Malcolm Wallace siempre supo cuál sería su destino. A los 19 años construyó su propio invernadero en la finca de su padre en Dominica, y allí plantó lechugas, pimientos dulces, tomates y pepinos.
Bastaron unos 20 centímetros de agua para que Jamacia sufriera las consecuencias de la elevación del nivel del mar. Algunas partes de la isla, incluso, desaparecieron totalmente y pusieron en riesgo el sustento de la población y mucho más.