueron confiscadas en puertos asiáticos el año pasado, es absurdo incluso considerar permitir otra venta a cualquier país".

Según Lawrence Anthony, fundador de la Earth Organisation (Organización Tierra), entidad sin fines de lucro con sede en Sudáfrica, "en el Lejano Oriente hay un enorme mercado para el marfil; hay miles de empresas que se ganan la vida a partir de ese elemento. No cerrarán sus puertas pronto, sino que intentarán permanecer en el negocio".

Muchos de estos negocios producen artefactos de marfil, como esculturas, joyas y sellos con nombres.

"Hay demasiado marfil ilegal en el mercado. Basta mirar a Congo, donde miles de elefantes fueron sacrificados solamente en la última década", agregó Anthony, en referencia a la República Democrática del Congo, devastada por la guerra. "El marfil es una fuente de financiamiento para todas las organizaciones dudosas, que pueden ser políticas o militares".

Experto en elefantes africanos, Anthony también es conocido por salvar a leones y a un oso ciego del zoológico de Bagdad poco después de la invasión estadounidense a Iraq, en 2003.

Anthony acaba de cerrar un acuerdo con el Ejército de Resistencia del Señor, una organización rebelde de Uganda, para salvar a cuatro rinocerontes blancos septentrionales y otras especies clave amenazadas que están bajo su control.

Los rinocerontes están en el vecino Parque Nacional Garamba, de la República Democrática de Congo, ocupado por el Ejército de Resistencia del Señor.

En ese lugar en 2004 había más de 30 rinocerontes, cuyos cuernos también son muy demandados en el Lejano y Medio Oriente, pero esa cantidad se redujo, según la Earth Organisation. La población animal fue diezmada por organizaciones armadas que deambulan por el oriente congoleño.

En China, los cuernos de rinoceronte son usados en la medicina tradicional para reducir la fiebre, y en Medio Oriente para fabricar mangos de puñales.

En ciertas partes de África temen a las ventas de marfil. Otros están menos decididos sobre este asunto.

Sin embargo, un fracaso en resolver el tema satisfactoriamente es una mala señal, tanto para África austral como para el resto del continente.

"África austral cobija 70 por ciento de la población de elefantes de África, que suma 450.000. Antes de los años 80 eran un millón. Fueron muertos por cazadores que querían sus colmillos", aseguró Bell-Leask.

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