NAIROBI – La mayoría de las alertas satelitales por fugas de metano, un potente gas de efecto invernadero, continúan ignoradas a pesar de la crisis climática generada por el calentamiento planetario, advirtió un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Apenas 12 % de las 3500 alertas sobre fugas de metano que lanzó el Pnuma en 2024 fueron atendidas por empresas y gobiernos en el mundo, y aunque esa cifra es un avance en relación al apenas uno por ciento del año precedente, todavía se está muy lejos de las metas globales para reducir las emisiones de ese gas.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, observó que “reducir las emisiones de metano puede frenar rápidamente el calentamiento global, ganando tiempo para los esfuerzos de descarbonización a largo plazo”, habida cuenta de que el dióxido de carbono (CO2) es el principal gas del efecto invernadero.
“Pero el importante progreso en la presentación de informes debe traducirse en reducciones de las emisiones”, agregó la responsable.
El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 80 veces mayor que el CO2 en un período de 20 años, solo que los volúmenes del dióxido de carbono son mucho mayores y se convierte así en el gran contribuyente a la crisis climática.
Andersen instó a todas las empresas del sector a unirse a la Alianza del Metano para el Petróleo y el Gas 2.0, el estándar global para la medición y mitigación de las emisiones de ese gas en el sector de hidrocarburos, fundamental para regular el mayor mercado de compra de petróleo y gas del mundo: la Unión Europea.
El Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (Mars en inglés) proporciona desde 2022 información gratuita y precisa sobre las emisiones (que son inodoras, invisibles y, por lo tanto, difíciles de detectar) para que las empresas y las autoridades nacionales puedan actuar al respecto.
Mars se está ampliando para cubrir las emisiones de metano procedentes de minas de carbón y vertederos de residuos, donde hasta ahora las mediciones han sido escasas, y el Pnuma intensifica la detección de emisiones de la industria siderúrgica, que aún depende principalmente del carbón.
En su informe, el organismo señaló que existen soluciones de bajo costo para las emisiones de metano procedentes del carbón utilizado en la fabricación de acero, pero siguen ampliamente ignoradas en los esfuerzos por descarbonizar la industria.
Destacó que es necesario acelerar las acciones para minimizar el aumento de la temperatura global y alcanzar el objetivo del Compromiso Mundial sobre el Metano de reducir las emisiones de ese gas en 30 % para 2030.
El metano atmosférico sigue siendo el segundo mayor impulsor del cambio climático después del CO2, responsable de un tercio del calentamiento del planeta.
Un dato optimista es que en los últimos cinco años la membresía de la Alianza del Metano 2.0 se ha más que duplicado, a 153 empresas que cubren 42 % de la producción mundial de petróleo y gas.
En total, un tercio de la producción mundial de petróleo y gas reporta, o pronto reportará, emisiones según el estándar de la alianza, lo que significa que las emisiones se monitorean con mediciones reales. Eso permite a una gran parte de la industria global medir eficazmente, y por lo tanto mitigar, las emisiones.
De las empresas que reportaron datos de emisiones, 65 de ellas, con 17 % de la producción mundial de petróleo y gas, alcanzaron el Estándar Oro. Unas 50 firmas, que representan otro 15 %, lograron la Ruta del Estándar Oro, lo que significa que están en camino de alcanzar pronto la norma de presentación de informes.
Otras 22 empresas reportaron datos de emisiones, pero no cumplieron con los requisitos del Estándar Oro.
En síntesis, las respuestas a las alertas de metano aumentan, pero no con la suficiente rapidez. Dado que casi 90 % de las alertas de Mars se ignoran, los gobiernos y las empresas deben aumentar sus tasas de respuesta, insistió el Pnuma.
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