Cuando Evelyn Nguleka advierte que la población mundial no debe morder la mano que le da de comer, añade que no solo se refiere a la protección de los agricultores, sino también a la del ambiente.
Gracias a la llama azulosa de su cocina a biogás, la médica rural cubana Arianna Toledo calienta el agua del baño y prepara la cena en la mitad de tiempo de lo que hace cuatro años demoraba en hacer las
La mayoría de las personas en Cuba sin acceso a inodoros usan la tradicional letrina, pero ahora asoma una modalidad ecológica y novedosa para el país de este tipo de servicio sanitario para comunidades rurales y poco pobladas.
“La gente se congregó aquí para decirles a los políticos que se terminó la forma en que usábamos la energía y el ambiente en los siglos XIX y XX», dijo Radek Gawlik, uno de los ecologistas más conocidos de Polonia.
Cuando Mercy Ngaruiya se mudó a esta localidad del sudeste de Kenia en 2004 se encontró con un bosque empobrecido, como consecuencia de años de la tala de árboles y quema de sus matorrales.
Brasil vivió más de cuatro décadas de concentración eléctrica, pero el modelo se agotó y ahora se mira hacia la generación distribuida y descentralizada.
El digestor a biogás que Hussein Farag tiene en el techo de su apartamento, en el distrito más pobre de la capital egipcia, produce el combustible necesario para cocinar y calentar agua todos los días.
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