GINEBRA – La respuesta mundial al VIH/sida se enfrenta al revés más grave en décadas, ya que los recortes bruscos de financiación y el deterioro de la situación de los derechos humanos están perturbando los servicios de prevención y tratamiento en docenas de países, advirtió un informe de Onusida divulgado este martes 25.
“La crisis de financiación ha puesto de manifiesto la fragilidad de los avances que tanto nos ha costado conseguir”, deploró Winnie Byanyima, directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), al presentar el informe en esta ciudad suiza de Ginebra.
El documento, “Superar las perturbaciones, transformar la respuesta al sida”, presentado a poco de conmemorarse el 1° de diciembre el Día Mundial del Sida 2025, registra que la ayuda internacional ha disminuido drásticamente.
Según las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde, países industrializados), la financiación externa para la salud podría reducirse entre 30 % y 40 % en 2025 en comparación con 2023.
El impacto ha sido inmediato y grave, especialmente en los países de ingresos bajos y medios muy afectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.
En 2023, último año con datos completos en Onusida, 1,3 millones de personas contrajeron el VIH; 39,9 millones estaban viviendo con el VIH, y 630 000 personas perecieron por enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo.
Onusida informa de una interrupción generalizada de los programas de prevención, pruebas y comunidad relacionados con el VIH, y en 13 países ha disminuido el número de personas que han iniciado el tratamiento frente al sida.
Se han registrado desabastecimientos de kits de pruebas del VIH y medicamentos esenciales en Etiopía y la República Democrática del Congo. Nigeria ha registrado una caída del 55 % en la distribución de preservativos.
La distribución de medicamentos preventivos se ha desplomado: 31 % en Uganda, 21 % en Vietnam y 64 % en Burundi, por ejemplo. En África al sur del Sahara 450 000 mujeres han perdido el acceso a las “madres mentoras”, trabajadoras comunitarias de confianza que las ponen en contacto con los servicios de atención.
Antes de la crisis, las adolescentes y las mujeres jóvenes ya se veían gravemente afectadas: cada día se producen 570 nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes de 15 a 24 años, y Onusida subraya que el desmantelamiento de los programas de prevención las deja aún más vulnerables.
Las organizaciones comunitarias, que son la columna vertebral de la divulgación sobre el VIH, también se encuentran bajo presión. Más de 60 % de ellas, dirigidas por mujeres, afirman que debieron suspender servicios esenciales.
«Detrás de cada dato de este informe hay personas, bebés que no han podido someterse a pruebas de detección del VIH, mujeres jóvenes que se han visto privadas de apoyo para la prevención, y comunidades que de repente se han quedado sin servicios ni atención. No podemos abandonarlas”, dijo Byanyima.
Los modelos de Onusida muestran que, si no se restablecen las iniciativas de prevención, podrían producirse 3,3 millones de nuevas infecciones por el VIH entre 2025 y 2030.
La crisis de financiación se está desarrollando en un contexto de crecientes restricciones a la sociedad civil y de aumento de las leyes punitivas dirigidas a los grupos marginados más afectados por el VIH.
Por primera vez desde que Onusida comenzó a hacer un seguimiento de este tipo de legislación, el número de países que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y la expresión de género aumentó en 2025.
Según sus datos, 168 países penalizan algún aspecto del trabajo sexual; 152 penalizan la posesión de drogas a pequeña escala; 64 penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, y 14 penalizan a las personas transgénero.
Ante este panorama, Onusida instó a los líderes del mundo a reafirmar la solidaridad mundial y el multilateralismo, y mantener y aumentar la financiación para el VIH, especialmente para los países más dependientes de la ayuda externa.
También pide invertir en innovación, incluida la prevención asequible de acción prolongada, y defender los derechos humanos y empoderar a las comunidades, que siguen siendo fundamentales para el éxito de las respuestas al VIH.
“Este es nuestro momento de elegir. Podemos permitir que estas crisis echen por tierra décadas de logros conseguidos con mucho esfuerzo, o podemos unirnos en torno a la visión compartida de poner fin al sida. Millones de vidas dependen de las decisiones que tomemos hoy”, planteó finalmente Byanyima.
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