Cerrado

Una mina de hierro se impone sobre comunidades en el Cerrado brasileño

SÃO PAULO – Continúa abierta una larga disputa entre las empresas que intentan desbloquear uno de los mayores proyectos mineros de Brasil y las comunidades tradicionales, que temen impactos irreversibles en su territorio ancestral como consecuencia de las obras.

Deforestación en el Gran Chaco: La bomba de carbono que el mundo ignora

BUENOS AIRES – Las campañas internacionales contra la deforestación se han centrado históricamente en los bosques húmedos. Biomas como los de la Amazonia o Indonesia, donde se producen grandes cantidades de productos básicos para la cadena agroindustrial global, han recibido

"Este huerto cambió mi vida", dice Rita da Silva (a la derecha, de amarillo), en el Asentamiento Primero de Mayo, donde viven 65 familias. Un grupo de mujeres se organizó para cultivar colectivamente hortalizas y frutales para consumo de la comunidad y la venta en la feria de Caraúbas, una ciudad cercana del Nordeste de Brasil. Crédito: Mario Osava/IPS

Feminismo ayuda a resistir la sequía en el Nordeste de Brasil

“El huerto cambió mi vida”, resumió Rita Alexandre da Silva, en el Asentamiento Primeiro do Maio, en que 65 familias consiguieron tierras para sembrar desde 1999, en este municipio del estado de Rio Grande do Norte, en la región del

Aldea de los indígenas araras en la llamada Vuelta Grande del río Xingú, que no será inundada pero verá su flujo muy reducido al desviarse gran parte del agua por un canal que servirá a la central hidroeléctrica de Belo Monte, enclavada en la Amazonia brasileña y que será la tercera mayor del mundo. Crédito: Mario Osava/IPS

Deforestación amazónica agrava crisis energética en Brasil

En Brasil agua y electricidad van unidos, así que dos años de lluvias escasas dejaron a decenas de millones de personas al borde del racionamiento hídrico y energético, fortaleciendo los argumentos contra la deforestación de la Amazonia.

Campesinos de Mozambique con miedo a modelo brasileño

El campesino Rodolfo Razão obtuvo en 2010 el Derecho de Uso y Aprovechamiento de la Tierra (Duart) para 10 hectáreas, pero no puede cultivar más que siete. El resto lo ocupó una compañía sudafricana que produce soja, maíz y frijoles