GINEBRA – Las madres que han pasado hambre en Gaza ahora están dando a luz a bebés con bajo peso o prematuros, que mueren en unidades de cuidados intensivos o luchan por sobrevivir mientras soportan una desnutrición aguda, advirtió este martes 9 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Desde el devastado enclave palestino, la directora de comunicación de Unicef, Tess Ingram, afirmó que al menos 165 niños han “fallecido de forma dolorosa y evitable” por desnutrición, durante la guerra entre los combatientes de la milicia islamista Hamás y el ejército de Israel.
Una lacra menos conocida es el hambre aguda entre las mujeres embarazadas y lactantes y “el devastador efecto dominó” que esta falta de una dieta saludable tiene en miles de recién nacidos.
“En los hospitales de Gaza he visto a varios recién nacidos que pesaban menos de un kilo, con sus diminutos pechos jadeando por el esfuerzo de mantenerse con vida”, dijo Ingram a periodistas en esta ciudad suiza, a través de un enlace de video.
Esos bebés con bajo peso al nacer tienen unas 20 veces más probabilidades de morir que los que nacen con peso normal, subrayó la responsable.
La portavoz indicó que antes de la guerra -iniciada el 7 de octubre de 2023 con un ataque de Hamas al sur de Israel, una acción que dejó más de 1100 muertos- nacían una media de 250 bebés al mes, cinco por ciento con un peso inferior a 2,5 kilos, según el Ministerio de Salud gazatí.
En la primera mitad de 2025, incluso con menos partos, esa proporción aumentó a 10 % de todos los nacimientos, es decir, unos 300 bebés al mes, y se disparó a 460 al mes en los tres meses anteriores al alto el fuego.
Eso supone 15 al día, casi el doble de la media anterior a la guerra.
El alto el fuego -por demás frágil y violado- se inició el pasado 10 de octubre con base en un plan presentado por el presidente estadounidense Donald Trump. Dos años de guerra costaron la vida a unos 70 000 palestinos, otros 170 000 fueron heridos, y perecieron más de 400 soldados israelíes.
Ingram expuso que “el bajo peso al nacer suele deberse a la mala alimentación de la madre, al aumento del estrés materno y a la atención prenatal limitada”.
“En Gaza somos testigos de las tres cosas, y la respuesta a ellas no es lo suficientemente rápida ni tiene la magnitud necesaria”, añadió.
Relató que solo en octubre 8300 mujeres embarazadas y lactantes fueron ingresadas para recibir tratamiento por desnutrición aguda, “en un lugar donde no se observaba desnutrición apreciable entre este grupo antes de octubre de 2023”.
“Esta tendencia es una grave advertencia y es probable que dé lugar al nacimiento de bebés con bajo peso en la Franja de Gaza durante los próximos meses”, afirmó, y añadió: “Esto no ha terminado”.
Agencias de las Naciones Unidas han respondido a la grave situación sustituyendo las incubadoras, los respiradores y otros equipos vitales destruidos en el conflicto, a medida que Israel ha permitido el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, un territorio de 365 kilómetros cuadrados con 2,2 millones de habitantes.
Unicef ha proporcionado suplementos a decenas de miles de mujeres embarazadas y lactantes para prevenir la desnutrición, realizado pruebas de detección de desnutrición aguda a niños pequeños y los ha inscrito en programas de tratamiento.
Sin embargo, para mejorar la respuesta, es urgente que llegue más ayuda a la Franja, insisten sus responsables.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (Ocha) indicó la víspera que entre los “obstáculos persistentes” para hacer llegar la ayuda a los más vulnerables se encuentran la inseguridad, los problemas de despacho de aduanas y los retrasos y denegaciones de carga en los pasos fronterizos.
Los equipos de ayuda también destacan que las rutas disponibles para transportar suministros humanitarios dentro de la Franja son limitadas. Una parte del territorio sigue ocupada por fuerzas militares israelíes.
Ingram dijo que la apertura del paso fronterizo de Rafah, en el sur de Gaza fronterizo con Egipto, podría contribuir a aumentar el flujo de camiones humanitarios y reducir el número de niños con malnutrición.
“Necesitamos que llegue todo tipo de ayuda, en particular alimentos nutritivos a través de las rutas comerciales. Los mercados locales deben reabastecerse con más productos comerciales para que los precios bajen y artículos como las frutas y verduras, la carne y los lácteos sean asequibles para las familias”, concluyó.
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