Lucia Ortiz

Manifestantes del decrecimiento en una marcha por las calles de Leipzig, en septiembre. El cartel dice: intercambia, comparte, da. Crédito: Klimagerechtigkeit Leipzig (http://klimagerechtigkeit.blogsport.de/)

Solo los locos y los economistas creen en el crecimiento sin fin

A partir de la segunda mitad del siglo XX, el crecimiento económico se transformó en un objetivo evidente de las políticas públicas y el producto interno bruto pasó a ser el índice más importante para medir la actividad económica.