La transformación digital inclusiva allanará el camino hacia la prosperidad y reducirá brechas

Una sesión de la Conferencia Global de Desarrollo, desarrollada a fines de octubre en la ciudad francesa de Clermont-Ferrand. Imagen: Athar Parvaiz / IPS

CLERMONT-FERRAND, Francia – Pocas semanas después de una conferencia internacional sobre transformación digital inclusiva y centrada en las personas, organizada por la Global Development Network (GDN) en esta ciudad francesa, toma fuerza un nuevo planteamiento: la necesidad de que las innovaciones digitales prioricen a las personas y contribuyan a reducir las desigualdades, en lugar de ampliarlas.

El 22 y el 23 de noviembre durante la cumbre del Grupo de los 20 (G20) mayores países industriales y emergentes, celebrada en Sudáfrica, líderes mundiales coincidieron en el potencial de las tecnologías digitales para impulsar un crecimiento inclusivo y solicitaron una gobernanza ética de la Inteligencia Artificial (IA) que ayude a cerrar brechas globales.

Pese a la ausencia de Estados Unidos, la declaración final reafirmó el compromiso con una “innovación responsable en inteligencia artificial”, con ecosistemas de código abierto y con fortalecer la preparación en IA de los países del Sur en desarrollo.

En la sesión dedicada a IA, el primer ministro de India, Narendra Modi, hizo un llamado a promover una tecnología digital “centrada en los seres humanos, global y de código abierto, y no únicamente enfocada en las finanzas, limitada a lo nacional o excluyente”.

Propuso un Pacto Global sobre IA que priorice la transparencia, la supervisión humana y las salvaguardas contra posibles abusos, y anunció la Cumbre India de Impacto en IA, prevista para febrero de 2026, bajo el lema Sarvajanam Hitaya, Sarvajanam Sukhaya (Bienestar para Todos).

El presidente anfitrión, Cyril Ramaphosa, destacó el papel de la IA en la industrialización africana y respaldó la iniciativa “IA para África”, dirigida a implementar la Estrategia de IA de la Unión Africana y a crear un Mecanismo de Asistencia en Políticas Tecnológicas para apoyar marcos regulatorios nacionales.

El vicepresidente de Indonesia, Gibran Rakabuming Raka, advirtió: “No podemos permitir que la IA genere nuevas desigualdades donde los beneficios queden concentrados en unas pocas personas o empresas”, e instó a establecer alianzas equitativas que eviten desequilibrios como los de anteriores revoluciones industriales.

Por su parte, Saeed Bin Mubarak Al Hajeri, de Emiratos Árabes Unidos, anunció una iniciativa de 1000 millones de dólares, “IA para el Desarrollo”, destinada a proyectos africanos en educación, salud y cambio climático, asegurando que contribuirá a “cerrar brechas y garantizar que la tecnología responda a las necesidades del continente”.

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, afirmó que “el mundo puede avanzar sin Estados Unidos”, al destacar que los participantes representan tres cuartas partes de la población y del producto interno bruto mundial, suficientes para alcanzar consensos legítimos en IA.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, respaldó el llamado a una IA ética que permita desarrollar habilidades para un millón de africanos, mientras que la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, insistió en la necesidad de políticas orientadas a la preparación para la IA.

“Desarrollo de capacidades, infraestructura habilitante… y sistemas tributarios que promuevan la innovación sin favorecer a las máquinas por encima de las personas”, señaló Georgieva.

Estas voces fortalecen los esfuerzos de organizaciones como la GDN para impulsar, desde el Sur global, una transformación digital equitativa que privilegie la innovación abierta y limite los monopolios.

Reducir las brechas

A finales de octubre, la GDN organizó una conferencia de tres días titulada “Transformación Digital Inclusiva: Impactos Sociales e Innovaciones Tecnológicas”, que reunió a investigadores, activistas y tecnólogos del Norte y el Sur global para analizar cómo la tecnología puede avanzar hacia un desarrollo más justo.

El presidente de la GDN, Jean-Louis Arcand, inauguró el encuentro destacando la misión de la organización: amplificar las voces de los países en desarrollo y promover investigación con impacto en políticas públicas.

“¿Por qué las discusiones sobre desarrollo tendrían que realizarse siempre en Washington, Nueva York o París?”, cuestionó, subrayando el simbolismo de escoger Clermont-Ferrand como sede para descentralizar los debates globales.

“En la era digital, inclusión significa crear capacidades en el Sur global para desarrollar tecnologías que respondan a sus propias realidades, y no limitarse a adoptar soluciones importadas”, afirmó.

Según una presentación destacada de Shu (Grace) Tian, economista principal del Banco Asiático de Desarrollo (ADB, en inglés), en los últimos cinco años la cobertura móvil en Asia en desarrollo aumentó alrededor de 156 %, demostrando avances significativos.

En cuanto al uso de internet móvil, la penetración subió 5 % en ese período, mientras que la velocidad de transmisión de datos casi se cuadruplicó, alcanzando a unos 2200 millones de personas en la región.

Tian señaló que este progreso ya está generando beneficios concretos. En Indonesia, por ejemplo, las empresas con mayor preparación digital enfrentaron las restricciones de 2020 con pérdidas mucho menores, mostrando que la preparación digital funciona como un factor de resiliencia económica.

Sin embargo, advirtió que la transformación digital puede ampliar desigualdades si no se gestiona de manera inclusiva.

“Factores como la demografía, la educación, los ingresos, las habilidades y la alfabetización digital pueden profundizar las divisiones sociales. Además, la automatización y la digitalización pueden desplazar ciertos tipos de empleo, creando nuevas disrupciones en el mercado laboral”, dijo.

Varios ponentes generaron entusiasmo al presentar herramientas de IA con potencial para mitigar desastres y apoyar el desarrollo, como sistemas de teledetección para predecir inundaciones o sequías y permitir que los pequeños agricultores se anticipen a los cambios.

Expertos africanos y del sur de Asia mostraron herramientas de aprendizaje basadas en IA que funcionan sin conexión en comunidades remotas, demostrando que la inclusión no requiere necesariamente conectividad de alta velocidad.

Pero las discusiones no evitaron los desafíos, presentados como oportunidades para actuar.

Se mencionaron brechas persistentes, como 40 % de la población en Malasia que carece de habilidades digitales básicas, las diferencias entre zonas rurales y urbanas en países como India y las vulnerabilidades en ciberseguridad que amenazan los avances logrados.

En un mensaje grabado, Nandan Nilekani subrayó que la tecnología solo funciona cuando atiende “a la persona más excluida”, al reducir fugas en la prestación de servicios y promover la transparencia.

Falta de datos de calidad en países de bajos ingresos

Johannes Jutting, director ejecutivo del Secretariado PARIS21 de la Organización de Cooperación de Desarrollo Económicos (OCDE) y profesor honorario de la Universidad de Passau, recordó que todo sistema de IA depende de grandes volúmenes de datos de alta calidad.

“Esos datos alimentan los algoritmos y entrenan los modelos. Si no tienes buenos datos, no puedes esperar buenas soluciones basadas en IA. Y muchos países de bajos ingresos simplemente no cuentan con datos de calidad”, dijo a IPS.

“Cuando hablamos de datos de calidad, nos referimos a información precisa, actualizada, interoperable, accesible y abierta, alineada con los principios Fair (datos abiertos): localizable, accesible, interoperable y reutilizable”, agregó.

Pero en muchos países en desarrollo, explicó, los datos generados por instituciones públicas no cumplen con esos estándares.

“Si visitas los sitios web de algunas oficinas nacionales de estadística, encuentras bases incompletas, información desactualizada o acceso limitado. Es una barrera enorme. Se observa en varios países africanos de bajos ingresos, pequeños Estados insulares y naciones asiáticas como Nepal, entre otras con limitaciones similares”, dijo Jutting.

La buena noticia, agregó, es que la IA también puede ayudar. Incluso en contextos con carencias, puede emplearse para limpiar, estructurar y volver más útiles los datos existentes.

“En este sentido, es un arma de doble filo. Por un lado, los países sin sistemas sólidos de datos pueden quedar aún más rezagados. Por otro, la IA puede ayudarlos a superar algunas de las limitaciones que los han frenado durante años”, explicó.

Jutting señaló que, aunque la brecha es real, también existen oportunidades para que la IA apoye a estos países “si se realizan las inversiones necesarias y se establecen marcos de gobernanza adecuados” con carácter prioritario.

El economista en jefe del ADB, Albert Park, coincidió: “El futuro digital dependerá de las políticas que adoptemos hoy”. Para asegurar que nadie quede atrás, dijo a IPS, es esencial fortalecer las capacidades digitales, especialmente para mejorar la prestación de servicios públicos.

“Con suficiente apoyo técnico y empoderamiento a nivel local, una vez que los países cuentan con una conectividad razonable, una amplia gama de aplicaciones de IA puede acelerar el progreso y corregir fallas existentes”, afirmó.

Arcand recordó que el enfoque de la GDN se alinea con prioridades globales en evolución, incluidas las de la Vicepresidencia Digital del Banco Mundial.

Los temas convergen: desde las advertencias de la GDN sobre la ampliación de brechas digitales hasta el llamado de los líderes del G20 a una IA más equitativa.

Todo apunta hacia un punto de inflexión en favor de un esfuerzo conjunto por un futuro digital donde la prosperidad sea compartida, la innovación florezca y nadie quede excluido.

T: GM / ED: EG

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