ECUADOR-PERU: Indígenas piden extender zona de libre tránsito

Las comunidades indígenas que habitan la frontera entre Ecuador y Perú solicitaron que la zona de libre tránsito entre ambos países sea extendida a la Amazonia.

Actualmente, esa área está limitada a las fronteras de costa y sierra.

El pedido conjunto es resultado del segundo encuentro binacional de los pueblos indígenas achuar y shuar, establecidos en Ecuador, y huambisa y aguaruna, basados en Perú.

El libre tránsito no sólo beneficiaría a esas comunidades, sino también a los indígenas quichuas, huaoranis y secoyas, que residen en áreas próximas a la Amazonia.

La reunión, que contó con participación de 98 delegados indígenas y 49 representantes gubernamentales de ambos países, alcaldes y autoridades locales, se celebró en la localidad ecuatoriana de Sucúa entre los días 12 y 15 y siguió a otra del mismo tipo llevada a cabo en diciembre en Perú.

Los dos encuentros fueron posibles por el tratado de paz que en octubre puso término a un prolongado enfrentamiento entre Perú y Ecuador por la posesión de territorios amazónicos en los que habitan las comunidades indígenas. En 1995 el conflicto condujo a una guerra.

En muchos casos, el diferendo limítrofe dividió a familias, rompió lazos de comercio e intercambio e impidió el contacto entre las comunidades.

La agenda de la reunión de Sucúa estuvo ocupada por temas como la unidad familiar, la conservación ambiental en territorios habitados por las comunidades, los recursos naturales y desarrollo sustentable, la educación y salud binacionales.

Una Comisión Permanente de Coordinación Binacional, compuesta por un representante de cada pueblo, fue designada para la redacción de las propuestas, que serán elevadas a los gobiernos de Ecuador y Perú.

Un Plan Binacional de Desarrollo Indígena será definido por las comunidades nativas para asegurar su participación en la defensa de la biodiversidad y en el futuro desarrollo de sus territorios ancestrales, así como la preservación de su cultura.

Las zonas que habitan estas comunidades son consideradas polos de atracción por su riqueza ecológica y sus potenciales recursos mineros, motivo por el cual los indígenas prestan especial atención a la conservación ambiental frente a la posibilidad futura de una explotación contaminante.

Organismos de desarrollo y gobiernos extranjeros ya han ofrecido 3.000 millones de dólares para el desarrollo binacional de la zona.

Los indígenas reivindican que las zonas fronterizas definidas en el acuerdo de paz como áreas de preservación ambiental estén bajo su control administrativo.

Esos territorios, de una superficie total de 50 kilómetros cuadrados, tienen también valor religioso para los pueblos nativos debido a la importante presencia de cascadas que sirven de lugar de culto.

En el encuentro de diciembre en Perú, los indígenas habían declarado a esas futuras zonas protegidas como "patrimonio ecológico de los pueblos shuar, achuar, aguaruna y huambisa".

Las comunidades defienden "un modelo económico alternativo de desarrollo que sea socioculturalmente compatible y aceptable, ecológicamente sustentable y económicamente rentable".

Ese modelo debe estar "inspirado en el principio de reciprocidad, solidaridad, equidad, justicia y respeto, cuyos elementos los pueblos indígenas siempre hemos practicado", señalan.

En el marco de la búsqueda de su autonomía económica, solicitarán a los gobiernos de Ecuador y Perú que se les exonere del pago de los impuestos existentes y puedan organizar su propio sistema impositivo.

En el área educativa, las comunidades suscribirán un convenio de cooperación para intercambiar experiencias sobre la enseñanza intercultural bilingüe.

También se organizará un seminario taller internacional de experiencias pedagógicas auspiciado por diversas agencias de Naciones Unidas, que enviaron representantes a Sucúa.

Los indígenas piden que en los planes de estudio impartidos en los sistemas educativos formales de Ecuador y Perú se difunda su acervo cultural.

Estudios de factibilidad serán llevados a cabo para la creación de una Universidad Amazónica, cuyo funcionamiento sería regido por las comunidades nativas.

El encuentro definió que son los indígenas quienes deben escribir y documentar su propia historia y cultura como forma de preservarlas.

En terreno de la salud, se proponen la realización de un inventario binacional de las plantas medicinales tradicionales para su conservación y manejo más eficaz y el control de su salida al extranjero.

Los indígenas incorporarán a sus sistemas de salud los elementos indispensables de la medicina occidental "de manera gradual, progresiva y justificada".

El encuentro reivindicó las prácticas tradicionales de relacionamiento entre el hombre y el ambiente y propuso el establecimiento de un sistema de ecoturismo indígena administrado por las comunidades.

Un plan urgente de reforestación integral y masiva, en especial de las zonas depredadas, fue diseñado por los delegados.

Las decisiones adoptadas este mes fueron votadas por la unanimidad de los delegados, según dijo a IPS David Turner, representante la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, coorganizadora del encuentro.

En Sucúa hubo varios casos de reencuentro entre parientes divididos por la línea de frontera durante el conflicto, lo cual "prueba que forman parte del mismo pueblo", dijo Turner.

También se hicieron presentes funcionarios de diversas agencias de Naciones Unidas, que ofrecieron asistencia técnica en la elaboración de proyectos. (FIN/IPS/gm/dg/pr-en/99

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