¿Está la ONU preparada para un mandato único de siete años del secretario general?

El exsecretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, advirtió al Consejo de Seguridad, el 15 de diciembre, que el organismo mundial corre el riesgo de perder relevancia sin una reforma en el periodo de gestión de su secretario general. Imagen: Eskinder Debebe / ONU

NACIONES UNIDAS – Una propuesta que se remonta a 1996 —establecer un mandato único no renovable de siete años para el secretario general de las Naciones Unidas— ha sido resucitada por el exsecretario general de la ONU Ban Ki-moon.

La propuesta original formaba parte de un estudio patrocinado por las fundaciones Dag Hammarskjold y Ford. Según esa iniciativa, el mandato de siete años «daría al secretario general la oportunidad de emprender planes de largo alcance sin presiones indeseables».

El surcoreano Ban, que dirigió la ONU entre 2006 y 2017, subrayó el lunes 15 de dicembre, durante su participación en un debate abierto en el Consejo de Seguridad, que un único mandato de siete años no renovable reforzaría la independencia del cargo.

A su juicio, la práctica actual de dos mandatos de cinco años hace que los secretarios generales «dependen excesivamente de los miembros permanentes del Consejo para obtener una prórroga».

Actualmente, el mandato del secretario general es de cinco años, con una posibilidad de reelección de otros cinco años, como sucede generalmente y sucede con el actual secretario general, António Guterres, en el cargo desde el primer día de 2017 y que concluirá sus dos periodos el último día de 2026.

El exsecretario general Boutros Boutros-Ghali, de Egipto, fue una excepción. Se vio privado de un segundo mandato de cinco años cuando Estados Unidos fue el único Estado miembro permanente que vetó su segundo mandato.

Ello a pesar de que recibió 14 de los 15 votos del Consejo de Seguridad, incluidos los otros cuatro miembros de los cinco miembros permanentes y con poder de veto, conocido como el P5.

«Como máximo órgano normativo de las Naciones Unidas y como órgano de nombramiento definitivo, la Asamblea General debería adoptar una resolución integral que establezca un único mandato de siete años y todas las características clave de un proceso mejorado de nombramiento del secretario general», afirma el estudio.

Según el informe de 1996, elaborado por sir Brian Urquhart y Erskine Childers, ese mismo mandato de siete años también debería aplicarse a los jefes de los organismos y programas de las Naciones Unidas.

El estudio se titulaba «Un mundo que necesita liderazgo: las Naciones Unidas del mañana. Una nueva evaluación».

Urquhart fue subsecretario general de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos Especiales y Childers fue asesor principal del director general de las Naciones Unidas para el Desarrollo y los Asuntos Económicos Internacionales.

Anwarul K. Chowdhury, ex subsecretario general y con otros altos cargos en la ONU,  Dijo a IPS que «creo firmemente y con total tranquilidad que la propuesta, de larga data pero sorprendentemente infravalorada, de establecer un único mandato no renovable de siete años para el secretario general de las Naciones Unidas tiene un mérito sustantivo».

A su juicio ese mandato único sería positivo para la credibilidad operativa del organismo multilateral más universal del mundo.

En un artículo de opinión publicado el 20 de junio de 2011 en IPS sobre el segundo mandato de Ban, y comentando en general el proceso de reelección, Chowdhury escribió: «Este proceso poco claro, a puerta cerrada, entre bastidores y excluyente da como resultado la recomendación de una persona que sueña con la reelección para un segundo mandato desde el primer día de su mandato».

El embajador Chowdhury, quien también fue representante permanente de su país, Bangladés, ante la ONU, subrayó entonces que «esta tentación tan humana de un segundo mandato es tan abrumadora, tan embriagadora, que el principal esfuerzo del nuevo secretario general en el cargo está totalmente condicionado por este deseo».

Los aspirantes, consideró, tienen muy presente el «elemento del veto» de los miembros del P5: China, Francia, Reino Unido y Rusia, además de Estados unidos, que tienen derecho al veto en las decisiones del organismo mundial. Eso lleva a los candidatos a la Secretaría General a dar atención prioritaria a ese directorio de la ONU.

«Estoy totalmente de acuerdo», dijo Chowdhury, «con la interpretación convencional en los pasillos de la ONU de que la deuda que un secretario general acumula con los P5 durante su primer mandato para su reelección se salda durante el segundo mandato. Este acuerdo beneficia tanto al secretario general como a los P5».

Más aún, señaló, porque saben muy bien que el conjunto de los 193 Estados miembros de la ONU nunca podrá ponerse de acuerdo sobre las reformas, largamente esperadas, del inaceptable proceso electoral para elegir al jefe de la secretaría.

Esto, a su juicio, fomenta la posibilidad de que surja un líder mediocre, especialmente si un representante de los cinco miembros permanentes participa en el proceso de selección siguiendo instrucciones de la capital, que no apoya la centralidad del papel global de la ONU.

El portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, respondió a los periodistas este mes sobre si Guterres está de acuerdo con la renacida propuesta de Ban.

«El actual secretario general respeta su papel como secretario general de mantenerse al margen del proceso de debate de los Estados miembros. Obviamente, cualquier cambio en los términos del mandato de un secretario general tendría que ser acordado por los Estados miembros, y él confía en que lo resolverán entre ellos y encontrarán una solución».

El portavoz dijo que Guterres cree que se pueden tomar una serie de medidas de reforma.

«Obviamente, dado que es el secretario general en funciones, no va a expresar su opinión al respecto en este momento, mientras los Estados miembros lo están considerando. Y, por supuesto, ya han visto su apoyo a la idea de tener la primera secretaria general mujer. Pero, de nuevo, estas son decisiones que no están en nuestras manos», añadió Haq.

Palitha Kohona, exjefe de la Sección de Tratados de las Naciones Unidas, dijo a IPS que algunos ven ventajas en ampliar el mandato del secretario general a siete años.

Pero, ¿añadiría valor tal ampliación?, se preguntó. Un secretario general eficaz siempre puede presentarse a la reelección en el marco del sistema actual, y la Asamblea General ha concedido un segundo mandato a la mayoría de los secretarios generales.

Los Estados miembros también podrían abstenerse de reelegir a un secretario general ineficaz. Si se concediera un mandato de siete años a un secretario general ineficaz, la organización internacional más importante del mundo tendría que soportar la carga de esa persona durante un período injustamente largo y doloroso, señaló.

«Un secretario general eficaz, sujeto a las limitaciones políticas y financieras bajo las que opera, podría lograr mucho en cinco años», dijo Kohona, exembajador de Sri Lanka ante la ONU.

A su juicio, «lo que se necesita es la capacidad de operar en un entorno global volátil, habilidades de gestión superiores y la habilidad para seleccionar personal excelente, especialmente como secretarios generales adjuntos y secretarios generales adjuntos especiales».

«La tendencia actual de aceptar a cualquiera que las grandes potencias impongan al secretario general y de nombrar a personas con un rendimiento mediocre tiende a dar una mala imagen del líder de este augusto organismo, y los Estados miembros pagan un alto precio por ello», consideró.

Para Kohona, «lo que realmente se necesita es la institucionalización de un sistema que permita a la ONU seleccionar a personas con un rendimiento potencialmente eficiente sin tener que depender de los caprichos de los cinco miembros permanentes».

Recordó que «las grandes empresas funcionan de esta manera. Las personas con un rendimiento satisfactorio se mantendrán en sus puestos durante cinco o diez años. Las que fracasen serán descartadas».

«Los Estados miembros serán los mejores jueces», sentenció.

Sanam B. Anderlini, fundadora y directora ejecutiva de la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (Ican, en inglés), dijo a IPS: «Creo que un mandato de siete años es una idea excelente, ya que permitiría al secretario general ser valiente e imaginativo en su visión y en la práctica».

«No se verían agobiados por la tarea de ganarse el favor de los Estados miembros o de hacer campaña para obtener votos para un segundo mandato, añadió.

Además, analizó, con un horizonte de siete años, los secretarios generales se verían obligados y motivados a garantizar el cambio y el impacto, porque, en última instancia, todo el mundo desea dejar un buen legado.

Pero la clave es garantizar que los líderes seleccionados tengan el valor, la visión y los valores necesarios, afirmó.

Los mandatos de siete años deberían ser escalonados para no perder de golpe a todo el equipo directivo del sistema de las Naciones Unidas.

La idea de ampliar el mandato del secretario general de las Naciones Unidas es una propuesta que se ha debatido como idea de reforma, pero el mandato estándar actual sigue siendo de cinco años, renovable una vez, planteó Anderlini.

Al recordar su artículo de opinión en IPS, el embajador Chowdhury dijo que había subrayado que «otra idea importante para garantizar la independencia del secretario general sería limitar el cargo a un solo mandato para cada titular».

El mandato de siete años es adecuado para que cualquier líder digno de ese nombre obtenga resultados positivos y demuestre lo que se puede lograr en cualquier institución mundial.

Cualquier cambio en la duración del mandato y en el proceso de reelección requerirá la modificación de la Carta de las Naciones Unidas y, por lo tanto, el consentimiento de los cinco miembros permanentes, afirmó Chowdhury, quien fue presidente rotatorio del Consejo de Seguridad en el año 2000.

El 30 de octubre de 2023, en otro artículo de opinión publicado en IPS, Chowdhury recomendó que «en el futuro, el secretario general solo tuviera un mandato de siete años, en contraposición a la práctica actual de renovar automáticamente el mandato del secretario general por un segundo mandato de cinco años, sin siquiera evaluar su desempeño».

«El mandato de siete años es adecuado para que cualquier líder digno de ese nombre obtenga resultados positivos y demuestre lo que se puede lograr en cualquier institución mundial», añadió.

Y prosiguió: «En cualquier caso, debemos recordar que cualquier cambio en la duración del mandato y en el proceso de reelección requerirá la modificación de la Carta de las Naciones Unidas y, por lo tanto, la conformidad de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad».

T: MF / ED: EG

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