BELÉM – Los países menos adelantados del mundo han acogido con satisfacción la primera convocatoria de propuestas para el Fondo de Pérdidas y Daños, que se puso en marcha el martes 11 en la cumbre climática de las Naciones Unidas, conocida como la COP30, en Belém, en la Amazonia brasileña.
Se ha invitado a los países afectados por la crisis climática a preparar sus propuestas y presentarlas, y se espera que la aprobación se produzca en julio del próximo año.
El fondo, creado en la COP27, celebrada en Sharm el Seij, en Egipto, y puesto formalmente en marcha en la COP28, en Dubái, cuenta actualmente recursos por unos 397 millones de dólares. En 2024, se comprometieron más de 700 millones de dólares.
En la última reunión de la junta directiva del fondo, el acta destacó la urgencia de ponerlo en funcionamiento y subrayó el papel crucial de la asignación inicial de 250 millones de dólares para apoyar a las naciones más vulnerables al clima.
También se hizo un llamamiento a la solidaridad mundial para mantener y ampliar el fondo. Los países elegibles podrán recibir entre 5 y 20 millones de dólares por proyecto.
Evans Njewa, presidente del Grupo de Países Menos Adelantados (PMA), afirma que las partes deberían empezar a preparar propuestas.
Ese grupo de 44 países de bajos ingresos y altas vulnerabilidades climáticas y ambientales negocia conjuntamente para defender los intereses y necesidades de sus territorios en la 30 Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cmnucc).
«Es una buena noticia para nosotros como grupo de países menos adelantados», dijo a IPS Njewa, que representa a 32 naciones de África, 11 de Asia-Pacífico y uno del Caribe con más de mil millones de habitantes. «Estábamos esperando que esto sucediera», destacó.
Sin embargo, Njewa advirtió que el fondo debe ser accesible, transparente, útil y basado en subvenciones para garantizar que los países no queden atrapados en la deuda.
«He hablado con el director ejecutivo, los miembros de la junta directiva y los copresidentes del fondo para que el proceso no sea complejo», contó.
Njewa afirma que el fondo es un salvavidas para los países menos adelantados, que son muy susceptibles a las crisis medioambientales y económicas y se ven afectados de manera desproporcionada por la crisis climática.
«Por lo tanto, no debe hablarse de riesgos ni de rechazar determinados proyectos. Gestionemos la crisis que tenemos: las pérdidas y los daños», afirmó.
Las estimaciones de las pérdidas económicas debidas al cambio climático solo en 2025 oscilan entre 128 000 y 937 000 millones de dólares. Por lo tanto, 250 millones de dólares no son para nada suficientes.
Njewa considera que los niveles actuales de los recursos del fondo han aumentado hasta alrededor de 800 millones de dólares, pero el paquete para la preparación es de solo unos 250 millones de dólares, lo que está muy por debajo de las necesidades.
«Mi mensaje a los contribuyentes es que necesitamos aumentar esos recursos, más de 800 millones de dólares, para poder llegar a más países y abordar la acción climática mediante el apoyo a los impactos asociados con las pérdidas y los daños», dijo.
El Fondo de Pérdidas y Daños está destinado a los países menos adelantados para que puedan abordar tanto cuestiones económicas, como la reconstrucción de infraestructuras destruidas por las inundaciones, como pérdidas no económicas, como la pérdida de vidas y el patrimonio cultural.
Richard Muyungi, presidente del Grupo Africano de Negociadores (AGN, en inglés) y enviado climático y asesor del presidente de Tanzania, también ha reafirmado que los 250 millones de dólares estadounidenses disponibles actualmente en el Fondo de Pérdidas y Daños no son suficientes.
«Por lo tanto, pedimos la capitalización del Fondo, y Belém debe promover el apoyo político para una capitalización significativa del Fondo para responder a las pérdidas y daños cuando inicie su ciclo de reposición acordado en 2027», detalló.
Los países menos adelantados son los menos responsables de la crisis climática, ya que contribuyen solo con una fracción insignificante de las emisiones globales, pero son los más afectados por el cambio climático.
Sufren los peores impactos, desde inundaciones hasta sequías e inseguridad alimentaria. Pero también son pobres y no pueden responder por su cuenta a los desastres climáticos.
La cumbre climática de este año, que comenzó el 10 de noviembre, se desarrolla en Belém, una húmeda ciudad portuaria al borde de la selva amazónica.
El anfittrión, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, la ha bautizado como «la COP de la verdad» y ha insistido que esta cumbre ofrezca soluciones reales y tangibles.
También se cumplen 10 años del Acuerdo de París, suscrito en la COP21 en la capital francesa, el tratado que tiene por objetivo el limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, preferiblemente 1,5 grados centígrados.
Sin embargo, el mundo no avanza en el camino para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, ya que las medidas climáticas actuales no son suficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.
Según el informe Emission Gap del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Pnuma, el Acuerdo de París ha contribuido a la disminución de las previsiones de calentamiento global, que han pasado de 4 grados centígrados en el momento de su adopción a poco menos de 3 grados en la actualidad.
Njewa afirma que las comunidades de los países menos desarrollados están siendo desplazadas, las cosechas se están perdiendo y se están perdiendo vidas. Añade que solo la financiación permitirá a las comunidades más afectadas defenderse de los efectos del clima.
«Nuestros países no han provocado este incendio, pero estamos ardiendo en su calor. Y el humo no se detiene en nuestras fronteras·, dijo.
Planteó que, incluso con los mayores esfuerzos para mitigar el cambio climático y con las mejores defensas contra los efectos del clima, hay límites, y cuando se superan esos límites, llegan las pérdidas y daños.
«La justicia climática exige que los responsables de la crisis actúen primero y más rápidamente y apoyen a quienes ya viven con sus consecuencias», aseguró. «No actuar contra el cambio climático no solo es inmoral, sino también ilega», añadió.
El director de políticas y campañas de ActionAid Estados Unidos, Brandon Wu, que ha seguido el fondo desde su creación, acogió con satisfacción su puesta en marcha.
«La convocatoria de propuestas lanzada hoy es un paso clave para hacer llegar el dinero a las comunidades directamente afectadas», afirma Wu. «Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Solo hay 250 millones de dólares disponibles, una gota en el océano en comparación con los billones que se necesitan», lamentó.
Wu considera preocupante que no exista un mecanismo para distribuir los fondos inmediatamente después de una catástrofe. «Para que el fondo sea realmente eficaz, debe responder mejor a las comunidades y a las necesidades inmediatas, y los países ricos deben aumentar urgentemente sus contribuciones», sentenció.
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