Voces a favor de traslado temporal de Asamblea General de la ONU por denegación de visas de EEUU

El 13 de noviembre de 1974, en su primera participación en la Asamblea General de la ONU, el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, llegó a la sede del organismo mundial en helicóptero. En 1988 Estados Unidos le denegó la visa para una segunda participación y la mayoría de países miembros decidió trasladar temporalmente la sede de la Asamblea General a Ginebra, para escuchar su discurso. Imagen: Michos Tzovaras / ONU

NACIONES UNIDAS –  Cuando a Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), se le denegó la visa estadounidense para dirigirse a las Naciones Unidas en Nueva York,  en 1988, bajo la administración de Ronald Reagan, la Asamblea General desafió a Washington y trasladó temporalmente el máximo órgano de la ONU a Ginebra, por primera vez en la historia de la organización, con el fin de proporcionar un entorno político menos hostil para el líder palestino.

Arafat, que ya se había dirigido por primera vez a la ONU en 1974, arremetió contra Washington al comenzar su discurso en Ginebra señalando que «nunca se me ocurrió que mi segunda reunión con esta honorable Asamblea tendría lugar en la hospitalaria ciudad de Ginebra».

Y ahora, 37 años después, hay una campaña para trasladar de nuevo temporalmente las sesiones de la Asamblea General a Ginebra, con el fin de proporcionar una plataforma a los delegados palestinos a los que la administración de Donald Trump les niega la visa para entrar en Estados Unidos, pese a ser contrario al derecho internacional y a las obligaciones del país como anfitrión de la ONU.

Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Dawn, una organización sin ánimo de lucro que busca reformar la política estadounidense en Medio Oriente, dijo a IPS: «Está claro que Estados Unidos está tratando de impedir cualquier debate sobre el genocidio en Gaza y la creación de un Estado palestino revocando los visados de los funcionarios palestinos».

Pero también está bastante claro «que el mundo está harto de las salvajes atrocidades israelíes que presenciamos cada día, por lo que esperamos que actúen con rapidez para trasladar la reunión de la Asamblea General a Ginebra, tal y como hicieron la última vez que Estados Unidos llevó a cabo una maniobra similar», afirmó Whitson, antigua directora de la división de Medio Oriente y Norte de África de Human Rights Watch.

Trasladar la reunión a Ginebra, argumentó, enviará un mensaje a la administración Trump de que la comunidad internacional no tolera estas violaciones de la ley vigente desde hace mucho tiempo que exige el acceso a todos los representantes de la ONU.

En una declaración publicada a fines de agosto, Dawn afirmó que el Acuerdo entre los Estados Unidos y las Naciones Unidas sobre la Sede, vigente desde 1947, exige a Washigton proporcionar acceso sin restricciones  a todos los representantes de la ONU, independientemente de las eventuales disputas bilaterales.

La sección 11 establece un «derecho irrestricto» para que los funcionarios entren en Estados Unidos para asuntos de la ONU, mientras que la sección 12 establece que estas disposiciones se aplican «independientemente de las relaciones existentes entre los gobiernos» y Washington.

No es la primera vez que Estados Unidos incumple sus obligaciones en virtud del Acuerdo sobre la Sede de las Naciones Unidas. En 1988, recordó Dawn,  ya denegó el visado a Arafat, para asistir a la sesión de la Asamblea General de la ONU.

La ONU respondió aprobando una resolución en la que concluía que Washington había incumplido sus obligaciones en virtud del Acuerdo de 1947 y, como reprimenda, trasladó la reunión de la Asamblea General de Nueva York a Ginebra para permitir que el líder palestino pudiera intervenir.

Cuando se le pidió su opinión, Martin S. Edwards, vicedecano de Asuntos Académicos y Estudiantiles de la Facultad de Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Universidad de Seton Hall, dijo a IPS: «En un sentido muy real, la petición de trasladar la reunión era de esperar».

La administración Trump se complace en aplicar políticas sin tener en cuenta las opiniones de otros países, por lo que no es casualidad que «America First (Estados Unidos primero)», el gran lema del presidente, se esté convirtiendo en «America Alone (Estados Unidos solo)», consideró.

Si los países que han propuesto el reconocimiento de Palestina siguen adelante con su iniciativa en la próxima Asamblea General, Estados Unidos será el único miembro del llamado Grupo de los Cinco (P5) países con asiento permanente y poder de veto en el Consejo de Seguridad que aún no lo haya hecho.

Los países que en forma creciente han propuesto el reconocimiento de Palestina lo hacen para influir en la conducta de Israel en su guerra en Gaza.

«Tiene todo el sentido del mundo utilizar la amenaza de trasladar la reunión a Ginebra de la misma manera. Y esto apunta a una segunda lección que esta Casa Blanca aún tiene que aprender: cuando se presiona al resto del mundo, este puede y va a responder», aseguró Edwards.

Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracy Without Borders (Democracia sin fronteras), dijo a IPS que el acuerdo de acogida es claro. No corresponde al país anfitrión decidir quién puede o no puede entrar en las salas de las Naciones Unidas.

«Como Estado observador permanente, Palestina tiene todo el derecho a enviar representantes. Si la Asamblea General u otros órganos de la ONU consideran que se les impide funcionar adecuadamente en Nueva York, sería razonable que consideraran la posibilidad de reunirse en otro lugar», dijo Bummel.

Al ser preguntado sobre la denegación de visados, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo a los periodistas el 29 de agosto: «Vamos a discutir esto con el Departamento de Estado. Quiero decir que merece la pena leer el Acuerdo sobre la Sede, en particular, creo, los artículos 11 y 12».

«Obviamente, esperamos que esto se resuelva. Es importante que todos los Estados Miembros y observadores permanentes puedan estar representados, especialmente, creo, en este caso, como sabemos, con la próxima reunión sobre la solución de dos Estados que Francia y Arabia Saudí acogerán al comienzo de la Asamblea General», añadió.

Y reafirmó: «Nos gustaría que todos los diplomáticos y delegados con derecho a venir aquí pudieran viajar libremente».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Mientras tanto, un comunicado de prensa del Departamento de Estado, del mismo 29 de agosto, dice: «De conformidad con la legislación estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio deniega y revoca los visados de los miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y de la Autoridad Palestina (AP) antes de la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas».

«La administración Trump ha sido clara: redunda en interés de nuestra seguridad nacional exigir responsabilidades a la OLP y a la AP por no cumplir sus compromisos y por socavar las perspectivas de paz», añade.

A juicio del Departamento de Estado, «antes de que la OLP y la AP puedan ser consideradas socios para la paz, deben repudiar de forma sistemática el terrorismo —incluida la masacre del 7 de octubre— y poner fin a la incitación al terrorismo en la educación, tal y como exige la legislación estadounidense y tal y como prometió la OLP».

Y añade: «La Autoridad Palestina también debe poner fin a sus intentos de eludir las negociaciones mediante campañas de litigios internacionales, incluidas las apelaciones ante la CPI y la CIJ (Corte Penal Internacional y Corte Internacional de Justicia), y los esfuerzos por conseguir el reconocimiento unilateral de un Estado palestino hipotético. Ambas medidas contribuyeron de manera significativa a la negativa de Hamás a liberar a sus rehenes y al fracaso de las conversaciones de alto el fuego en Gaza».

La Misión de la Autoridad Palestina ante las Naciones Unidas recibirá exenciones en virtud del Acuerdo sobre la Sede de las Naciones Unidas, según ha informado el Departamento de Estado, ta solo  «si la Autoridad Palestina y la OLP cumplen sus obligaciones y dan pasos concretos y demostrables para volver a la vía constructiva del compromiso y la coexistencia pacífica con el Estado de Israel».

Hasta ahora, el Estado de Palestina ha sido reconocido como nación soberana por 147 de los 193 Estados miembros de la ONU, es decir, algo más de 76 % de todos los miembros de la ONU. Es «Estado observador no miembro» de la Asamblea General de la ONU desde noviembre de 2012.

Mientras tanto, los países occidentales aliados de Estados Unidos, entre ellos  Reino Unido, Francia, Australia y Canadá, han anunciado sus planes de reconocer a Palestina como Estado soberano durante el 80 periodo de sesiones de la Asamblea General, cuya fase de alto nivel  comienza el 22 de septiembre.

Palestina, a la que nunca se le concedió la condición de Estado miembro de pleno derecho de la ONU, logró un gran éxito cuando el Grupo de los 77, la mayor coalición económica de la ONU, con 134 miembros del Sur global, eligió a Palestina como su presidente en 2018, a pesar de las protestas de Estados Unidos.

Bajo condición de anonimato, un exsubsecretario general de la ONU declaró a IPS que, dado que Estados Unidos no tiene derecho de veto en la Asamblea General, a diferencia del Consejo de Seguridad, una resolución de esa Asamblea a favor del traslado temporal de la sede, podría adoptarse sin dificultad, tal vez una resolución patrocinada por la Organización de Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 miembros.

T: MF / ED: EG

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