ABU DABI – Aunque el mundo rompe récords en la instalación de energías limpias, todavía está lejos de cumplir los ambiciosos objetivos climáticos acordados hace dos años en esta capital, advirtió un nuevo informe presentado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena).
Francesco La Camera, director general de Irena, dijo que “hemos roto récords, pero los récords no bastan. Las energías renovables no solo son la solución climática más rentable, también representan la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo”.
El documento confirma que en 2024 se sumaron 582 gigavatios (GW) de capacidad renovable en el mundo, un récord sin precedentes y que permitió llegar a 4448 GW o 4,448 teravatios (TW).
Sin embargo, para alcanzar la meta de triplicar las renovables hasta 11,2 TW en 2030, será necesario agregar al menos 1122 GW por año desde 2025, lo que implica acelerar el crecimiento anual a 16,6 %.
Esa meta fue fijada en la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada hace dos años en Dubái, otro de los Emiratos Árabes Unidos junto con Abu Dhabi, y que se examinará en la COP30 prevista para el mes próximo en Belém, en Brasil.
La preocupación no se limita a la generación de energía limpia. La eficiencia energética también muestra signos de rezago: la intensidad energética global solo mejoró uno por ciento en 2024, lejos del cuatro por ciento anual necesario para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 °C.
Que la temperatura media del planeta no exceda, hacia el año 2050, de 1,5 grados centígrados (°C) sobre el promedio de la era preindustrial (1850-1900), se estableció en el Acuerdo de París de 2015, por la casi totalidad de los países del globo, como un objetivo que implica en gran medida descarbonizar la generación de electricidad.
Al respecto, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha planteado que “el auge de la energía limpia es imparable”, aunque matizó que “la ventana para mantener el límite de 1,5 °C se está cerrando rápidamente”, por lo que instó a “acelerar la transición energética justa, para todos, en todas partes”.
El informe, elaborado por Irena junto a la Alianza Global de Renovables (del sector privado) y la presidencia de la COP30, llama a “una acción urgente” en tres frentes clave.
En primer lugar, integrar objetivos renovables en los planes climáticos nacionales (NDC en inglés) antes de la COP30 en Belém. Luego, doblar la ambición colectiva de los NDC para alinearse con las metas globales.
La tercera propuesta es escalar las inversiones en renovables a al menos 1,4 billones (millones de millones) de dólares anuales entre 2025 y 2030, más del doble de los 624 000 millones de dólares invertidos en 2024.
Ben Backwell, presidente de la Alianza Global de Renovables, destacó que proviene de empresas privadas 75 % de la inversión en energías limpias, lideradas por la solar, la eólica y la hidroeléctrica.
“Necesitamos planes gubernamentales a largo plazo que se traduzcan en acciones concretas: redes eléctricas modernas, almacenamiento y cadenas de suministro robustas”, dijo Blackwell.
El informe llama a las principales economías a liderar el camino, especialmente los países del Grupo de los 20 (G20, economías industrializadas y emergentes).
Se espera que ese grupo de países represente más de 80 % de la capacidad renovable global en 2030. Los países del G7 (las mayores economías industrializadas de Occidente), en particular, deben aumentar su cuota hasta alcanzar cerca de 20 % de la capacidad global en esta década.
También se enfatiza la necesidad de cumplir con el financiamiento climático hacia los países en desarrollo: alcanzar un piso de 300 000 millones de dólares anuales y avanzar hacia el objetivo aspiracional de 1,3 billones, establecido en la COP29, que acogió Bakú en noviembre de 2024.
Finalmente, el estudio advierte que más allá de las energías renovables, es crucial invertir en redes eléctricas, cadenas de suministro y manufactura de tecnologías limpias.
Se estima que se requerirán 670 000 millones de dólares anuales solo para modernizar las redes, facilitar la integración de renovables y garantizar la estabilidad energética.
“La carrera hacia una energía renovable abundante ha comenzado. Pero si se quiere llegar a la meta de 2030, es hora de acelerar”, concluye la publicación.
A-E/HM