Para poder sobrevivir, Sackie Qwemie está obligado a trabajar para la compañía Equatorial Palm Oil (EPO), que se quedó con sus tierras en el noroeste de Liberia.
Fatu Nernee hurga en los escombros de su vivienda, destruida por topadoras de la firma Monrovia City Corporation de Liberia, en busca de algo para guardar como recuerdo del lugar que fue su hogar por 20 años.