BELÉM – En los últimos diez años, los desastres relacionados con el clima han causado el desplazamiento de sus hogares de 250 millones de personas, 70 000 cada día, indicó un informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) divulgado en Belém, en la región amazónica de Brasil.
Filippo Grandi, alto comisionado de Acnur, expresó que “en todo el mundo, los fenómenos meteorológicos extremos están poniendo en mayor riesgo la seguridad de las personas”.
“Ya se trate de las inundaciones que azotan Sudán del Sur y Brasil, las olas de calor sin precedentes en Kenia y Pakistán o la escasez de agua en Chad y Etiopía, las condiciones meteorológicas extremas están llevando al límite a comunidades que ya de por sí son frágiles”, señaló el reporte de Acnur.
Grandi dijo que esos fenómenos “están interrumpiendo el acceso a servicios esenciales, destruyendo hogares y medios de subsistencia, y obligando a familias -muchas de las cuales ya han huido de la violencia- a huir una vez más. Se trata de personas que ya han sufrido pérdidas inmensas”.
“Y, ahora, se enfrentan de nuevo a las mismas dificultades y devastación. Se encuentran entre las más afectadas por las graves sequías, las inundaciones mortales y las olas de calor sin precedentes, y, sin embargo, son las que menos recursos tienen para recuperarse”, abundó.
El informe de Acnur fue divulgado en el marco de la 30 Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático sobre Cambio Climático, iniciada este lunes 10 en Belém, y a la cual concurren responsables de más de 190 gobiernos y miles de participantes de numerosas entidades y organizaciones.
Por otra parte, el informe indica que, hasta mediados de este año, 117 millones de personas se habían visto desplazadas a causa de la guerra, la violencia y la persecución, aunque los retornos a Siria y Afganistán han reducido el número de desplazados a nivel mundial en comparación con 2024.
Apunta que 75 % de esos 117 millones de personas viven en países que se enfrentan a una exposición alta o extrema a los riesgos relacionados con el clima.
Por ejemplo, desde que estalló la guerra entre ejércitos rivales en Sudán en 2023, casi 1,3 millones de personas que huyen de ese conflicto en Sudán han buscado refugio en Sudán del Sur y Chad, dos de los países menos preparados para hacer frente a la creciente emergencia climática.
En África más de uno de cada dos asentamientos de desplazados y refugiados se encuentra en “zonas de alto estrés”, lo que reduce la posibilidad de acceder a alimentos, agua, e ingreso para las personas que han huido de los conflictos.
Esa situación alimenta un círculo vicioso, porque las carencias impulsan el reclutamiento que hacen grupos armados en algunas partes de Sahel (la zona semiárida que atraviesa el centro de África), lo que alimenta la extensión y repetición de los conflictos y con ello los desplazamientos humanos.
Acnur destaca que, a pesar del aumento de las necesidades, la falta de financiación y “un sistema de financiación climática profundamente injusto” deja a millones de personas desprotegidas. Los países afectados por conflictos que acogen a refugiados solo reciben una cuarta parte de la financiación climática que necesitan.
Grandi insistió en que “los recortes de financiación están limitando gravemente nuestra capacidad para proteger a los refugiados y a las familias desplazadas de los efectos del clima extremo”.
“Si queremos estabilidad, debemos invertir donde las personas corren mayor riesgo. Para evitar nuevos desplazamientos, la financiación climática debe llegar a las comunidades que ya viven al límite. No se les puede dejar solos. Esta COP debe dar lugar a medidas reales, no a promesas vacías”, concluyó.
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