Escolares de Zimbabue convierten residuos en linternas con energía renovable

Rodeada de dos linternas realizadas con desechos, está Monica Ben en su aula en la escuela primaria Manyoshwa, en Seke, en el noreste de Zimbabue. Imagen: Farai Shawn Matiashe / IPS

SEKE, Zimbabue – Cuando vuelve a casa de la escuela, Monica Ben no solo lleva consigo un bolígrafo y unos cuadernos, sino también una linterna para iluminar la habitación y poder hacer los deberes, en su aldea de la provincia de Mashonaland Oriental, en el noreste de Zimbabue.

Conocida como linterna Chigubhu, botella en lengua shona, la bantú mayoritaria en el país, esta luz portátil es fabricada con materiales reciclados y ayuda a algunos escolares como Ben, una estudiante de 12 años de la escuela primaria Manyoshwa en Seke, una zona rural a 54 kilómetros de la capital de Zimbabue, Harare.

«Las velas son caras», explica Ben a IPS en su escuela. «Antes de tener esta linterna Chigubhu, o llegaba temprano para hacer los deberes o no entregaba nada al profesor», detalla.

La linterna se carga en la escuela durante el día utilizando energía renovable y Ben se la lleva a casa todos los días después de clase, lo que le proporciona unas cuatro horas de iluminación portátil.

Fabricación de linternas a partir de residuos eléctricos

El aire del recinto escolar estaba impregnado de la palpable emoción de los alumnos que acababan de regresar tras unas vacaciones escolares, en el final de la primavera en el este país sudafricano de clima austral.

Ben vive con sus padres, ambos agricultores, en una zona rural remota a la que es difícil acceder incluso con un todoterreno.

La mayoría de las casas, incluida la de Ben, no están conectadas a la red eléctrica, lo que dificulta que los escolares puedan leer y hacer los deberes por la noche.

Un innovador local, Aluwaine Tanaka Manyonga, de la capital, Harare, inventó la linterna Chigubhu, un producto de iluminación circular portátil fabricado con residuos electrónicos de iluminación por diodos emisores de luz (LED).

Se coloca en botellas y latas de plástico desechadas y la linterna se recarga con energía solar.

Ben es uno de los más de 100 escolares de la escuela primaria Manyoshwa a los que se les enseñó a fabricar estas linternas utilizando residuos eléctricos fácilmente disponibles.

«Tomo una botella vacía y la corto por la mitad. Luego cojo un trozo de cartón y lo marco con un lápiz antes de cortarlo. Instalo los cables del interruptor y cierro la luz con una tapa de botella», dice sonriendo.

Luego, añade, «le pongo un asa y a continuación, compruebo el voltaje de la batería antes de colocarla dentro».

Godwin Kadiramwando, director de la escuela primaria Manyoshwa desde 2021, cuenta que todo comenzó hace cuatro años con la instalación de un sistema solar en el centro educativo.

«Manyonga lo logró de forma gratuita. El sistema solar suministra energía a una de las aulas para la iluminación y para cargar teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles», explica a IPS.

Al año siguiente, Manyonga regaló a unos 30 alumnos de séptimo curso varias linternas Chigubhu para que pudieran leer y hacer los deberes por la noche.

Kadiramwando cuenta que, en 2023, en lugar de regalarles linternas ya fabricadas, Manyonga decidió enseñarles a fabricarlas y a solucionar cualquier problema técnico.

«La situación de los alumnos que no tienen luz en casa es grave en esta comunidad. Era necesario intervenir», afirma el director.

La linterna sin duda «les está ayudando a mejorar en sus estudios», añade.

Nickson Zhuwayo, alumno de séptimo grado de la escuela primaria Manyoshwa, en Seke, en Zimbabue, tiene sobre su pupitre la linterna que usa en su casa para leer y hacer sus tareas escolares. Imagen: Farai Shawn Matiashe / IPS

Inspirado por el escaso acceso a la electricidad y el aumento de los residuos plásticos y electrónicos que contribuyen al cambio climático, Manyonga colabora con escuelas de todo el país, enseñando a los alumnos el secreto de la fabricación de las linternas.

«Lo innovador es cómo decidimos abordar este problema mediante la transferencia sostenible de conocimientos, enseñando a los alumnos a fabricar linternas y abordando temas como la gestión de residuos, la economía circular, las energías renovables y cómo fabricar y reparar las linternas», explica el innovador.

Manyonga afirma que reutilizan las luces LED y las baterías siempre que es posible.

«La linterna se puede mantener y reparar fácilmente, lo que le confiere una larga vida útil. Por eso dotamos a los alumnos de habilidades prácticas, como la realización de reparaciones básicas en las linternas», explica.

Con la colaboración del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Embajada de Australia en Harare y empresas locales como Securico, además del propio Manyonga, hasta ahora se han distribuido 1500 linternas en todo el país.

Cientos de alumnos han recibido formación sobre cómo fabricar las linternas.

Nickson Zhuwayo, alumno de séptimo curso de la escuela primaria Manyoshwa, afirma que le bastaron unas pocas clases para aprender a fabricar la linterna por sí mismo.

«Es fácil de hacer. Empecé a fabricar estas linternas cuando estaba en 6º curso», afirma Zhuwayo, que asistió a la capacitación por su interés por la ciencia y la ingeniería.

Zhuwayo, que vive con su abuela paterna, dice que la linterna le da tiempo suficiente tiempo para leer y hacer los deberes.

«Cuatro horas es mucho tiempo. Para entonces ya he terminado», dice antes de añadir que quiere ser profesor de ciencias cuando sea mayor.

Ingeniería a una edad temprana

Solo 44 % de los 15 millones de habitantes de Zimbabue tiene acceso a la electricidad.

En las zonas rurales, donde vive más de 60 % de la población, el acceso a la electricidad es solo de 20 %, lo que deja a la mayoría de las comunidades, como la de Ben y Zhuwayo, desconectadas de la red nacional.

Tienen que caminar largas distancias desde sus casas para acceder a la electricidad generada por los sistemas solares domésticos.

Mientras, aquellos que tienen acceso a la electricidad soportan cortes de suministro que duran más de 12 horas al día debido a los bajos niveles de agua del lago Kariba, la mayor central eléctrica del país, así como al envejecimiento de los equipos de la central térmica de Hwange.

El acceso a la electricidad no es el único reto, también lo son los residuos plásticos.

Zimbabue genera alrededor de 1,9 millones de toneladas de residuos al año, según la Agencia Estatal de Gestión Ambiental.

De estos residuos, aquellos plásticos ascienden a aproximadamente 342 000 toneladas al año, lo que supone alrededor de 18 % del total de residuos de Zimbabue.

Sharon Hook, experta en ambiente y sostenibilidad de Miracle Missions Trust, afirma que el reciclaje es imprescindible para Zimbabue.

«El reciclaje reduce los residuos plásticos y de otro tipo en nuestro entorno», afirma. «Ampliar todos los proyectos de reciclaje beneficiará a nuestra economía y empoderará a las comunidades», añade.

El director Kadiramwando afirma que es necesario un cargador común para mejorar la portabilidad de las linternas.

«Los cargadores son únicos. Un cargador común como el USB tipo C es más fácil de sustituir. Algunos alumnos también pueden cargar las linternas en casa», detalla.

Kadiramwando afirma que la iniciativa está motivando a los alumnos a estudiar ingeniería.

«Son una inspiración para los alumnos de otras escuelas. Nuestros alumnos ya están asesorando a sus compañeros de otras escuelas», afirma.

Ben desea fabricar más linternas y reducir los residuos.

«Me alegra saber que, al utilizar materiales procedentes de vertederos y basureros, estoy reduciendo los residuos», afirma.

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