La vida de 21 millones de niños y niñas se podría salvar antes del 2000 si hoy se cancelara la deuda externa de 20 de los países más pobres del mundo, muchos de ellos de Africa, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Desde otro punto de vista, si la deuda no se cancelara, podría ser responsable de la muerte de 130.000 niños y niñas por semana hasta el 2000.
"En Mozambique, 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) que se destina todos los años a pagar la deuda se inyectaría al sector de la salud y la enseñanza", explicó Adrian Lovett, director de la organización Jubileo 2000, que defiende la cancelación de la deuda externa de los países africanos.
En la actualidad, el país de Africa austral sólo invierte ocho por ciento del PIB en la enseñanza y tres por ciento en la salud.
"Si la deuda se cancelara, podría liberar el potencial de desarrollo de los niños africanos y salvar vidas mediante intervenciones poco costosas de la salud pública. Es el derecho de los niños", dijo Ian Bray, de Oxfam, organización benéfica británica.
"Lo obtenido con la reducción de la deuda se podría canalizar para reforzar la enseñanza, la atención médica, el crédito y el desarrollo del medio rural pobre", señaló el PNUD.
Los comentarios de Bray y el PNUD destacaron el mensaje de un informe de Jubileo 2000 que reveló este mes que Africa pagó 1,31 dólares de deuda externa por cada dólar de ayuda recibida en 1996.
"Africa es la menos preparada de las regiones en desarrollo para soportar esta transferencia de dinero, ya que su PIB real por habitante es inferior a la mitad del producido en los países en desarrollo y menos de un décimo en los países industrializados", indicó el informe Cadenas en Torno a Africa.
La brecha entre la ayuda y el pago de la deuda está aumentando. La cifra de 1,31 dólares es la más alta desde 1989, aseguró el informe.
En 1996, Africa debía 227.200 millones de dólares, 379 dólares por cada habitante. El continente carga con 11 por ciento de la deuda del mundo en desarrollo, mientras sólo recibe cinco por ciento del ingreso del Sur, informó Jubileo 2000.
Este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) habrá inyectado 500 millones de dólares y extraído 1.100 millones de Africa. La cifra no incluye los intereses cobrados.
El FMI recibirá una "ganancia neta del continente más pobre del mundo de al menos 600 millones de dólares en un sólo año", denuncia el informe.
"La deuda es una piedra sobre los países de Africa subsahariana y otros países de menor desarrollo", observó el PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano para 1997.
En todo el mundo, la deuda de los 41 países pobres fuertemente endeudados equivale ahora a 215.000 millones de dólares, frente a los 183.000 millones de 1990 y los 55.000 millones de 1980.
Aunque la reciente iniciativa para los Países Pobres Fuertemente Endeudados (PPFE) para reducir la deuda de esas naciones fue bien recibida por el PNUD, "la reducción será selectiva y tendrá resultados dentro de tres a seis años".
Se necesita con desesperación "acción, y no más propuestas", urgió el PNUD.
Lo que limita el progreso de Africa es la falta de acceso a los mercados agrícolas en los países industrializados. Muchos consideran que un acceso más justo de las exportaciones africanas, sobre todo agrícolas, sería una prueba del compromiso internacional con la reducción de la pobreza en el continente.
Pero el informe de Jubileo 2000 reproduce cifras del Banco Mundial que demuestran que los precios de las exportaciones de Africa descendieron un promedio anual de 1,2 por ciento entre 1990 y 1996.
"Los precios fluctuantes y en definitiva descendentes de las principales exportaciones de Africa afectaron la capacidad de los países para pagar la deuda y los obligó a solicitar nuevos préstamos".
"Si las exportaciones africanas tuvieran el valor de 1980, Africa no tendría que haber pedido un centavo de deuda", asegura el informe.
Cuando la crisis financiera golpeó a los países del sudeste de Asia a partir de julio, el FMI y los países del Grupo de los Ocho (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), respondieron con notable rapidez con un paquete de rescate financiero de unos 100.000 millones de dólares.
"Pero cuando se trata de resolver el problema de la deuda externa de Africa, las disputas entre los acreedores, el aparente obstruccionismo y el apego a las reglas más secretas es el orden del día", lamentó Kevin Watkins, de Oxfam.
"La iniciativa para reducir la deuda se encuentra a la deriva en medio de las rocas de la política de los acreedores", añadió.
En noviembre, los países acreedores discreparon sobre cuál debería aportar los últimos 100 millones de dólares necesarios para ayudar a Mozambique, lo que paralizó la iniciativa de los PPFE.
Lovett, de Jubileo 2000, critica a la PPFE, administrada por el Banco Mundial, por considerar que favorece a los países donantes.
"En la práctica, los países donantes deciden lo que significa deuda 'sustentable' para los deudores. Y los acreedores, comprensiblemente, tienen interés en que la recuperación continúe", añadió Lovett.
"Lo que se necesita es un árbitro neutral, como un banco receptor que decida cuánto podrán devolver los países deudores y cuánto podrán perder los acreedores para borrar la cuenta".
Jurgen Stark, secretario del Ministerio de Finanzas alemán, aseguró a Jubileo 2000 que la deuda externa tendrá prioridad en la cumbre que el G-8 celebrará esta semana en Birmingham, Gran Bretaña, informó Lovett.
"Nos preocupa que no haya más que palabras cordiales sobre la aceleración de la iniciativa de los PPFE y la inclusión de algunos países más", puntualizó Lovett.
"Queremos que el G-8 cancele la deuda para el año 2000, que es la única forma de asegurar un nuevo comienzo en el próximo milenio a la población más pobre del mundo", manifestó. (FIN/IPS/tra-en/dds/rj/aq-ml/dv/98