VENEZUELA-EEUU: Roce diplomático por bombardeo a Afganistán

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos vuelven a tensarse, debido a críticas del presidente Hugo Chávez a la ofensiva estadounidense contra Afganistán, y Washington insinúa el endurecimiento de su posición ante el mandatario venezolano.

Como sucedió en otras ocasiones desde que asumió el poder en febrero de 1999, Chávez logró irritar al gobierno de George W. Bush con sus declaraciones, esta vez al criticar con dureza la ofensiva militar contra Afganistán.

Entre los asuntos que distanciaron a Caracas de Washington desde que Chávez llegó al poder figuran el Plan Colombia de lucha contra el narcotráfico, la negativa de permiso al sobrevuelo de aviones militares estadounidenses para detectar cultivos de droga y la visita del presidente venezolano a Libia e Iraq.

También fueron conflictivos el supuesto respaldo de Venezuela a los movimientos indígenas de Ecuador y Bolivia y la cercanía entre Chávez y su par cubano, Fidel Castro.

El presidente venezolano, que impulsa desde su llegada al poder una «revolución social bolivariana», ha defendido una «agenda internacional independiente» con el propósito de «contribuir a la construcción de un mundo multipolar».

Este jueves, el gobierno de Bush llamó a Washington a la embajadora en Venezuela, Donna Hrinak, para consultas relacionadas «con el estado actual de las relaciones» con Caracas, informó el Departamento de Estado (cancilería) estadounidense.

El llamado a consultas de un embajador es, en el lenguaje diplomático, una forma de manifestar malestar con el país de destino.

La citación de Hrinak se produjo después de que el gobierno de Bush se declaró «sorprendido y muy decepcionado» el martes por las críticas que Chávez formuló el lunes a los bombardeos estadounidenses que causaron la muerte de civiles en Afganistán.

El mismo martes, el Departamento de Estado citó al embajador venezolano en Estados Unidos, Ignacio Arcaya, para pedirle explicaciones, y la cancillería venezolana hizo lo mismo con Hrinak en Caracas.

Esta ida y vuelta diplomática tensó las relaciones, lo que se agravó con la citación de la embajadora estadounidense a Washington.

Aunque no se vislumbra una ruptura de relaciones entre Caracas y Washington, para algunos diplomáticos consultados por IPS los últimos movimientos constituyen una primera señal de molestia del gobierno de Bush hacia Chávez, quien lanzó duras y encendidas críticas a Estados Unidos.

El gobierno del antecesor de Bush, Bill Clinton (1993-2001), se limitó durante dos años a emitir declaraciones en respuesta a algunos pronunciamientos de Chávez.

El ex embajador venezolano y académico Demetrio Boersner había adelantado a IPS que «con Bush eso va a cambiar». El llamado a consulta de Hrinak puede ser un primer paso hacia una posición más dura en torno del presidente venezolano, un ex militar que sostiene un discurso populista y que se define como «humanista».

El lunes, en una cadena nacional de radio y televisión y después de una extensa gira internacional de tres semanas, Chávez causó nuevos roces con Estados Unidos al mostrar fotos de niños afganos muertos y heridos, y decir que el bombardeo sobre Afganistán estaba dejando una estela de atrocidades.

«¿Ven este niño? ¿Qué culpa tenía?», preguntó Chávez al insistir en que los ataques estadounidenses estaban provocando víctimas inocentes. «Esto no tiene justificación, como no la tuvieron los ataques contra Nueva York» y Washington del 11 de septiembre, dijo.

Esos atentados terroristas contra Estados Unidos tuvieron como respuesta el bombardeo sobre Afganistán, donde el régimen de la organización islámica Talibán brinda refugio al líder saudita Osama bin Laden, acusado por Washington de los ataques.

«Hay que detener las muertes en Afganistán. Esto no puede ser», recalcó el mandatario.

Boersner explicó que la citación de la embajadora Hrinak a Washington puede originar un «distanciamiento y un condicionamiento» con Estados Unidos, que antes de la llegada de Chávez al poder fueron siempre las prioritarias para Venezuela.

Los dos países siguen teniendo un intercambio comercial fluido. Venezuela es el principal proveedor de crudo de Estados Unidos en Occidente y el segundo después de Arabia Saudita. Existen importantes inversiones de petroleras estadounidenses en territorio venezolano.

«Lo importante, sobre lo que debemos concentrar la atención, es que a lo largo de la historia hemos tenido una relación prolongada, seria e importante que ha sido de gran valor para ambos países», dijo Phil Reeker, portavoz del Departamento de Estado.

«Nosotros queremos continuar nuestra larga tradición de fuertes relaciones con Venezuela, pero estamos muy decepcionados por los comentarios del presidente Chávez», precisó Reeker.

A juicio de Washington, las declaraciones de Chávez contra la acción militar en Afganistán contradicen la posición adoptada por Venezuela tanto en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como en la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando apoyó la campaña.

Chávez expresó el 29 de octubre que apoya «la lucha contra el terrorismo y allí nadie debe tener duda». «Pero también hemos dicho desde el primer día que no se puede responder al terror con más terror», agregó.

Mientras, el canciller venezolano Luis Alfonso Dávila aseveró que la posición de Venezuela tiene carácter humanitario y no debería ser motivo «de irritación». Al mismo tiempo, calificó de «normal» en la relación entre dos países el llamado a consulta de un embajador por parte de un gobierno.

«El gobierno de Estados Unidos está en el canal legítimo de toda relación diplomática. Un llamado a consulta no implica el rompimiento de las relaciones», afirmó el diputado Tarek William Saab, presidente de la Comisión de Política Exterior del parlamento unicameral.

La experta en relaciones internacionales Vilma Petrash dijo que Venezuela podría desarrollar una política exterior independiente sin necesidad de generar fricciones con Estados Unidos.

«Existen países, como México y Canadá, que han tenido conductas independientes y contrarias a Estados Unidos, y eso nunca ha generado las fricciones que se han producido con el gobierno de Chávez», dijo Petrash.

La experta atribuyó parte del problema al estilo del presidente venezolano.

La condescendencia de Washington hacia el discurso inflamado de Chávez podría estar tocando fondo, y el llamado de la embajadora Hrinak a Washington puede ser la primera señal. (FIN/IPS/ac/mj/ip/01

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